En la perfecta armonía del hogar (o casi...)

- Pero....- Puso un puchero enorme, amenazando con volver a llroar otra vez y se le abrazó con fuerza.

- ¡Yo quiero que me mimes! - Exclamó.- Me gustas y me gustan tus mimos.- Declaró sonriendo con amplitud entonces, llevando su mejilla a la de Ephram para frotarla y demostrarle su afecto.

Ok. Aquello ya era demasiado. Completamente rojo, lo separó de su cuerpo.

-T.te he dicho que no está bien. - Desvió la mirada. Lo sujetó por la cintura y lo levantó, dejandolo a un lado de su cuerpo para poder incorporarse el mismo. Necesitaba espacio. Tranquilidad. Necesitaba no tener a un niño lindo semidesnudo sobre su cuerpo frotando sus mejillas.

Finny rompió a llorar sin previo aviso, con tal disgusto que si alguien desconocido lo viese pensaría que alguien se le había muerto.

- ¡Yo quiero ser bueno pero tu te portas mal comigo! - Dijo sollozando exageradamente.

No se había esperado aquella reacción...Le miró algo sorprendido y lo único que se le ocurrió hacer fue abrazarlo contra su pecho.

¿¿Qué estoy haciendo?? Se recriminó.

- No llores así... - Le pidió y cerró los ojos. Empezaba a arrepentirse de haberle ofrecido que se quede ahí. Finny le...hacía hacer cosas que no debía...

Finny dejó de sollozar casi inmediatamente pero cerró los ojos aún hipando debido al llanto. Lo miró con las pestañas mojadas por las lágrimas y las mejillas rojitas.

- E-esque quiero ser bueno para q-que me dejes vivir aqui.- Dijo entrecortadamente tratando de dejar de llorar.

- P-pero te enfadas conmigo y-y no se porque... yo solo quería mimos porque me gustan mucho.

- No me enfadé. - Suspiró y miró el techo, sin dejar de abrazarle. Empezaba a sentirse débil y vulnerable a esa carita llena de lágrimas, y eso no podía ser bueno.

-Eres...muy joven aún y hay cosas que no entiendes y no puedo explicarte...Lo que para ti es un simple mimo o muestra de cariño es algo diferente para mí y por más que intente no puedo verlo con los mismos ojos que tú. - Le dijo sincero.

En pocas palabras, soy un pervertido y me estoy sintiendo atraído por un niño... Soy un enfermo. Volvió a suspirar.

Finny volvió a fruncir el ceño.

- Pero yo no soy joven.- Le dijo suavemente, como explicándoselo.- Puedees explicarmelo igual. ¿por qué lo vemos de manera diferente? ¿Es que no te gusto? - Y ante esta idea volvió a temblarle el labio inferior.- Y-yo voy a ser bueno, enserio.- Le dijo dándole un beso en la comisura de los labios para demostrarle lo bueno que era.

Empezaba a sentir que estaban en distinta sintonía, el hablaba y Finny parecía no entenderle ni una palabra.

- Piensas distinto a mi. - Le dijo - Y no es que no me gus... - La mente se le quedó completamente en blanco al sentir ese pequeño beso.

Ya no pudo decirle nada, las palabras no le salían. Ese niño estaba volviéndole loco y se preocupó por el hecho de que tan simple roce tuviera ese efecto tan devastador en él...

Finny lo miró esperando a que acabara pero el mayor se cayó y el menor siguió esperando. Viendo que no decía nada le tomó la mano y tiró suavemente de ella.

- ¿Entonces que pasa? Si te gusto puedes darme mimos igual, a mi me gustan y a ti tambien ¿No? - Le dijo con su lógica aplastante.

Negó, no podía dejarse llevar, no debía. Pero sin embargo, quería hacerlo, se moría de ganas y para colmo sabía que el niño se entristecería de nuevo y seguiría insistiendo.

- Hagamos algo. - Le ofreció - Yo te...mimaré pero tú no a mí, ¿sí? - Suponía que podría controlarse si el niño no le tocaba...

Estás mal, Ephram, muy muy MUY mal...

- ¿Porqué? - Preguntó Finny aún más confuso, agarrando la mano de Ephram.

Bajó la mirada un poco disgustado, porque a Ephram no le gustase que él le diera mismo. Aún así decidió contentarse con eso por el momento porque no quería que el mayor volviera a enfadarse.

- Bueno vale pero me tienes que dar muchos.- Dijo con un pequeño puchero.

Ignoró la primera pregunta y suspiró.

- Lo intentaré... - Le miró de reojo, nunca había mimado a nadie. No estaba muy seguro de qué hacer. Le acarició los cabellos a modo de prueba.

Sería más fácil si no fuera tan lindo y latoso... Suspiró.

FInny cerró los ojos con una pequeña sonrisa y se cogió las manos para controlar el impulso de abrazarlo. Era muy mimoso por naturaleza pues en aquel cuarto había pasado solo demasiados años. Miró a Ephram, ya medio contento.

- Ahora ya me gustas más por que te portas bien conmigo.- Le dijo pegandose a él para que lo abrazara, pero con las manos bien entrelazadas para no tocarle.

Se sonrojó leve. - No digas esas cosas - Le pidió, es que le daba mucha pena.

Le rodeó con sus brazos, pensando que aquello iba a ser aún más dificil de lo que se había imaginado en un principio. - Tendrás que...elegir un cuarto para ti - Le sugirió. - Iremos de compras luego. Necesitas más ropa...

Supongo que tendré que...establecer algunas reglas... Pensó al recordar que el vampirito se desnudaba sin pudor alguno y andaba así por la casa.

Finny se rió feliz y le tomó la mano, tirando un poco de él.

- Quiero ver más cosas divertidas de la casa.- Dijo entusiasmado ya que nunca había estado en un lugar así. En su cuarto apenas había una cama y cuatro cosas más.- ¿Me las enseñas?

Le miró a los ojos y asintió. Tomó aire y se obligó a si mismo a recobrar la compostura.

Se dedicó a enseñarle la casa, habitación por habitación, cosa por cosa. Se quedó de una pieza al ver el desastre en su cuarto y el baño. Suspiró, le llevaría un buen ordenar todo eso.

-Creo que...este cuarto estará bien para ti.- Le dijo cuando entraron a uno bastante amplio y luminoso, cerca del propio. - Habrá que...redecorarlo, pero eso es lo de menos...

Soltó a Ephram y entró en el cuarto, mirándolo con una expresión indescifrable. Momentos despues se giró hacia el vampiro con un nuevo puchero y fue corriendo a abrazarle.

- ¡No quiero dormir solito! - Exclamó agobiado ante la sola idea de tener que quedarse solo toda la noche en una habitación, le tenía fobia hasta tal punto que prefería mil veces dormir en el jardín.

Le miró algo tenso por el abrazo repentino.

¿Acaso quiere...dormir conmigo? Se apenó ante la mera idea de compartir la cama con el pequeño vampiro.

- Estaré al otro lado del pasillo, no pasará nada...

- No...- Gimió el menor aferrandose a él con fuerza, suplicante.

- Porfavor.. no me hagas quedarme aqui solito por la noche.- Le pidió tirando de su manga.- ¡Dormire en el jardin! ¿Vale?

- No puede dormir en el jardín. - Frunció ligeramente el ceño - ¿Has estado durmiendo a la intemperie hasta ahora?

Se masajeó algo las sienes, no podía permitir que el niño durmiera afuera, pero tenerlo en su cama era demasiado.

- Si - Respondió Finny llevandose una mano a la boca mordiéndose un poco las uñas, mientras lo miraba sin entender.

- No quiero dormir solo en la habitación, me da miedo quedarme encerrado.- Le explicó mirando al suelo.

Le quitó como acto reflejo la mano de la boca, pero sin ser brusco y le miró pensativo.

-Podríamos quitar la puerta, así como has quitado la de mi habitación y la del baño. - Le miró, recordándoselo y haciendo nota mental de que tenía que ir a colocarlas rápido. No podían seguir así, tan...fuera de lugar...

Finny lo miró aún angustiado y se le colgó de la manga del brazo.

- No.. por favor.- Le dijo casi en un gemido lastimero con los ojos llenos de lágrimas otra vez. No quería decirlo pero al fin lo hizo.- Hace poquito me liberaron de un sitio.. y... y.. no quiero dormir solo en una habitación.

..Otra vez las lágrimas...

Suspiró y le acarició algo los cabellos. No le había gustado escuchar sobre el encierro, pero prefirió no ahondar en el tema momentáneamente.

- Vale, puedes dormir en mi cuarto... - Dijo rendido. Él dormiría en sillón. Definitivamente no podía compartir el colchón con el niño...

Finny volvió a sonreir una vez más, los cambios de humor en ese niño eran algo común. Se abalanzó sobre él y le dió un gran abrazo enterrando la cabecita en su pecho.

- Gracias gracias gracias.- Le dijo aliviado.