En la perfecta armonía del hogar (o casi...)

El pequeño se estremeció ante aquel ligero roce y aquella extraña sensación que lo "afligía" se hizo más intensa.

- ¿A-a ti tambien te pasa cuando me das mimos? - Preguntó mirándolo, con una pequeña sonrisa de alivio cuando Ephram le dijo que aquello era normal.

Se relamió los labios, mirando aquel trozo de carne que su dedo estimulaba.

-Sí, también me pasa...- Le contestó antes de morderse fuerte el labio, haciéndose sangrar. Se acercó lentamente a Finny y empezó a rozar sus labios contra la dureza del menor, tiñéndola con su líquido vital.

Finny no entendía nada, observaba a Ephram sin logra enterder el por qué de sus motivaciones y el motivo de por qué esos mimos le hacían sentirse así. Sintió los labios de Ephram acariciar su miembro, teñirlo de rojo y se mordió el labio inferior con cierta fuerza, clavándose sin querer los colmillos.

- E-ephram...- Murmuró entre agobiado y excitado.- M-me siento raro...

No le contestó de inmediato, tomándose su tiempo con aquellos roces, cubriéndole de sangre...

-Te sentirás bien, te va a gustar... - Le dijo relamiéndose los labios, con deseo sin contener ni disimular. Sonrió de lado - No te contengas...Gime para mi...- Le pidió, sin pararse a pensar si Finny siquiera sabía lo que era un gemido, esa parte de él no pensaba, no se lamentaba ni se retenía; hacía todo tal y como quería hacerlo...

Acarició con su lengua la base de la erección de Finny, empezando a limpiar aquellas deliciosas manchas rojizas que él mismo le había dejado...

Finny se sentía extraño pero Ephram le había dicho que aquello estaba bien así que cerró los ojos y se dejó llevar por aquella nueva variedad de mimos. Su respiración se agito y unas estrañas oleadas de placer, suaves, le comenzaron a recorrer a causa de las caricias del mayor. Gimió sin contenerse, no por que Ephram se lo hubiera pedido si no por que aquello al ser desconocido, no era alqo que le avergonzase.

- E-es raro.- murmuró entreabriendo los ojos.- Pero me gusta...

Le gustaba oirle gemir, aquello no hacía más que aumentar el nivel de su propia excitación. Tenía muchas ganas de consumar el acto, pero también quería segir degustando a Finny...

- Te va a gustar más...- Le susurró, bañando con su aliento la punta del miembro del menor -...cuando haga esto...- Vocalizó antes de engullirle, sintiendo el sabor de su sangre mezclado con el del pequeño...

Delicioso...

((Me doy pena xD))

FInny gimió y se incorporó levemente, sorprendido y excitado. Sus mejillas estaban rojas y sentía mucho calor. La boca de Ephram se le antojó cálida y suave, aquello era agradable y placentero.

- E-ephram...- Gimió cerrando un poco sus ojos.- M-me gustan mucho estos mimos...- Repitió abrumado.

Escucharle decir su nombre en aquel momento y de aquella forma le excitaba sobremanera. Siguió estimulando al pequeño con su boca, ansioso, deseoso.

- Eres tan lindo... - Murmuró separándose tan solo un poco, bañándole con su aliento la ya húmeda entrepierna. Volvió a acariciarle con la lengua a lo largo, al mismo tiempo que una de sus manos se paseaba por la tersa y blanquesina piel de los muslos del pequeño...

El menor sonrió con amplitud, al ver que Ephram le consideraba lindo, le encantaba eso, y aún más que se lo dijera. Cerró los ojos y dió un pequeño respingo al sentir las caricias de Ephram, volviendo a gemir con voz quedita.

- T-tu tambien lo eres.- Respondió a duras penas, jadeante.

Sonrió de lado al escucharle decir eso, y le dió algunos besitos sobre la cara interna de un muslo.

- ¿Te gusto? - Le preguntó algo divertido, separandole las piernas sin despegar sus ojos del cuerpo del pequeño.

Se dejo abrir las piernas sumisamente, sin prestar demasiada atención a eso, centrado en las palabras del castaño. Suspiró ante sus besos y asintió entusiasmado.

- ¡Me gustas mucho mucho mucho! - Le dijo con una enorme sonrisa.

Volvió a acariciarle la piel de los muslos.

-Mm...me agrada oir eso... - Llenó de besos los muslos de Finny, acercándose más a aquella zona. - Dime, Finny,... - Se relamió los labios, pensando en lo que iba a preguntarle... -¿Alguna vez...alguien te tocó aquí....? - Le preguntó finalmente, posando sus manos en las nalgas del menor, amasándolas deliciosamente.

Finny lo observó negando con la cabeza, mordiéndose un poco el labio inferior.

- ¿Es malo que nadie me haya tocado ahi? - Lre preguntó casi avergonzado, sin saber bien por que, por el hecho de que Ephram le preguntase eso.

- ¡Nadie me dio tantos mimos nunca! - Añadió alegre.

Sonrió complacido con aquella respuesta.

- Es bueno que nadie lo haya hecho... - Se mordió ligeramente el labio, mirándole con deseo* Sólo yo puedo tocarte aquí, ¿entendido?...

Le gustaba mucho el cuerpo del pequño y se sentía ansioso por poseerlo...

- Si dejas que alguien más te toque así...me enfadaré y ya no te querré...

Finny escuchó aquellas palabras y se incorporó un poco confuso,y entristecido ante la idea de que Ephram ya no le quisiera más. Sus ojos amarillos observaban las orbes azuladas del castaño, con duda.

- ¿Y por qué no pueden tocarme? ¿Y por qué dejarias de quererme? ¿Ya me quieres? - No entendía nada.

Negó divertido y le miró a los ojos. Se inclinó sobre él y le besó suavemente los labios, antes de posar sobre los del pelinegro uno de sus dedos.

-Shhh... No pienses en eso ahora... Ya tendremos tiempo para hablar, luego... Ahora sólo dejate llevar... - Bajó una de sus manos y masturbó a ritmo lento al pequeño.

Finny gimió y le rodeó con sus brazos, alzando un poquito sus caderas en un gesto reflejo, para que Ephram no cesase con aquellas caricias tan sumamente placenteras. Aquella respuesta no era la mejor, ni la que más le hubiera contentado pero decidió obedecer y cerrar los ojos, centrándose más en aquellas caricias que le dedicaba.

- V-vale.- Dijo en voz bajita.

Sonrió ante aquello y se dedicó a besarle el cuello, sin morderle. Ésta vez, su deseo iba más allá de sólo sangre...

- Me encantas... - Le susurró cerca del oído, aumentando el ritmo de su mano. No podía esperar para enseñarle a Finny aquel "mimo" tan particular...

Finny gimió con fuerza en su oído, echando la cabeza un poco para atrás mientras cerraba sys ojitos. Le gustaba que Ephram le hablara así y quiso hacérselo saber.

- Me gusta mucho que me digas.. esas cosas.- Musitó en un suspiro, con un gran gemido.

Le encantaban esos gemidos, eran tan excitantes...

-Y a mi me gusta decírtelas... - Sonrió y se separó nuevamente de él, acercándose a su entrepierna, aún masturbándole... - ¿Te gusta que te haga esto? -Le preguntó con la voz cargada de deseo, no creía poder aguantar los juegos mucho tiempo más. Se sentía demasiado ansioso, como nunca....

El menor asintió lentamente, el flequillo le medio tapaba los ojos, esos ojos amarillos cuyas orbes estaban nubladas por la excitación. Su pecho subía y bajaba rápidamente y aquella sensación de ir a explotar cada vez era mayor.

- M-me siento muy raro.- Dijo jadeante, apurado.

La inocencia de Finny, que en su estado normal le hubiera generado culpa, lejos de aquello, le excitaba muchísimo.

- Mm... te va a gustar esto, Finny... - Bajó el ritmo con el que le masturbara, para que no se corriera aún. Se inclinó sobre él y volvió a besarle los muslos, separandole nuevamente las piernas.

Le miró fijamente y se mordió el labio. Estar así, tan cerca del objeto de su deseo le ponía a mil. Tragó saliva, y rozó con la punta de sus dedos la entrada virginal del pequeño...

No por mucho...

Finny dió un pequeño respingo, sintiendo un escalofrío cuando Ephram le rozó en aquel lugar tan íntimo para él. No se quejó ni dijo nada por que confiaba en el, pero seguía sintiendose extraño. Si el castaño decía que aquello le gustaría, es que era verdad así que se echó para atras sobre el frío suelo y abrió mejor sus piernas, cerrando sus ojitos, sumiso.

Se sentía más que complacido con la disposición y sumisión de Finny...

-...Dime...como te sientes...- Le pidió con lascivia, acomodándose entre sus piernas. Siguió acariciándole con el dedo, con suavidad. Sonrió de lado justo antes de reemplazar su dedo por la punta de su lengua, humedeciéndole bien el área....

El menor levantó otra vez su cabeza y sus orbes amarillas siguieron cada movimiento que Ephram hacía, con su pecho subiendo y bajando a gran velocidad. Ante la petición de Ephram, contestó obediente.

- M-me siento bien.. pero a la vez raro, por que nunca me habían acariciado qui...- Se llevó una mano a la erección y se acarición suavemente, con un pequeño gemido y las mejillas completamente rojas.