En la perfecta armonía del hogar (o casi...)

- .... - Juntó toda la fuerza de voluntad que le fue posible y se detuvo, sin mirarle - Me llamo Ephram. Y tú eres el que se comporta raro. - Le explicó, antes de zafar su brazo.

- No volveré a hablarte o mirarte hasta que tengas la decencia de vestirte. - Le advirtió, serio, y fue a refugiarse en la cocina, cerrando la puerta.

Se sentía provocado por el niño y eso estaba no mal, pésimo. Era una actitud que no podía permitirse... ¡Además de que era tan sólo un mocoso! No podía sentirse atraído por alguien que probablemente aún jugara con muñecos.

¿Qué está mal conmigo...? Pensó agobiado. Recriminándole a su cuerpo el haber reaccionado así.

Finny se quedó allí solo y eso lo entristeción mucho, por que no entendía del todo que había hecho para enfadar a Ephram. Miró al suelo y se quedó allí paradito unos instantes. Al final decidió que quería verlo contento así que volvió al cuarto y abrió el armario, tirando toda la ropa al suelo para elegir algo bonito.


Cogió una camisa negra y se la puso sin nada más, con una sonrisa orgullosa, pensando que así el vampiro iba a estar contento y acudió corriendo a la puerta de la cocina, llamando suavemente. No quería romper nada más.

- Ya me vesti.- Dijo con su vocecilla.- Por que quiero que estes contento.- Añadió.

Miró la puerta, algo desconfiado. Era capaz de aparecerse con una tanga y decirle que estaba vestido... Por suerte no tenía de esas cosas. Se regañó mentalmente por andar creándose imágenes mentales y abrió la puerta.

Le miró con alivio al verle efectivamente vestido. - Gracias al cielo.. - No pudo evitar sonar aliviado al verle así. - No era tan dificil, ¿no?

Suspiró y le miró. En su cabeza se repitió como si fuera un eco lo último que había dicho: "Por que quiero que estes contento". Se sonrojó levemente y le revolvió algo los cabellos como premio por haber cubierto su cuerpo.

FInny sonrió feliz y cerró los ojos ante aquella caricia, alegre. La camisa le quedaba graciosa por que no se le veían las manos al moverse de lo grande que le quedaba.

Caminó mirando la cocina con curiosidad y luego a Ephram.

- Me gusta tu casa.- Dijo entonces, sentándose quietecito en uno de los taburetes para no enfadarle más.- Yo no tengo casa, pero de mayor quiero tener una como esta.- Declaró con una gran sonrisa.

Le miró serio con algo de lástima. Se acercó a él y le miró a los ojos.

- ¿Dónde estás viviendo? ¿Y con quién? - Por más que intentó ocultarlo se le notaba un poco la preocupación en la voz.

Le abrochó algunos botones en la camisa que eran algo "reveladores" mientras esperaba la respuesta.

Finny lo miró jugueteando con las managas de la camisa, sonriendo al ver que Ephram ya no era tan antipático ni se comportaba "raro".

- Vivo solito.- Dijo moviendo sus pies, que no llegaban al suelo sentado en aquel taburete.- Y donde quiero, ¡Ayer dormi en un parque muy bonito! Y había gatos, y los persegui pero no quisieron ser mis amigos.- Añadió poniendo un pequeño puchero.

Suspiró.

- No está bien eso. - Se mordió ligeramente el labio - ¿No tienes nadie con quién quedarte? ¿Familia, quizás? - Le miró a los ojos. No pudo evitar notar que era un lindo niño y era muy peligroso que estuviera solo en la calle....

Apuesto a que si viniera un sujeto y le dijera que quiere tirárselo iría por su propia voluntad sin siquiera saber de que le hablan suponiendo que sería divertido... Volvió a suspirar.

Finny negó con la cabeza aún con su ingenua sonrisa pintada en los labios.

- No se quienes son mis papis.- Dijo tan tranquilo, sin dejar de mover sus piesecitos.

- Unos señores me tuvieron en una habitación mucho tiempo... ¡Aunque me daban comida! Pero era muy aburrido.- Explico con un puchero.- Estaba siempre solo.-Suspiró.

Suspiró profundamente y le miró a los ojos.

-¿Cómo te llamas?- Le preguntó finalmente, aún pensando en lo que le iba a ofrecer después.

Es un desastre. Rompe todo, no tiene ni las conductas básicas... Se pasea desnudo, es caprichoso, no obedece y desordena...

Se alborotó los cabellos pensativo.

Pero es un niño...no puede estar solo en las calles...

- ¡Finny! - Exclamó el menor dando vueltas en el taburete, riendo un poco. Le gustaba mucho aquel lugar y Ephram le agradaba por que le era simpatico cuando hacía cosas raras.

Unas cuantas vueltas despues, paró algo mareado y trató de fijar su vista en Ephram pero era un poco dificil.

Suspiró y le colocó las manos en los hombros para mantenerlo quieto.

- Escuchame, Finny, - Le miró a los ojos con seriedad - si me prometes que no romperás más nada y obedecerás lo que te digo, podrás comer y dormir aquí.

Sinceramente, dudaba que el vampiro lo hiciera. Pero tenía que intentarlo.

- ¿Qué dices?

- ¿¡De verdad!?- Preguntó el menor mirándolo casi sin creerse lo que oía. ¡Con lo bonita que era la casa!

- ¡¡Gracias!! - Exclamó abalanzándose para abrazarlo con tanto énfasis que le hizo caer al suelo de espaldas, quedando sobre él. Y aún así seguía sonriendo con amplitud y lo abrazaba con fuerza.

- ¿Y podre comer humanos? - Preguntó entusiasmado.

Abrió los ojos, sorprendido, cuando cayeron y volvió a sonrojarse.

- ..... - Se sintió nuevamente un pervertido, Finny no se había siquiera ruborizado por eso. Se mordió ligeramente el labio y miró el techo.

- No. No está bien morder humanos, pero te conseguiré sangre como la de hoy. - Le empujó suavemente de los hombros, para separarle. - Promete que me obedecerás...

Esto va a terminar mal, muy muy mal... y será tu culpa, Ephram, sólo tu culpa...

- ¡Si! - Dijo Finny volviendo a abrazarse a él, frotanzdo su cabeza contra el pecho de Ephram, mimoso.

- Seré muy muy muy bueno.- Le dijo entusiasmado.- Y harñe todo lo que Ephram me pida por que quiero que este contento.

Cerró los ojos, avergonzado.

- Finny....Levantate, ¿si? - Le pidió finalmente. Tenerle tan cerca, tan escaso de ropa y sobre su cuerpo no podía ser algo bueno. ¡Que no era de piedra!

Si...esto sigue así...terminaré.......Dios... Soy un pervertido...

- ¿Por qué? - Preguntó el menor con un gran puchero, resistiéndose un poco a pesar de que acababa de decirle que le obedecería.

- Así me siento muy bien.- Dijo con su vocecilla triste, haciéndose un ovillo en su pecho.- En esa habitación siempre estaba solo y me gusta mucho que me abracen.-Añadió.

Contuvo la respiración unos segundos. Ese niño sería su perdición...

- Prometiste obedecerme. -Le recordó, pero terminó dandole pena el tono de voz tan triste...

- S.si te abrazo...¿prometes bajarte luego? - Su instinto le decía que no debía tocar a ese niño, pero tampoco podía permitirse tenerlo encima más tiempo...Era demasiado...

Finny asintió sin entender muy bien por qué no quería que estuviera encima, cuando él se sentía muy cómodo pero aún así, había dicho que le abrazaría así que se contento con eso.

- Me gustan mucho los mimos.- Le dijo apretándose contra su pecho.- ¿Me daras muchos mimos?- Le preguntó con cara de angelito.

Sintió que su corazón se aceleraba un poco. Ese niño era o demasiado inocente...o demasiado cruel...

- No estaría bien... - Le dijo, rodéandole con sus brazos. Era un hombre de palabra, odiaba las traiciones, engaños y mentiras.

Estrechó a Finny contra su pecho, algo sonrojado.

Finny suspiró, encantado por que Ephram le estuviera abrazando. Le gustaban sus brazos por que sentía una extraña sensación de protección entre ellos. Además su cuerpo era cálido y blandito.

- ¿Y por que no esta bien? - Preguntó extrañado, mirándole interrogante.- A mi me gustan los mimos y además son muy agradables. ¿Qué tiene de malo?

Miró aquellos ojos amarillos y se le antojaron brillantes de inocencia y curiosidad. Después de todo, Finny sí era un niño puro... O al menos eso le pareció.

Se quedó unos segundos en silencio, desarmado por la pregunta. Era una de aquellas a las que no les tenía una respuesta.

- Hay...diferentes tipos de mimos - Empezó, dubitativo, buscando las palabras adecuadas - con...diferentes intenciones...Y emm...algunas de ellas no están...bien...

Ok. Lo admitía. Era un idiota y no sabía expresarse, pero es que ese niño preguntaba cada cosa...

Finny frunció un poco el ceño aún confuso, y movió un poco sus pies mientras miraba a Ephram.

- ¿No todos los mimos son bonitos? - Dijo tratando de entenderle, acercándosele más para oir bien las respuestas.- ¿Qué tipos de mimos hay? ¿Cuales son los feos?

¿Por qué a mí...?

Suspiró y le miró a los ojos, tensándose algo al sentirlo tan cerca.

- No es... el mimo en sí..sino la intención...- Desvió la mirada - Hay...mimos maternales, fraternales, de amistad y de emm...pareja. - Intentó explicarle, algo cortado.

Finny se sintió aún más confuso si eso era posible, aquel chico decía palabras demasiado extrañas. Apoyó la barbilla en su pecho y mo miró, mordiendose el labio inferior mientras trataba de entenderlo.

- ¿Y tu que mimos me das? ¡Yo quiero los mimos mas bonitos y mejores! - Le dijo con una risita.

Negó rápidamente, intentando no mirarle. ¿¿Por qué tenía que poner esas caritas??

- No estaría bien que yo te ...mime... - Aclaró - No nos conocemos... y ...los mimos con desconocidos no están bien...

....que se conforme con eso... Rogó internamente que ya no preguntara más sobre aquello...