En la perfecta armonía del hogar (o casi...)

Su respiración se agitó algo, las ganas eran tantas, casi no podñia resistirse...

- No es eso, Finny...- Tragó saliva, sintiéndose demasiado ansioso y sediento - Cuando bebo sangre pierdo el control. Puedo hacerte daño...

Se alejó algo de él, tenía que irse rápido de ahí o se le tiraría encima y bebería hasta la última gota de sangre en el cuerpo del pequeño...

- ¡Pero yo puedo curarme! - Le dijo siguiéndolo, con la muñeca goteando.- ¡Dejame hacerlo, quiero compensarte! - Le dijo con la vocecilla apunto del llanto al ver que Ephram lo ignoraba.

Negó, pero ya no pudo resistirlo. Se arrodilló frente a él y le tomó por la muñeca, lamiéndola desesperadamente.

Al contrario de lo que pensaba el pequeño, su sangre era exquisítamente deliciosa, adictiva...

Finny entrecerró un poco los ojos con un pequeño gemido de dolor ante las ansias de Ephram pero aguantó, sumiso, con el brazo extendido dejando que el mayor se alimentara de él. Sentía sus colmillos clavándose y la lengua acariciando y recogiendo la sangre que se derramaba. Y durante todo ese rato, mantuvo su sonrisa para que Ephram no se preocupara por él.

El siguió saboreando y degustando aquel líquido vital, clavando nuevamente sus colmillos cuando sentía que el líquido ya no era tanto. Se sentía bien, era tan...placentero, y quería más...

Se levantó y le besó los labios, con intensidad, mordiéndole algo los labios para conseguir aún más sangre. Le gustaba aquella sensación...

Finny era delicioso...

Finny gimió por lo baco ante los mordiscos pero, a pesar de que le hacía daño, agradeció que Ephram quisiera compartir la sangre con el y entreabrió los labios, aceptador. El cambio en el vampiro era notable, ahora por la sed, era mucho más brusco pero el estaba contento por que ademas Ephram le estaba abrazando y eso le gustaba. Se abrazó a él y gimió un poco en sus labios sin saber por qué. Su cuerpo había subido de temperatura y a pesar de que sólo se había puesto los pantalones sentía calor.

Profundizó el beso, excitándose exponencialmente. Su sed iba más allá de sólo sangre, quería más de él, quería sentir más su cuerpo y su piel. Le acarició la cintura, pasando lenta pero dominantemente las manos por sus costados, apretándole más contra su cuerpo.
Se separó unos segundos de él para besarle repetidamente el cuello antes de volver a morderle...

Más...necesito más...

Finny volvió a gemir ante aquel mordisco y cerró los ojos, aún manteniendo sus brazos rodeando el cuello del castaño. Se percató de que lo apretaba más contra él y sintió todo el cuerpo del mayor, cálido.

- Me gustan estos mimos.- Dijo con una pequeña risita, sintiendo como Ephram le lamía el cuello con énfasis.

Siguió lamiendole con insistencia, limpiando cada gota de sangre que cubría la piel del menor. Lejos de volver en sí al escucharle hablar, le contestó con la voz cargada de deseo.

-Te gustará más...- Le aseguró, antes de volver a sus labios.

Finny iba a responderle pero Ephram selló sus labios con un beso y el menor no pudo hacer otra cosa que responderle, volviendo a sentir el delicioso gusto a sangre.

- ¿De verdad? - Preguntó al fin ilusionado.

Mordizqueó algo sus labios, acariciandole la cintura con ansiedad.

-Sí... Mucho más. - Le aseguró, empezando a recostarlo en el suelo. Le miró con una mezcla de lujuria y descontrol. Y es que Finny se le antojaba tan delicioso en esos momentos...

Se inclinó sobre él y le acarició el pecho...

Finny lo miraba con una enorme sonrisa al ver que Ephram le daba más mimos. Dió un pequeño suspiro por que nunca le había acariciado de esa manera. levantó un poco su cabeza para mirar lo que hacía el mayor, aferrándose a su camisa.


- El suelo esta un poquito frío.- Dijo riéndose.

Siguió acariciándole el pecho con suavidad, acercándose más a su piel...

-Y tú estás tan caliente...- Susurró. Sintió la urgente necesidad de saborear nuevamente a Finny, y no se cortó. Le lamió lentamente el cuello y bajó un poco más, clavando sus colmillos en el hombro del pelinegro, dejando que algunas gotitas de sangre chorrearan libremente hacia su pecho.

Finny no era consciente de las intenciones de Ephram, ni mucho menos... aunque probablemente aunque las hubiera sabido, no se hubiera preocupado ya que nunca había hecho aquello con nadie.

Emitió otro gemido en voz quedita cuando sintió aquel mordisco y luego observó al meyor inocente, sonriendo un poco.

- Tenías muchas hambre ¿Eh? - Le dijo feliz por poder contentarle.

Siguió el recorrido de una de las gotas carmesí con sus orbes aquamarinas brillantes de deseo. Se relamió los labios, ansioso y excitado.

-Tengo hambre de ti.- Le contestó, lamiendo el camino que sus ojos habían seguido antes, acariciando con su lengua la piel del pecho, acercándose peligrosamente a uno de sus pezones.

Finny lo osbervaba entre extrañado y contento, pero no nervioso ni asustado. Aquel comportamiento para él no se salía de lo normal, bueno en realidad, no sabía como se comportaba la gente normalmente.

Tomó el tengo hambre de ti como algo literal y pensó que aquello era bastante obvio.

- ¿Estoy rico? - Preguntó, inocente.

Acarició con la punta de la lengua uno de los rozados pezones del niño y se tomó su tiempo para contestarle.

-Mm...delicioso..- Le aseguró, empezando a succionar aquella sensible área. Finny le atraía, y mucho. En el estado que estaba, así, descontrolado, no le veía nada de malo a lo que hacía...

Se sentía bien, estaba bien. Los dos lo disfrutarían...

Finny se rió, la lengua de Ephram le hacía cosquillitas en aquella zona tan sensible. No entendía el motivo de aquelk tipo de besos, de hecho no sabía que existieran. Se incorporó un poco, lo justo para apoyarse en los codos y observar al mayor. A su propio cuerpo le pasaba algo, sentía calor y "eso" empezaba a despertarse, no entendía qué le pasaba.

- ¿Estos que mimos son? - preguntó entonces.

Parte de sí, quería ser responsable y separarse del inocente niño, pero la otra parte, más fuerte que la primera, se rehusaba a hacerlo. Llevó una mano a los labios de Finny y se los acarició, separó levemente sus labios y rozó tentativamente sus colmillos con el, incitándole a morderle...

Sabía que si seguía escuchándo las preguntas infantiles de Finny volvería en sí, y no quería hacerlo, no ahora...

Volvió a volcar toda su atención en el pecho del pequeño, lamiendolo y succionandolo, disfrutando de él...

Finny quiso volver a preguntar al ver que el mayor no le contestaba pero sintió aquella mano rozarse contra sus colmillos y entreabrió los labios, dudando si Ephram quería que le mordiera. Ya estaba bastante saciado pero aún así lo hizo, le rasgó la piel con los colmillos y lamió el dedo recogiendo el preciado líquido con avidez, cerrando los ojos para disfrutar.

Ephram le hacía unas cosquillas extrañas en el pezón, que le hacían sentir algo extraño en la parte baja del vientre, aquello que se conocía como excitación pero que para él era algo completamente nuevo.

Sonrió de lado al sentir la mordida y el silencio del menor. Las cosas empezaban a salir como él quería, y eso era muy bueno...

Bajó su otra mano por el abdomen y el vientre del menor, acariciándole despacio, descubriendo la suavidad de la tersa piel del pequeño. Mordió, sin hacerle daño, el pezón de Finny, controlando un poco las ganas de saborear nuevamente su sangre...

Descendió aún más su mano, rozándole provocativamente la entrepierna sobre la tela del pantalón. Se sintió complacido al notar que sus "mimos" hacían efecto sobre su cuerpo...

Finny sintió aquel roce y se incorporó un poquito por reflejo, nadie nuna le había tocado en ese lugar y no entendió bien por qué Ephram lo hacía.

Cerró los ojos y se centró en terminar de beber la sangre en la mano de Ephram y despues volvió a incorporarse con la curiosidad y preocupación picándole la lengua.

- Ephram... me siento raro aqui.- Medio gimió llevándose una mano a la entrepierna.

Le miró con deseo, sintiéndo que el vampiro más joven le estaba provocando.

-Dejame ver...- Le pidió, llevando sus manos a la cintura del pequeño, jalando los pantalones hacia abajo. Queria verle y sentirle en plenitud, sin nada que los molestase, sólo ellos dos y su ardiente deseo. Finny, él y la satisfacción de calmar aquel hambre que hacía tiempo le robaba el sueño...

Finny medio gimió cuando Ephram le despojó de la única prenda que llevaba encima y cerró un poco sus piernas, sonrojado por no saber que le pasaba.

- ¿Es malo? - Preguntó un poco preocupado, mirando su propia erección y luego a Ephram, aunque este no parecía nervioso.

Le recorrió con la mirada y no pudo reprimir una sonrisa lasciva.

-No, es bueno...- Rozó lentamente la erección del menor con la yema de un dedo. - ¿Acaso no se siente bien? Nada que se sienta así de bien puede ser malo, ¿no?

Se relamió los labios, se moría de ganas por consumar aquello que tanto deseaba...