En la perfecta armonía del hogar (o casi...)

Finny ignoró lo último que dijo y corrió a la puerta indicada, cerrandola sin pestillo. Hizo lo que el cuerpo le requería y despues de abrocharse los pantalones miró a su alrededor, entrtetenido.

Se acercó a la bañera y abrió el grifo, esperando a que se llenase un poco mirándola curioso. Entonces empezó a juguetear con el agua riendo y salpicándolo todo. Se mojó la ropa así que se la quitó y siguió jugueteando con el agua, empapando todo el suelo y riendo divertido.

Escuchó el sonido del agua y el chapoteo y un nuevo tic apareció en su ceja. Se acercó rápidamente a la puerta del baño y le habló desde allí.

- ¿Qué estás haciendo ahora? - Le preguntó algo molesto.

¿Qué ese niño no puede estarse quieto 1 minuto?

Finny lo ignoró y siguió jugando con el agua hasta que se aburrió. Entonces miró a Ephram desde allí, aún desnudo y con su ropa en medio del charco que ya inundaba la bañera.

- Jugar.- le dijo al fin, riendo empapado.

Tenía un mal presentimiento con eso, y el tono inocente del pequeño no le era de fiar.

- ¿Puedo entrar? - Le preguntó. No estaba acostumbrado a estar con alguien en casa y la verdad, no sabía que esperar del niño ese.

- ¡Si! - Respondió el otro entusiasmado.- Así puedes jugar conmigo.

Aquel sitio le gustaba, había un monton de cosas divertidas y encima tambien había comida. Nunca había estado en un lugar así y todo le llamaba la atención pues, desde que le habían liberado, había pasado los días vagabundeando por las calles.

Abrió la puerta y entró. Lo primero que notó fue que había una ligera capa de agua en el suelo. Miró el piso, algo molesto por eso.

Levantó la mirada para reclamarle y recién entonces reparó que el niño no tenía nada de ropa encima. Volteó rápidamente, sonrojado.

- ¡Estás desnudo! - Exclamó, confundido. ¿Qué andaba mal con ese niño? Intentó no relacionar el hecho de que el niño estuviera tal cual había llegado al mundo con el que quisiera que "jugaran"...

Finny lo miró sin entender y se puso en pie, aun riéndose.

- ¿No quieres jugar conmigo? - Le dijo con un pequeño puchero, volviendo a colgársele del brazo.

- Por favooor.- Le pidio.- Jugar solo no es tan divertido.

Se tensó y cerró los ojos, completamente rojo. Se sentía un pervertido por estar encontrándole doble sentido a lo que el niño decía. ¡Era un niño! Tenía mentalidad de niño, eso ya lo había comprobado... No era como...como si estuviera seduciéndole...

- P.ponte algo de ropa... - Le pidió, nervioso y apenado.

Esto no está pasando...

Finny no entendía por que el mayor no le miraba y le gritaba, y eso sólo hico que se abrazara a él con un puchero.

- ¿Por qué no me miras? - Le preguntó agfligido.- ¿Y por qué tengo que ponerme la ropa? Esta mojada y yo estoy bien.- Aclaró, con una pequeña sonrisa.

- .... - Se zafó de su agarre y salió rápidamente de la habitación, cerrando la puerta, dejándolo temporalmente en el baño.

-T.te traeré ropa seca. - Le dijo y fue a buscar algo, esperando que el niño carente de sentido común se quedara allí.

Tiene que estar bromeando... Por más que intentaba, no lograba comprender el modo de pensar de Finny...

El pequeño se quedó perplejo por que el chico se fuera tan rápidamente y corrió hasta la peurta para seguirlo pero la encontró cerrada.

- ¡Oye! - Lo llamó así por que no sabía como se llamaba.- ¡Abreme!

Comenzó a impacientarse y finalmente tiró la puerta, ya que como vampiro la fuerza era innata en él.

Miró a su alrededor, buscándolo por toda la casa lloriqueando de neuvo por haberse quedado solo y encerrado.

Escuchó el ruido y suspiró. A como eso siguiera así, se quedaba sin casa...

- ¡Que no toques nada! - Le gritó desde su cuarto, mientras buscaba algo de ropa. Era dificil, porque todo parecía ser demasiado grande para el pequeño vampiro destructor.

De todas las casas...¿por qué tenía que meterse en la mía? Pensó agobiado.

Finny escuchó de donde provenía esa voz y echó a correr hacia allí, tirando sin querer tambien la peurta de la habitación. Sonrió ampliamente al ver aquella cama tan grande e, ignorando al irritado vampoiro, se tiró en ella y comenzó a saltar.

- ¡Que habitación tan bonita! - Dijo saltando sin parar sobre la cama de Ephram.

...Tiene que estar haciendolo a propósito.....

Agarró una camiseta manga corta, no tenía nada del tamaño del vampiro, pero supuso que aquella prenda le quedaría como un camisón o algo así. Se acercó a el y le tendió la prenda, sin mirarle.

- Póntela - Le ordenó, mirando e agujero donde solía estar su preciada puerta de habitación...

- ¡No quiero! - Exclamó Finny aún riendo sin dejar de saltar durante un buen rato.

Le sacó la lengua al vampiro para picarlo, le hacía gracia verlo molesto. Cogió un cogín, se lo lanzó y siguió botando sobre el pobre colchón que crugía bajo sus pies.

Aquello le irritó más. Dejó la camiseta en la cama y sacó del closet un juego de sabanas extra. Se acercó al vampirito insolente y lo rodeó con la sábana, cubriéndolo y haciendolo caer acostado en la cama.

- Vístete - Volvió a ordenarle, acercándole nuevamente la ropa.

Lo único que me faltaba. Que un niñato venga a burlarse de mí en mi propia casa.

Finny pataleó mientras era envuelto en la sábana, quejandose molesto e incluso tratando de morder a Ephram. Una vez tumabdo, ya no podía moverse pero seguía retorciéndose tratando de liberarse.

- ¡No y no! - Exclamó enfurruñado.- Además no puedo.- Le dijo mirándose enredado con las sábanas.

- No creas que voy a soltarte ahora que me has confirmado que no te la pondrías si lo hiciera - Le replicó, sujetándole más fuerte para que no se escapase.

- Eres un ingrato - Le acusó - Irrumpes en mi casa y a pesar de que te dí con qué alimentarte has destruído cuanta cosa se cruzó en tu camino. - Le miró desaprobatoriamente.

Finny le puso un puchero y pegó la cabeza a su pecho tratando de pedirle perdon.

- Fue sin querer.- Dijo con vocecilla suave.- Además no sabía que era tu casa.

Miró a su alrededor, ya olvidadando que estaba enredado en las sábanas.

- Tu camita es cómoda.- Dijo de pronto.

No pudo evitar sonrojarse al escucharle hablar así y al sentir la cercanía.

-...O.Obedece lo que digo entonces... - Desvió la mirada.

.....esto también está mal....

- ¿Te vestirás?...

Finny volvió a posar la cabecita en el pecho de Eprham y cerró los ojos un segundo, podía oir latir su corazón y eso lo relajaba.

- Pero no me apetece.- Dijo caprichoso.- Quiero que me vistas tú.-Le dijo con su voz suave, mirándolo y riéndose al ver su cara.

Se sonrojó más.

- ¡Yo no voy a vestirte! - Exclamó avergonzado - ¿N.no andabas diciendo que ya eras mayor? Pues sé responsable y vistete tu mismo.

Se separó de él. Ese niño no tenía arreglo...

Andar pidiéndole a un desconocido que le vista... No me sorprendería si lo han violado antes...

Finny lo miró disgustado, pero más que nada por que ahora se encontraba confuso. Él no quería vestirse sólo pero si lo hacía Ephram parecía un niño... refllexionó sobre aquello y decidió que lo mejor para los dos era que siguiera desnudo. Sonrió, satisfecho de su mismo, y se libró al fin de la maldita sábana. Se dió la vuelta en la cama y se echó boca abajo, moviendo sus piececillos mientras miraba al vampiro.

- Me aburro.- Declaró con un pequeño suspiro.- ¿Como te llamas?

Volteó, creyendo que con lo de ser mayor le habría convencido y el pequeño vampiro estaría finalmente vestido.

- E... - Se quedó tildado al ver a Finny en una posición tan sugerente, y no pudo evitar que la sangre se le subiera a las mejillas y que le bajase otro poco a...

Negó frenéticamente y volvió a darle la espalda. No terminó de decir su nombre, simple y llanamente salió de la habitación. Demasaido agobiado, apenado y, para que negarlo, excitado, por la presencia del pelinegro. Caminó sin rumbo fijo, sólo quería alejarse de él para poder pensar con racionalidad nuevamente.

E.estúpido niño...

FInny no entendió por que el vampiro salió de la habitación así que algo ofendido sólo se levantó y comenzó a seguirlo, mirándolo curioso y tratando de entender su comportamiento.

- ¿E? Que nombre tan raro.- Dijo con el ceño ligeramente fruncido.-¿Y por que te portas raro, E?- Preguntó entonces agarrándose de su brazo para seguirle.