A punto estuvo de echarse a reír al escuchar aquella fingida seguridad, aunque reprimió a tiempo la risa, pues por nada del mundo deseaba herir a Takuma o que él pensase que se burlaba, cuando en realidad encontraba tierno y hermoso que se preocupase de aquella forma por él, hasta el punto de tratar de modificar su estado de ánimo para que él se sintiese tranquilo.
-Tú también tuviste malas experiencias en hospitales, ¿verdad?
Realmente, la mayor parte del mundo no gustaba de ir a hospitales... era normal, porque a un centro de salud se va cuando se está enfermo, lo cual nunca es agradable.
Caminó a su lado, con una sonrisa que le costaba esbozar, aferrando su mano. Al salir de la casa, el aire fresco le golpeó en la cara e hizo que sonriese con más fuerza, inspirando profundamente.
-Deseaba salir al exterior... Hace una noche preciosa.