El... hospital. [Narcys, y el doctor]

Debido a que aquel sitio no se encontraba demasiado lejos de la mansión, habían caminado hasta allí, gozando ambos de aquel hermosísimo aire fresco que hacía un par de días que ninguno de los dos podía apreciar. Llevaba de la mano al menor, con una expresión serena en su rostro, lo suficiente tomando en cuenta el lugar hacia donde se dirigían.
-Si, podría decirse que de niño, iba nada más porque me obligaban. Como a todo infante por sus padres, supongo.
Le respondió susurrante, dejando escapar una tenue risilla de entre sus labios, ladeando algo la cabeza para observarlo con sus orbes esmeralda, que eran tan cálidas y demostrativas en bastantes ocasiones.
Ya encontrandose frente a la entrada, tragó saliva y, de a pasos indecisos, se introdujo con el muchacho dentro de aquel lugar, caminando hacia la sala de espera, frente a la puerta en donde se suponía debía estar el doctor con el que anteriormente había hablado.
-Bueno... -Comenzó a decir, dejando escapar un suspiro y sin soltarlo de la mano. Sentía que se estaba protegiendo más a él mismo que al menor, cosa que lo decepcionaba un poco. ¿Era posible que él temiera más a ese lugar que su amado príncipe?- ...Aqui estamos.

Le había gustado mucho aquel paseo junto a su amado ángel, pues al fin podía caminar libremente, sintiendo el aire puro en los pulmones y contemplando el bello cielo estrellado. Conforme se acercaban al hospital, trató de mantener a toda costa estas imágenes en su mente, para así intentar vencer el intenso miedo y rechazo que le recorría al entrar en aquel lugar.
-No... La verdad es que no conozco a ningún niño al que le guste el hospital...
Sonrió suavemente al decir eso, sentándose junto a Takuma en la sala de espera, aferrando con mucha fuerza la mano. Su amado le había dicho por el camino que el doctor ya sabía que acudirían y no tardaría en llegar, nuevo motivo para sentirse nervioso.
-¿Crees que tardará mucho? -Inquirió, con la voz temblándole un poco-. Este sitio me da un poco de miedo...
Su voz era apenas un susurro, aunque tener a su lado a Takuma le daba fuerzas.

((Soy un doctor de shit, lo siento ._. ))

Apresuró el paso por el pasillo, lamentablemente y muy a su oesar, ultimadamente tenía que llamar ocnstantemente a casa par apreguntar por el castaño que habitaba en su casa, ese tipo de conductas no eran apropiadas del vampiro, pero de la nada se habían vuelto simplemente inevitables y pesanr que el teléfono, le había parecido hasta entonces un mal invento, ahora agradecía a todos los dioses su existencia.

Miró con desdén a ambos jovenes en la entrada de su consultorio y acomodandose la bata, abrió la puerta adelantandose a ellos.-No saben cuanto lamento la tardanza, haganme el favor de pasar.- Les ofreció una vez que la puerta estuvo abierta, dandoles el paso mientras sonreia al vampiro que identificó al instante y analizando fugasmente al humano. Un humano, hacía tiempo que no dedicaba su atención a uno. - Ah es cierto...muy buenas noches, soy el Dr. Stene, adelante...-

Toda su atención estaba puesta en el menor, e intentaba en todo momento sonreirle con calidez y con una tranquilidad que en ese momento no poseía. Estaba muy nervioso, tenía que admitirlo.
-No te puedo asegurar nada, Narcys. Pero aún asi debes ser fuerte, ¿Si?
Tan solo le dijo en voz baja. No quería mentirle ni crear falsas iluciones, por lo que había decidido solo murmurarle aquello.
Vió entonces a lo lejos llegar al doctor, a lo que sonrió desanimado, sintiendose algo nervioso y ciertamente culpable, pues el hombre se veía bastante apurado.
-Ah, buenas noches. Gracias por venir, en verdad.
Murmuró, poniendose de pie y tomando aún de la mano al pequeño. Observó de reojo a Narcys con la misma pequeña sonrisa de antes, pasandose la otra mano por el cabello mientras que se encaminaban hacia dentro del consultorio.
Volvió sus orbes esmeralda al doctor para explicarle lo que había sucedido tras un cansado suspiro.
-Verá, en resumen, se ha quemado por salir bajo el sol y queríamos ver cómo podemos solucionar el dolor, y si es posible... preguntarle si hay una posibilidad de que pueda salir de día otra vez.
Le informó al hombre apenado, olvidando aclarar que el muchachito ya no era humano, si no que había pasado a ser de su misma especie.

Asintió de una manera casi imperceptible al escuchar las palabras de Takuma, porque no se sentía demasiado convencido... ¿ser fuerte? Él era cualquier cosa menos fuerte. Pero no quería asustar a su querido ángel, así que se prometió intentar ser valiente, para así no preocuparle.
La aparición del doctor le sobresaltó de forma leve. Era el primer vampiro que veía después de haber conocido a Takuma y, a diferencia de él, no parecía muy distinto del resto... ah, ¿para qué se preocupaba? No tenía motivos para sentir miedo, seguro que el doctor era amable, o al menos eso prefería pensar.
-B-buenas noches... -murmuró, mientras entraba con Takuma en la consulta, todavía asustado.
No sabía adonde mirar y, curiosamente, habían empezado a temblarle las manos, cosa que le sucedía cuando estaba muy nervioso. Las apoyó sobre sus rodillas, esperando tranquilizarse poco a poco o, al menos, no demostrar aquel tremendo nerviosismo.
Escuchó la exposición de Takuma, agradeciendo que hubiese hablado antes que él, porque tenía un nudo en la garganta Advirtió que había olvidado mencionar la transformación y se preguntó si debería intervenir... al fin y al cabo, el doctor no podría diagnosticarle bien si no tenía toda la información.
-Yo... Sí, eso es, pero... Ah, es que antes de eso T-Takuma... Él me... me transformó y yo... yo ya no soy humano... Antes de eso sí podía salir al sol...