¡Exclavo nuevo! *-* (Shin)

Rojo por la verguenza, le miró con un dejo de tristeza, por alguna razón, y frunció levemente el ceño. ¡¿Cómo se atrevía a decirle aquello?! Encima que lo estaba obligando a acostarse con él se ponía de pretencioso, que molesto, realmente. De todas maneras aún suspiraba y gemía a cada rato, pues no había terminado en su totalidad y todavía podía sentir como el placer acaloraba su cuerpo.
Entrecerró los ojos, juntando un poco las piernas.

Así como estaba obligado a hacer tuvo que rodearle la cadera al ajeno con las piernas, sintiendo como sus paredes se dilataban cada vez que el mayor sacaba el miembro de sus adentros. Finalmente sintió como era llenado por la semilla ajena. Se había sentido extraño, pero definitivamente de lo más delicioso y placentero, soltando un sonoro gemido ronco.

Con las mejillas rojas y algunas brillantes gotas de sudor en la frente, entreabrió los ojos al igual que los labios, dejando escapar un último sonoro suspiro. No quería admitirlo, pero aquella "actividad" había sido la más placentera de su vida.

De todas maneras, por alguna razón únicamente conocida por él se sintió triste, y aún rodeando al mayor por el cuello, se apegó un poco más a él, escondiendo la cabeza en el pecho ajeno, mientras que sus manos temblaban un poco.

Sollozó silencioso, esta vez sin dejar que tantas lágrimas se derramaran por sus orbes, y suspiró con una mezcla de cansancio y angustia.
-¿Me has dicho ya... tu nombre?
Cuestionó muy por lo bajo, poniéndose las manos en el pecho y juntando las piernas para así doblar las rodillas, haciendose una "bolita" junto al mayor. Aún le avergonzaba estar desnudo frente a otra persona, por lo que el carmesí aún adornaba las mejillas.

- No.- Respondió el pelirrojo con tono suave.- Soy Said.- Le susurró al oído, dándole un pequeño beso en la mejilla.

Se incorporó un poco para tomar las sabanas y así taparlos a ambos, y volvió a rodearle con un brazo. El chiquillo le inspiraba ternura, y se sintió incluso algo culpable, cosa que nunca le había pasado.

- Venga... no llores, podría haber sido peor.- Dijo torpemente tratando de animarlo.

Definitivamente las últimas palabras no lo animaron para nada, pero prefirió dejarlo así. No tenía ganas de discutir, en realidad, no tenía ganas de nada.
-Sa..id.. -Susurró con lentitud- ...¿Pu-Puedo llamarte solamente "Said" o tendré que decirte... amo?
Preguntó apenas con un hilo de voz, sintiendo la calidez ajena. Aún sentía su sentimiento de odio hacia esa persona, pero notaba como lentamente era reprimido por otro sentimiento, uno desconocido. Tal vez el trato que estaba recibiendo en ese momento, al no ser malo como los anteriores, le inspiraba protección y calidez.

Sin duda tardaría en acostumbrarse a ese tipo de trato, pues en su casa, eran sus siervos los que le llamaban "amo" a él. Claro que los suyos eran sirvientes bien tratados, tomados en cuenta casi como si fueran miembros de la familia. Pero bueno, no parecía haber otra opción.

Respecto al comentario del baño, asintió con la cabeza.
-Me.. Me agradaría, por favor.
Pidió con su, ya incorporada en él, educación.

Se sorprendió un poco debido a lo que estaba escuchando. ¿Era posible que Said estuviera cambiando un poco al menos con él?... No pudo evitar alegrarse un tanto, pues eso era un verdadero alivio.
-Tal.. Tal vez no te odie ...ta-tanto.
Comentó apenas audible, mirando hacia un costado, sonrosado pues le apenaba seguir desnudo.

Said lo escuchó perfectamente a pesar de que el chico hablase tan bajito. Le sonrió y le acarició los cabellos, dejándolo sentado en un taburete. Abrió la ducha y dejó que la bañera se llenase.

- Si te portas bien y no tratas de escapar... podemos ir a mirar cosasas para decorar tu cuarto.- Le dijo con una pequeña sonrisa.

Juntó las rodillas y se quedó allí sentado, con la mirada baja, y las mejillas sonrojadas, mas un poco menos que antes. Tal vez ya no se estaba sintiendo para el suicidio, aunque la tristeza aún no se apasiguaba.
-Me portaré bien si... si tu no me haces daño...
Replicó en voz baja, mas sin tono de molestia.

Si bien le hubiera gustado contrariar aquello respecto al sexo pensaba que no era el momento indicado. Tal vez, posiblemente, luego se quejaría por eso. Sonrió debilmente... su primera expresión más o menos felíz estando en aquella isla. Alzó un poco la mirada entonces, para compartir su sonrisa con el mayor y al menos de esa manera demostrarle que ya no estaba en un estado tan deplorable de ánimo.

Se levanto del banquito y juntó sus manos posándolas al frente de su cuerpo, jugando con sus dedos. Miró entonces la bañera, ladeando un poco la cabeza.
-Gra..Gracias...
Susurró entrecerrando los ojos, mas entonces volvió sus orbes a las ajenas, volviendo a adquirir el carmín en aquellas tersas, pálidas y suaves mejillas.
-A-Aunque si quieres pu..puedes quedarte..
Apenas murmuró.

Finalmente se metió a la bañera, para dejar escapar de entre sus labios un suspiro. El agua tibia le relajaba, y la idea de poder limpiarse era aún mejor, ya que permanecía asqueado con tan solo pensar en que había estado en el mercado.

Frunció un poco el entrecejo y miró hacia abajo, hundiéndose un tanto más.
-Co-Como quieras..
Refunfuñó, intentando poner su actitud ruda de "no me importa nada", aunque no le salía precisamente perfecto.

Said se rió y observó al chico con los brazos cruzados. Desde luego, estaba totalmente complacido con aquella compra.

- Si quieres puedo darte un masaje.- Dijo de pronto.

- Ha de dolerte la espalda por culpa de esa jaula...

Abrió los ojos desmesuradamente al oírlo decir eso, se giró a verlo, ahora con expresión de sorpresa.
-¿En.. verdad?
Cuestionó por lo bajo, ladeando la cabeza.