¡Exclavo nuevo! *-* (Shin)

Said tardó un rato en responder, aún inmerso en los besos al menor, acariciando su cuello con las labios y deleitándose al ver cada pequeña reacción de este.

Llevó una de sus manos a la parte baja de su abdomen, acariciándole sólo con la punta de los dedos para provocarle un cosquilleo.

- Pues... en realidad te compre como un juguete.- Le susurró al oído.- Eres muy bello y me gusta tu sonrojo. Aún no te conozco mucho pero... eres al único al que he tratado así.

Atrapó el lóbulo de su orjea y lo mordió ligeramente.

- Así que supongo que podríamos decir que sí me gustas. ¿Y yo a ti?

Tenía la mirada perdida hacia al frente, y dejando que algunos mechones húmedos de su cabello acaramelado cubrieran parte de su rostro, con la cabeza ladeada, una mano en el agua y la otra sosteniendo la del mayor, de vez en cuando suspirando.
Nuevamente se sonrojó al sentir los dedos cerca del vientre, aunque no dijo nada, solamente se erizó.

Al oír aquello sonrió disimuladamente.
-No se si me gustas... pero, te confieso que me sentí bien al... escuchar la respuesta.
Susurró con calma, algo raro en él. Ya no quería quejarse o molestarse en enojarse.
-¿Sa-Sabes?...Había una persona a quien quise realmente, pero se que no lo volveré a ver... Aún así, me es difícil poder volver a decir... "te quiero"... no deseo sufrir de nuevo por eso, no quiero... tener que sufrir si a quien le vuelvo a decir eso le ocurre algo malo..
No sabía porqué se lo decía, pero sentía que se quitaba un peso, que ya no tenía que cargar con ello.. No quería herir al mayor, simplemente lo había dicho.

Said lo escuchó en silencio, mientras seguía con sus jueguecitos, recorriendo el abdomen de Shin con una mano mientras le acariciaba los dedos con la otra.

Cuando el chico termino de hablar Said se quedó sorprendido, casi más por el hecho de que hubiera dicho más de una frase que por lo que le había confesado.

- No es obligatorio que me quieras.- Le respondió con calma bajando un poco más su mano.- Yo no he dicho que vaya a enamorarme de ti... nunca he sentido eso por nadie, la verdad.- Explicó con tono suave.- Pero sí quiero al menos agradarte por que vamos a pasar mucho tiempo juntos.

Su expresión tranquila se mantenía, su sonrojo poco a poco desaparecía, y estaba ahora con los ojos cerrados, sintiendo las caricias.
-Si no me agradaras al menos un poco no te dejaría hacer esto.
Inquirió por lo bajo, entreabriendo una de sus orbes y observando la mano en su abdomen. Se apenó un poco al notar sus pezones erectos, aunque no dijo nada.

Said iba a decir algo como "si no me dejases te obligaría" pero se contuvo por que en realidad, tampoco quería ningún mal para el menor. De hecho se alegró al ver que se relajaba.

- ¿Quieres que continúe? - Preguntó refiriéndose a las caricias que le estaba proporcionando, que habían bajado un poco más.

-Me... Me gustan..
Murmuró suavemente, volviendo a observar su abdomen. Alzó con su mano la del mayor y la posó sobre sus labios, depositando allí un suave beso.
-N-No lo malinterpretes.. Es sólo como agradecimiento porque eres amable ahora.
Se anticipó a avisar respecto a que lo dejaría seguir con aquello. Aunque en realidad era porque le agradaba sentirlo cerca.

Said se quedó sorprendido al ver que el menor le besaba y sonrió complacido sabiendo que ya empezaba a gustarle. No lo tomó como un alago ya que él mismo se sabía sexy y normalmente conseguía lo que quería, pero sí como un avance.

El menor no le había dicho expresamente que continuara pero tomó aquella respuesta como afirmativa y metió su mano bajo el agua para acariciar el miembro del menor sólo con las puntas de sus dedos, para ver su reacción.

- Por ahora me contento con tocarte...- Le susurró.- Pero más adelante, tendras que aprender a hacerme disfrutar tú tambien.- Le dijo en voz baja.

Nuevamente con su notable sonrojo abrió más los ojos y observó hacia abajo, avergonzado, aunque gustoso. Dejó escapar un nuevo suspiro mientras se hacía un poco más hacia atrás.
-Yo, no... se...
Intentó decir que no sabía cómo hacer sentir placer él, mas las caricias loo silenciaron, aunque apenas entreabriendo los labios luego alcanzó a decir.
-...Enséña...me...
Musitó, en un tono ronco y casi suplicante, aunque sin tener intenciones de atraer al mayor con eso. Simplemente, el tono de voz le había salido de esa manera, aunque parecía más intencional.

Said entreabrió los labios inconscientemente ante aquel tono tan sumamente sugerente del menor. Desde luego aunque no fuera su intención, sólo con aquello había logrado encenderle.

- Gírate hacia mi entonces.- Le indicó con una pequeña sonrisa, apartando sus manos de él muy a su pesar.

Hizo lo indicado, quedando frente a frente con el mayor. Se notaban sus mejillas encendidas en un fuerte carmesí, sus pezones erectos y 'aquello' también.
Juntó levemente las rodillas, apenado, avergonzado por su aspecto.

Said no pudo evitar devorarlo con la mirada ya que aquel cuerpecillo excitado y mojado era sumamente tentador. Y saber que estaba dispuesto a hacer lo que él pidiera lo era aún más.

Le acarició los hombros y un poco los brazos, y lo observó con una sonrisa coqueta.

- Acariciame, como quieras y donde quieras.- Le pidió para ver qué haría.

Estar dispuesto a hacerlo no significaba que no estuviera consciente de ello. Sabía -en parte- lo que hacía, y por lo mismo cada vez si rostro estaba más colorado. ¿Acariciar?...Habían muchos lugares para hacerlo, o al menos eso él pensaba.

Estiró una mano temblando un poco, pasándola por debajo del brazo ajeno, y finalmente comenzó a acariciarle la espalda bajando y bajando, mientras que se acercaba dejándole también besos muy tímidos en el cuello.
-No soy bueno para esto..
Pensó más que avergonzado.

El pelirrojo se dejaba a hacer, mirándolo sin poder ocultar la sonrisa entre pícara y deseosa al verlo así. Cuando escuchó aquello tomó su cara con suavidad y le dió un pequeño beso.

- Hagamoslo los dos a la vez...- Le susurró en los labios.- Así, sólo tienes que seguirme.

Sintió un leve escalofrío al separarse de nuevo de los labios ajenos, al escuchar aquello. Sin embargo, no le parecía tan mala idea.
-Cre-Creo que estaría... bien..
Respondió susurrante, deteniéndose para mirarlo a los ojos sin avergonzarle ya que se notara su gran sonrojo. Y luego besandolo una vez más. Comenzaba a adorar esos labios, tan suaves y deliciosos...

Said tomó aquellos labios y los beso incluso con dulzura, lentamente, saboreándolos. Eran exquisitos. Despues acarició la blanca espalda de arriba a abajo, llegando hasta sus glúteos para masajearlos con delicadeza. Su otra mano repasó el pecho del chico, deleitandose ante el tacto de la piel tersa.

- Me encanta tu cuerpo.- Le dijo volviendo a besarle.

Una vez más lo besó, un poco menos tímido, atreviendose a explorar con su lengua el interior de la boca ajena nuevamente, a la vez que también le acariciaba la espalda. Pero luego de un momento se separó de los labios del pelirrojo y evitó su mirada, bajándola un poco.
-Sa-Said... -Lo nombró por lo bajo, cerrando los ojos con verguenza- ...¿Pu-Puedo?...
No era fácil expresarse en palabras sin que aquello sonara "extraño" para sus oídos, por lo que sin esperar respuesta llevó una mano al miembro del mayor, rozándolo en su extensión con la punta de los dedos, temeroso, volviendo a besarlo con vehemencia, una extraña en él.

Said no reprimió un gemido bajo, ronco, en los labios del chico cuando este le tocó con tanta timidez y suavidad. Le encantaba ese chiquillo que destilaba inocencia, una inocencia que él estaba robando poco a poco... y de lo que no se arrepentía. Podía moldearlo, enseñarle lo que le gustaba y como le gustaba... enseñarle tanto a dar como a recibir placer y aquella visión de futuro se le antojó tentadora.

- Claro que puedes, pequeño.- Le susurró al oído, tomando el lóbulo de su oreja con suavidad.- De hecho eso me complace mucho...

Comenzaba a desear poder deshacerse de aquella timides que lo reprimía, que lo hacía dudar de sus actos. Quería simplemente poder dejarse llevar por el momento, pero aún así temía hacer algo equivocado.

...Ante la afirmación, con un poco más de seguridad tomó con toda la mano el miembro del mayor, tanteando y sintiendolo latir en la palma de su mano. Con solo el dedo pulgar acariciaba la rosada punta, aún tremendamente delicado, mientras dejaba oír pequeños suspiros de ancia.

Said volvió a gemir en su oído ante las tímidas caricias que Shin le proporcionaba. Bajó la mano y la colocó sobre la de Shin para guiarlo, para que no sintiera vergüenza por aquello a pesar de que, aquel curioso sonrojo en sus mejillas era algo que le encantaba.

- Eres hermoso...- Le dijo volviendo a tomar el lóbulo de su oreja, esta vez entre los dientes, mientras desciendía su otra mano por la espalda del menor.

Al tener la mano del mayor sobre la suya, continuó moviendola siengo guiado por el otro, con un poco más de rapidez.
-Sa-Said...
Susurró entrecortado, sintiendolo tan cerca. Oír su respiración que tan calidamente acariciaba su cuello lo volvía loco, lo hacía ponerse ancioso y aumentar el ritmo de la masturbación. Con la otra mano pasó a acariciarle el pecho, de vez en cuando rozando los pezones con la punta de los dedos.