Luego de las compras [Priv]

Cuando el sueño se le desvaneció, sorprendentemente rápido, se percató que era por causa de una extraña incomodidad en sus extremidades. No así lo era la presencia cercana del castaño que cada vez disfrutaba más, sobre todo cuando se le arrebujaba de aquella manera tan cálida.

Prestañeó un par de veces, mirando su rostro, moviendose un poco para comprobar su cuerpo adolorido. Sintiendose viejo y tonto, delineó su espalda con el índide, era psoible que solo se tratara de la posición en que había dormido, depsués de todo...no había hecho mucho la noche anterior. aunque si había sido buen ejercicio a comparaciónde sus anteriores días de sedentariedad.

Los movimientos del otro, y su respiración era como un suave arrullo, mas a veces fruncía un tanto el ceño entre sueños.
-...Prrh...
A penas un suspirito se le salió, antes de ponerse boca arriba y seguir con su descanso.

Colocó su frente contra la sien del castaño, sonriente de los soniditos que se le salían de la boca. No puede ser tan malo Pensó, para sus adentros, estirando un brazo que le tronó adolorido que casi al instante regresó sobre el pecho del chico. Hacineod un segundo intento con las piernas, que parecieron para su fortuna no tener mucho problema. Entonces quiso mover la cadera para ponerse boca arriba, pero desistió cuando sintió un tirón de ella.

Ahora que el vampiro hacía sus intentos un poco más bruscos por acomodarse, abrió lentamente sus ojos, y lo observó girando la cabeza.
-¿Qué sucede?..
Cuestionó, sonriendo discimuladamente.
-No te ves cómodo..

Sufriendo con desconduelo en su fuero interno por su increiblemente intensa oxidación, intentaba mover la cabeza, pero el cuello le mataba. Con carade susto miró al otro cuando le habló como si le hubiera encontrado hacinedo algo muy malo.

- ¿Eh?....¡No, para nada!

Se acalró la voz calmando sus facciones, se frotó la cara.

- Estoybien, completamente bien, comodisimo ¿y tu?

Su-Supongo que estoy... bien?
-Le respondió, frunciendo el ceño y volviendo la vista al techo.
Odio que me mientas... Olle, se que te duele todo, tus crujidos los estoy escuchando hace como diez minutos..
-Rió agraciado y le sonrió observandolo a los ojos ahora.

- Me alegro...

Dijo con el ceño fruncido, rendido completamente a su inmovilidad que ocultaba a la perfección, o al menos eso creía hasta que el otro rompiera su sueño.

- C-Claro que no ¿de que hablas?

Se volteó de espaldas al otro, con un pequeñisimo sonrojo y cara de berrinche, desgraciadamente cuando se giró un dolor tremendo le recorrió el cuerpo, acompañado de un crujido de caderas.

- Maldición - -U

Je, podría hacer lo que quiera mientras estas asi.
-Susurró, pero prefiriendo solo picarle la espalda con su dedo índice.
¿De verdad te duele tanto? Vaya, si que eres un inutil.
-Se puso de rodillas sobre el colchón, y rió burlón.
¿Quieres un masaje?

- ¿Me vas a matar? ¡Oh así me agradeces!

Refunfuñó con mala cara, frunciendo el ceño y respirando algo agitado calmandose poco a poco. Le miró "feo" de reojo.

- Callate...que todo es tu culpa.

Dejó caer de nuevo la cabeza sibre el cojín con cara de sufrimiento, poniendose una palma sobre el rostro. Le miró con un solo ojo.

- ¿Sabes hacerlos o solo te burlas? ¬¬ Maldito

Se hacerlos... Pero si me hablas asi olvidalo.
-Reprochó, mirandola con la ceja arqueada.
Y yo que quería ayudarte.. Pero bueno, que se le va a hacer..

- Nooo~

Gimió adolorido con los ojos cerrados, estirando el brazo para halarle la muñeca a medias.

- Lo siento...anda, me moriré

Tu no puedes morir..
-Le recordó. Sonrió observandolo aún con mucha ternura, y puso las manos en sus hombros, poniendolo muy cuidadosamente boca abajo.
Ya, guarda silencio..
-Recomendó, comenzando a hacerle varios masajes suaves sobre los hombros.

- Ah, es verdad...

Recordó con los ojos cerrados, sintiendo un leve estremecimiento cuando le puso las manos encima, se dejó hacer, moviendo los hombros ligeramente con cada toque cálido del chico.

- De acuerdo, lo que digas...

Presionaba con sus pequeños dedos los músculos del mayor, suavemente y en forma circular..
Un pequeño sonrojo se había hecho presente en sus mejillas, mas seguia con su labor, pues almenos por una vez quería hacer algo por si mismo que le agradara.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, metiendo los brazos bajo los cojines, mirandole apenas de perfil, suspirando contento para que supiera lo mucho que aquello le gustaba. Pensaba en lo lindo que le quedaba el sonrojo a sus mejillas. Se volvió a hundir el rostro en la almohada pensando ello, acomodandose un poco más debajo del castaño.

Bajó un poco más sus manos, masajeando desde los hombros hacia toda la espalda, llegando hasta la cadera y subiendo de nuevo.
Le agradaba mucho poder hacer eso, por lo que en ningún momento dudaba ni se detenía.
Luego de un rato asi, masajeó un poco su cuello, hombros de nuevo y le quito las manos de encima.
-¿Qué tal estuvo?

- Increíble...

Contestó en voz baja con una sonrisa, moviendo los hombros de vez en vez en señal de que quería más. cuando terminó fingió un puchero, inhalando aire profundamente..

- Si...fue excepcional, Kiba...

Y... ¿Ya te sientes mejor?
-Decidió preguntarle, recostandose a su lado de nuevo, y sumamente sonrojado dandole un pequeñisimo beso en los labios.
Espero que si, tus crujidos eran muy molestos.
-Agregó, riendo burlón mas con una sonrisa amable dibujada en su rostro.

- S-Sí...

Tartamudeó sorprendido por el beso, manteniendose boca abajo y sonriendole levemente, estiró una mano para dejarla languida sobre su mejilla.

- En serio? esque me oxido...o.o

Sep... Es que eres taaan~ viejo..
-Comentó, tapandose hasta el cuello.
Tienes que hacer más ejercicios, hoy iremos a jugar de nuevo..

- ¿Y si después ya no me puedo parar nunca?

Le recriminó al otro, sentandose en la cama, auqnue los tronidos eran maenos, por lo menos no le dolió tanto el estirarse conun bostezo.

- Mhm...¿y que jugaremos esta vez?

Mm~h.. No lo se.. ¿Escondidas?
-Recomendó, pues era uno de sus juegos preferidos.
O no tienes unas raquetas de tenis? Sería muy divertido ^^
-Se sentó también, usando las sábanas como una especie de capa para no sentir frio detras tampoco. Se acomodó el cabello con una mano, y volvio a mirarlo alegre.

- ¿Podrían ser lo dos, no? Tenemos toooda la noche...

Le miró con inmensa ternura, acomodandose a su lado y tomarle ambos bordes de la sábana que le cubría para atraerle un poco más poniendole ojos bien abiertos y pegandose a sunariz.

- Uuuh y si mientras te escondes te aparece el jinete sin cabeza? o.o

Con los ojos abiertos de lado a lado, observando los de su amo. No pudo evitar estremecerse ante escuchar el nombre de ese personaje de cuentos que siempre leía de pequeño. Era tan aterrador como los fantasmas, o más inclusive, asi que practicamente de un segundo a otro, ya estaba aferrado al cuerpo del vampiro.
-N-No digas tonterías... Eso n-no exi-ste..
Balbuceó nervioso.

- Oh cuidaré mucho tu cabecita, de veras...

Le prometió con una sonrisilla treviesa abrazandole encantado cuendo el otro lo hizo.

- Yo cuido tu cabeza y a cambio tu me enseñas a jugar tennis ¿Que te parece?