Compras [Kiba]

Accostumbrado a que le mandara a callar, permaneció inerte dedicandose a mirar por la venta en silencio, cuando llegaron a la plaza el auto se detuvo y bajo primero esperando por el pequeño.

- Ya llegamos, raro. Apresurate...

Se acomodó la pañoleta y alisó la gabardina, a su primera parada que había decidido sería la joyeria.

No me digas raro, más raro aún.
-Dijo en tono de órden, bajando también del auto.
Se cruzó de brazos, y en ningun momento lo miraba.

- Jajaja, ese es el mejor apodo que me han puesto en mi vida..."Más raro aún"

Arremedó su voz cuando repitió el insulto cada tanto le veía de reojo, extrañado de su enojo, no había sido tan terrible que recordara, él chico solo había hecho todo eso.
Llegaron cruzando la calle a la lujosa joyería donde se puso a ver cada iluminado estante, solicitando a la encargada unos cuantos collares y sortijas para dama, los más caros y ostentosos que pudo encontrar.

- Ven...ayudame, quita esa cara

Ni buen entraron, sus ojos castaños brillaron mientras admiraba alucinado cada hermosa joya. Mas como siempre pensaba que eran cosas superficiales e inservibles.
-No se elegir estas cosas.
Replicó evitando su mirada.

- Oh vamos...no seas así...

Sonrió fascinado con las joyas que miraba una a una a detalle, dandole la vuelta y mirandolas de cerca, imaginandola en la mano o en el cuello de a quieniba a regalarselas. Sin embargo no pudo evitar notar la rara actitud del niño. Cielos, en realidad era todo un dilema tener contento a su esclavo. Pensaba que si lo sacaba un rato se tranquilizaría por el incidente de las aves, pero parecía estar más enojado. Suspiró, eligiendo finalmente un juego de collar, aretes y anillo de hermosos y gigantescos rubíes que pidó en envoltura para regalo, así como tambien con disimulo una cadena de oro. Pagó su mercancía y miró al desanimado chico.

- Uhm ó.ò Vamos al boutique?

Como sea.
-Refunfuñó malhumorado, sin poder evitar mirarlo de reojo.
No eres mujer... creo... Asi que eso no debe ser para ti.
-Supuso caminando hacia la salida, tras un suspiro de cansancio.

o_o!

Le miró sorprendido, entrando a la boutique, donde su primera parada antes de que se enojara más fue la parte de niños.

- Son para un regalo...¿Te gusta algo? Puedes escoger lo que quieras o.o

Intentó hablarle conciliador, buscando mejorar su humor.

No quiero nada de parte tuya.
-Lo interrumpió apenas el terminaba de hablar, aún infantilmente enojado.
¿Son para Pandora, no?

Suspiró, poniendose la mano en la frente tratando de no explotar y gritonearle por insolente, eligiendole de cualquier forma la ropa que considero sería de su talla.

- ¿Pandora? ¿Cómo lo sabes? ó_ò

Wow, ¿tambien era adivino o que rayos?

- Si, las joyas son para ellas y unos vestidos que voy a compar aquí tambien ¿Podrías ayudarme a sostener esto?

Una sirvienta me lo dijo cuando entré a un cuarto por error, bueno, antes de comenzar a gritarme.
-Explicó, extendiendo los brazos para ayudarle a cargar algunas cosas, mas todabía no lo miraba.

- Ah...ya veo...

Le colcó en brazos un par de camisas y pantalones más que de vez en cuando le media por los hombros encima de la roa, colocandosela en brazos para que los siguiera cargando.

- ¿Te gusta? ¡Cual sería mejor?

Le mostró una chamarra marrón y otra igual peroen verde.

Ya te dije que no me importa.
-Ladeó la cabeza mirando por el ventanal. La verdad, ya ni siquiera recordaba porqué estaba de mal humor. Pero seguía sonrojado levemente.

- Ash..esta bien ¬¬

Cargó el la chamarra marrón, y siguió comprando de aquella ropa para niño a su antojo, asegurandose de que fuera d elo más caro, porque según él eso aseguraría su calidad. Cuando considero suficiente le llamo a otro pasillo y sinpensarselo mucho eligió dos ostentosos vestidos de noche uno rojo y uno negro.

- Andas muy raro hoy Kiba...

¿Y cómo sabes que no soy asi siempre pero tu eres el raro mientras crees que yo lo soy debido a tus cambios de personalidad?
-Intentaba confundirlo, cargando en sus bracitos cada vez más y más ropa, que ya comenzaba a pesarle. Por primera vez en un rato lo miró, con una expresión de aburrimiento y algo más, un sentimiento "poco definido".

- o-o? dios...cuando hablas así no entiendo naada de nada...

Caminaron hasta cajas donde quito prenda a prenda la ropa de los brazos de Kiba, esperando a que le dieran la cuenta. Mirandole a los ojos conla ceja arqueada.

- Jaja, bueno, supongamos que es mi culpa, pero igual ¿Se te quitará el misterioso enojo que traes?

No lo se, solo si.. solo si me das dulces.
-De pronto sonrió, las golocinas eran una de las pocas cosas que podía comer sin cansarse.
Después de que ya no tubiera la ropa en los brazos, se relajó y los dejo caer a sus lados.

- Oh que fácil fue eso...

Sonrió dandole a la cajera la tarjeta de crédito, llevando las bolsas en las manos, dandole un par a Kiba y con ambos vestidos envueltos.

- Bueno, vamos a dejar esto al correo y después vamos a la dulceria, ¿te parece? no tardaré

Le tomó un hombro, caminando tranquilamente, cruzando la plaza uan vez más hasta la oficina de correos. De verdad que podía ser muy raro a veces, pero no negaba que le gustaba bastante cuando se sonrojaba con tanta insistencia. Sonrió para sus adentros y dando una corta conversaicón al encargado de paqueteria, entrego las cajas arregladas, llenó un par de formas.

- ¿Y que dulces te gustan?

Al llegar al correo observaba todo más fascinado aún, tantos sobres, tantos papeles.. Y tantos carteros para morder..
Observó al mayor de nuevo, y se puso el dedo índice en el labio inferior.
-Mmmhh~... Todos los dulces son deliciosos!
Exclamó como un niño hiperactivo de siete años.

Obtuvo su recibo de parte del cartero y correspondencia para el tambien, como siempre Pandora, llenaba el papel consu escandaloso perfume y se las guardó en el bolso.

- ¿Cualquiera? A mí todos me huelen mal o_ò

Emprendió de nuevo el paso, levantando de nuevo las bolsas conla ropa de Kiba y tratando de hacer memoria donde estaría la dulcería.

-Al escucharlo, lo tomó casi como una ofensa.
¡¿Cómo puedes decir eso?! Ni siquiera uno te gusta? Son tan dulces y asucarados y mmmhh~!!
-Sus mejillas tomaron de nuevo un color carmesi, de solo imaginarse los dulces ya se le hacia agua la boca.

- Noo~ los vomitaría...

Le indicó buscando el local como extraviado, hasta que unas coloridad puertas se rebelaron a su vista y llevandole del hombro caminaron hasta ahí.

- ¿Y el dulce sabe bien? No estoy seguro si tu noción de dulce sea como mi noción del dulce

Se quedó pensativo abriendo la puerta del establecimeinto, donde sonó una simpatica campanita quedandose soprendido de la cantidad de colores, forma sy envolturas de los montones de golosinas que despedían una roma sumamente molesto.

Los dulces son..pues... dulces.
-Dijo rascandose la mejilla. Si en la joyería y en la oficina de correo se había fascinado, ahora estaba más que maravillado.
Nyaaa~!!! Mira todo eso!!
-Exclamó infantil. Si bien el olor era empalagoso no podía contener sus ganas de deborarse todo el lugar, pero si lo hacía podría tener "problemas", asi que solo pediria dos o tres.

- Oh si, lo miró...y creo que lo huelo - -

Se colocó dos dedos sobre la nariz esperando la menor en su elección.

Deberías llevarte suficiente para un buen tiempo, no quiero tener que venir muy seguido ù_u

Son deliciosos, pero no me gusta comer en exceso.
-Aseguró, asintiendo con la cabeza y se acercó a la barra. Eligió un caramelo rosa con blanco, y otro de color verde, ambos se veían suaves y gomosos.
Deme estos porfavor.
-Dijo mientras los señalaba. El hombre le dió una bolcita y se los entregó.

- ¿Solo esos?

Se acercó con la mano en la nariz y pagó en efectivo al hombre que atendía.

- Tiene colores muy....raros...

Se agechó a ver los translucidos caramelos sonriendo disimuladamente y mirando a Kiba de reojo.