olvidando... (libre)

Sintió la mano calida del otro en su mejilla, como dandole aquel consuelo que deseaba escuchar. Cerró los ojos por un momento, dejandole hacer. Luego se separó, y, cargandolo, lo depositó sobre el sofá, cuan largo era, mientras le quitaba unos mechones del rostro. SI el otro ya le había disculpado, ¿Que más podía decirle?

- Es... instinto... - Le comentó, como si aquello fuera una justificación.

le dejo hacer, sintiendose en sus comodos brazos y luego en el frio sillon, un cambio muy drastrico, tomo con suavidad la mano que le quitaba el cabello del rostro y en un impulso la beso, sin intenciones de querer soltarla

Cuando su mano fue atrapada entre las del rubio, no hizo ningún intento por retirarla, mas si se sorprendió ante el gesto tan espontaneo y cariñoso. ¿Acaso se estaría enamorando? Tal vez... ¿Pero era él o Hoshi? De Hoshi lo tenía claro, pero el... aún no se definía. Dejó cerrar sus ojos, como abatido, dejandose caer en el suelo, junto al sillón, sin apartarse del otro. Aquellos momentos tan intimos le confundían siempre más, aunque no pudiera evitar que sucedieran, Después de todo era un vampiro y, siendo francos, ¿Que criatura en la tierra era mas lujuriosa que ellos? Ya que, aunque tambien pudieran llegar a ser apasionados, esa era la única verdad que se mencionaba de ellos.

miro la confucion en sus ojos, solto suavemente su mano, y bajo la mirada, no queria confundirle, no queria que el tuviera la misma tormenta en su mente, se dio la vuelta quedando boca abajo en el sillon, mirandole fijamente, bajando una mano para acariciar su cabello, con suavidad, sin prisas, disfrutando de esa suave sensacion que le gustaba tanto esperando a ver que hacia el otro... no queria, y aun asi debia admitir, que a pesar de todo el amor que le tenia, el otro... no podria estar a su lado

Sintió la caricia en sus cabellos sin devolverle aún la mirada. Tal vez debía pensarlo, y evitar aquellos encuentro hasta que estuviera claro sobre lo que sucedía. Levantó la mirada, observando las orbes ambarinas. ¿Cuando había dejado de ser tan brusco? ¿Cuando habían dejado de pelearse? Le impresionaba lo mucho que, en poco tiempo, el rubio había cambiado su irritante actitud. ¿Y aún seguían jugando? La pregunta flotaba en su mente, sin embargo, no se atrevía a decir nada por miedo de herir al rubio.

le miro no a los ojos, si no como si mirara mas haya, como si estos fueran tan solo una ventana, no quiso decir nada mas, retiro su mano un poco, y algo de su cabello cayo por el borde del sillon, queria decirle todo lo que sentia pero sabia que era mejor callar, por que el otro tenia un mar de pensamientos que no entendia, ni el vampiro, ni el mismo, suspiro suavemente cerrando los ojos, sin dormirse, como queriendo no pensar en nada

Sintió como el otro retiraba su mano,como coon resignación, cerrando sus ojos nuevamente. ¿Se dormiría? Sería lo mejor, ya que el sol no tardaría en hacer acto de presencia, como cada vez y cada día. Antes aquello no le incomodaba, pero ahora, parecía que fuera como una molestia, una molestai de la que no podía deshacerse. Suspiró, poniendose en pié, y tomando el saco paa cubrir al rubio. Necesitaba descansar. Ambos lo necesitaban. No por el desgaste fisico, sino por tiempo para pensar. Mientras pensaba aquello, comenzaba a vestirse, sin prisas.

llevame al ataud...
era suficiente, al otro no hacia mas que dejarle confundido, no hacia mas que crearle problemas, como era la mansion antes de que el llegara?, mucho mas tranquila porsupuesto, ya no queria estar ahi, no si el otro no podia ni mirarle a la cara sin dudar, se hiria, desapareceria de la misma manera en que llego, pero, queria una vez mas... dormir a su lado

Se volteó al escucharle decir aquello.No era la primera vez que se lo pedía, sin embargo, no dejó por ello de sorprenderle. Se suponía que los humanos normales le temían alos ataudes. Pero Hoshi bien le había demostrado lo contrario. Dejó la camisa a medio poner antes de voltear a verlo, notando su mirada decisida. Intrigado, se acercó. ¿En que estaría pensando?

- Bien... - Acptó - Pero primero, ¿Dime en que piensas?

Suponía que el otro sabía que mentirle no valía la pena. Los latidos de su corazón le delatarían y el se daría cuenta. Por eso le había preguntado.

le esquivo la mirada, subiendo su mano hasta la mejilla del otro acariciandola con levedad, con ternura
si me llevas te lo dire mañana en la noche, te lo prometo
le dijo mientras se cubria un poco mas con el saco, evitando el frio, queria irse a dormir ya, aunque pensandolo bien tal vez.... no dormiria nada

Enarcó una ceja. Al principio dudó, pero el rubio, hasta ahora, no le había dado motivos para desconfiar, por lo que, levantandolo en vilo, lo cubrió bien con el saco para llevarlo a través de la mansión, de vuelta de nuevo junto al negro ataud. Abrió la tapa, acomodandose igual que aquella vez, aunque esta fuera tan diferente a aquella.... Tal vez podría aprovechar el "sueño nocturno" para poner en claro sus ideas. Era lo que más le hacía falta. Le miró.

- Espero que no olvides tu promesa, Hoshi... - Señaló, con suavidad, acomodandose en el ataud, sin lastimarlo.

su piel blanca relucia contra lo negro del ataud, se acomodo tambien sobre el. afirmando con suavidad
te prometo que mañana te lo dire
antreabrio los ojos, aferrandose al vampiro, le amaba tanto, con toda su alma y por eso, seria mejor dejarle, huir de ahi, llego sin ayuda se iria igual, a cualquier lugar, no importaba, solo tenia que salir de esa isla

Como la vez anterior, dejó abierto un pequeño resquicio en el ataud, lo suficiente para que el aire pudiera colarse dentro de él y dejar al rubio, respirar. En cuanto anocheciera, debía recordar decirselo. Aunque de todas maneras no iría a ningun lado. No podría levantar la tapa del ataud, aunque quisiera, era demasiado pesado. Miró al rubio, sonriendole debilmente.

- Buenos dias Hoshi... - Susurró, levemente, depositando un beso en su frente.

buenos dias Milo...
le dijo mientras cerraba los ojos y se acomodaba en su pecho, pero no durmio, espero hasta que el otro quedara como un cadaver para poder suspirar y soltar sus lagrimas, una a una fueron callendo en silencio sobre el cuerpo del mayor, mojandole la camisa levemente, algunos sollosos escaparon de su garganta mientras lo abrazaba con toda su fuerza, despues de todo, era la ultima vez no?

Su cuerpo, inerte y mudo, quedó en aquel ataud, mientras su mente se desplzaba por el negro vacío. ¿Le quería, cierto? ¿O tal vez no? Sabía que no estaba jugando con él, pues hace tiempo le habría dejado. Él tenía algo... especial... Sentía pequeños toques de calidez a su alrededor, mientras auras oscuras se debatian alrededor. ¿Una pesadilla? Bueno, eran comunes para él, pero nunca presaguiaban nada bueno. Hoshi... ¿Que sería lo que pensaba?

tal vez no pudiera levantar la tapa del ataud pero con el espacio que dejaba para respirar era suficiente para sacar un brazo y empujar la tapa, hiso un ruido algo fuerte cuando esta callo al otro lado del suelo, pero por suerte estaba muy nublado y el sol no molestaba al otro, no queria que algo le fuera a pasar asi que antes de irse movio una de las grandes repisas contra la ventana dejando la habitacion en total penumbra, salio y se dirijio al cuarto propio, mirando alrededor, no podria llevarse todo, pero se llevaria lo importante, tomo todos sus regalos, y la gabardina blanca, despues de vestirse se la coloco encima y dando una ultima mirada al rededor tomo el pequeño diario y arranco una hoja escribiendo en ella

[i]Milo..
me pediste que te dijera en que pensaba... estos ultimos dias no hay pensamiento en mi cabeza que no ocupes tu, estara bien?, me extrañara, estara enojado?, tantas preguntas..., me amara?, se que no, y te debates con este sentimiento que tanto te recuerdo, no quiero que lo hagas mas, ya no tienes de que preocuparte, ahora todo volvera a ser como era antes, entre a ti sin pedir permiso, ahora me voy de la misma manera, solo espero que no me olvides, y detengas el tiempo por mi, mi vida sera solo un parpadeo para tu eternidad, es otra de las razones por las que quiero irme, no soportaria ver, que ya no me quieres a tu lado, los vampiros nunca duran mucho, eso me dijiste, al principio no entendi, pero ahora comprendo.
por eso y muchas cosas mas que no son posibles de expliar en un trozo de papel, me voy

tuyo

Hoshi

dejo la nota sobre su cama y salto por la ventana, corriendo hacia el puerto

En cuanto la noche hizo acto de presencia, colando pequeños rayos de luz a través de los resquicios del mueble que bloqueaba el ventanal, Milo abrió los ojos. Había algo extraño, algo faltaba. Estiró la mano para descorrer la tapa del ataud, solo para encontrarla en el suelo junto al mismo. Al llevarse una mano al cuello notó la camisa, humeda. Y fue entonces cuandolo notó... ¡Hoshi! ¿Donde estaba? Tomando los pantalones oscuros y cambiando la camisa por una nueva a medio abotonar, salió de su habitación en dirección a la del rubio. Los criados no habían prestado atención en la mañana, pues las salidas del rubio eran comunes, sin embargo, al ver a su amo así, el favorito se preocupó.

Milo entró al cuarto del rubio sin siquiera tocar, encontrandolo vacío, y aún con restos de su aroma, pero muy debiles. Se habría ido en la mañana, de seguro, para que no le buscara. ¡Maldicion! ¿Ahora que era lo que había hecho mal? Al voltearse sobre la cama, encontró la nota sobre ella. Rápidamente la tomó entre sus manos, leyendola. Podía distinguir algunas partes donde la tinta se corría, tal vez por lo rápido de la nota o por las lagrimas, era dificl de distinguir. Intentó pensarlo con calma por un momento, mientras arrugaba la nota en su mano. ¿A donde podía ir si lo que quería era escapar de él? ¡Al puerto! Era obvio. Guardó la nota en el bolsillo, y, sin siquera esperar un carruaje, decidió irlo a buscar el mismo. ¡No podía irse! ¡No podía dejarle de nuevo solo! Con expresión, aparentemente calma, se dirigió hacia el puerto, deseando que no se hubiera ido todavía.

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