La llegada del ''amigo sano'' [Priv/Krist y Aixarel]

Krist lloró aún con más fuerza, viendo que el líquido blanco ya estaba totalmente rojo, dejando sólo entrever las manos con feas yagas. jadeó ante el dolor que era cada vez más exagerado, mirando a Alex suplicante.

- T-te prometo... que no volvere a desobedecerte... n-nunca más.- Le dijo tratando de controlar el llanto.

- Ha-hare lo que... quieras pero.. por favor... para ya...-Gimió.

Difícil sería explicar lo que sintió cuando el bisturí le abrió más la carne, desgarrando todo a su paso. Su grito de agonía se escuchó de nuevo, desgargantándose, sin controlar los espasmos a causa del dolor que le hacía mover el cuerpo y con el mismo el brazo, con violencia, aunque sin demasiado éxito ya que estaba atado y solo conseguía lastimarse más.
El dedo, o lo que quedaba de éste continuaba sangrando a chorros, junto al brazo que ahora también inundaba la mesa de un brillante carmesí, tiñiendo su ropa con éste.

Miró al vampiro. A decir verdad ya ni se daba cuenta de la presencia del otro humano, debido al terror en el cual se concentraba, rogando mentalmente no sentir más de esa espantosa tortura.
-Po...Por favor...
Volvió a rogar por lo bajo, entre sollozos y jadeos. Claro, en pensamientos maldecía al psicópata con insultos de los más bajos, pero ya no le quedaba el valor como para decírselo. Y, su dignidad u honor con la cual nunca hubiera rogado... al parecer la había olvidado en casa.

-Por favor...es una palabra que pocos saben emplear..¿Verdad, Krist?...

*Miro de reojo al chico, la sangre ya teñía el líquido blanco, ahora era rojizo, y la piel seguía carcomiendose por los quimicos del ácido, sonreía ampliamente, con satisfacción...
Sacó el bisturí de el brazo del chico y fue a donde Krist, adentrando el filo del instrumento en el liquido teñido, no solo contaminando la sangre y acido de la sangre de Aixarel, sino remojando la hoja del instrumento de metal, volvió a donde Aix.*

-Veamos...-

*Sonrió y sin más que decir, adentro la hoja afilada y ahora remojada con el ácido en la herida de el humano, para que el líquido corrosivo hiciese efecto sobre la carne directamente de este, igual, lento y con un agudo dolor.*

-Esto es lo que Krist siente ahora mismo...¿qué duele más, perder un dedo o ser carcomido con el ácido?...-

*Quería una respuesta del chico y su amplia y sanguinaría sonrisa lo demostraba.*

Bien, eso había sido el colmo. El nuevo grito que soltó hacía a los anteriores susurros en comparación con éste. Ensordecedor y desgarrador, desesperado, entrecortado y ya muy afónico. Su carne no solo ardía ahora, si no que estaba siendo carcomida desde dentro del corte por el ácido, por las pocas gotas de aquel líquido que destruía todo lenta y dolorosamente.

Miró al vampiro con los ojos abiertos desmesuradamente, y una expresión de aterrador mied y desesperación.
-¡¡Me-Me... Me due...le!! Se lo.. agh.. rue-go...
Tartamudeó entre jadeos, echando hacia atras la cabeza, pudiendo notar los acelerados latidos de su corazón agonizante y al borde del infarto.

*Sonrió ampliamente, para así retirar el instrumento, carmesí ahora, no platino, pues estaba con rastros de la sangre de el chico.
Dejó el instrumento de lado, tomó el dedo que yacía en la mesa, cortado, el cual sobre puso en su sitio nuevamente, acomodandolo, observando de reojo al humano.*

-Bien...si te mueves...será tu rostro el que entré en un balde con ese mismo ácido...-

*Amenazó y con la aguja e hilo preparados, adentró la aguja en la piel del chico, en el dedo, para comenzar a cocerle, para unir ese dedo nuevamente a su mano, con tranquilidad, aunque su gesto era el de un desquiciado completamente.
Y siguió cociendo el dedo a la mano, no dudando en hacerlo brutamente para causarle dolor al chico, mirando de vez en vez a Krist para ver si este ya le avisaba o que...el ácido carcomia lento, lo sabía, así que el dolor sería bastante duradero, y la generación de la piel del chico...requeríría un buen tiempo seguramente...eso le alegraba y su sonrisa era muestra de ello, sin perder su toque maniaco.*

Krist gimió otra vez, sintiendo que no aguantaba más, que las piernas le iba a fallar, pues el dolor le mareaba, parecía que iba a perder el sentido de un momento a otro.

Apenas vió de reojo que Alex estaba consiendo a Aix, algo, pues no había podido apenas ser consciente de lo que Alex le había hecho pasar al rubio.

Ya no pudo aguantar más, sus ojos estaban enjugados en lágrimas y apenas podía ver si sus manos se habían quemado del todo pues la sangre lo impedía.

- ¡A-alex-sama! - Lo llamó en un grito de dolor.

*Termino de cocer el dedo a la mano del humano escuchando a Krist gritar de dolor, su sonrisa se amplió , sabía que la lección estaba aprendida ya.
Se levanto y fue donde Krist, quitandole los grilletes para sacarle las manos, estas ya sin piel, con la musculatura visible, y algo corroidas, pues el ácido estaba ya consumiendo parte de estos.*

-Krist...te dije que me hablases cuando tu fuese consumida, y se te fue...pero da igual...

*Fue a la puerta y abrió hechando un grito a los cuatro vientos al parecer.*

-¡imbecil, traeme unas vendas, ya! ...

*Un joven el cual tenía un vendaje en uno de sus ojos corrio y llevó las vendas, claro, antes fue lento y eso le costo un ojo. Dio las vendas a Alex quien con la simple mirada le indico que las diera a Krist, este hizo caso omiso, tembloroso, fue con el peliazul y le dejó las vendas en la mesa, pues notó sus manos y aterrorizado salio inmediatamente.
El vampiro observó a Krist nuevamente.*

-Bien...ahora vendate las manos...si puedes, claro esta... -

*Desinteresado fue con Aix nuevamente, tomándo su mentón con fuerza, casi clavando sus uñas en este.*

-¿Ves?...mi amante es obediente...pero a veces igual se le olvida su posición...y como un amoroso y buen amo que soy...tengo que recordarle quien es...igual que tu...cada vez que quiera te haré esto...cada vez que quiera te torturaré...es más, si quiero te violaré...pero aún no acabo hoy...-

*Miro a Krist de reojo, tomando el Bisturi.*

-Krist...apurate a vendarte y ven inmediatamente aquí...-

*Sonrió con un toque macabro, obviamente no planeaba nada bueno para los humanos.*

Krist estaba horrorizado, pálido y fuera de sí. Apenas podía mirarse las manos, sintió que se iba a desmayar de la impresión. Sollozó con fuerza, tratando de tomar las vendas con las manos ensangrentadas, con aún más dolor que antes por intentar coger las vendas. Haciendo acopio de sus fuerzas comenzaó a vendarse la mano con torpeza y de muy mala manera, gimiendo de dolor al hacerlo.

Apenas sí pudo cubrirse las manos con las vendas, de una manera cutre.

Se acercó tembloroso a su amo, sintiendo que apenas podía tenerse en pie por el mareo que le había provocado la impresión. La frente estaba empapada de sudor frío, por el pánico que estaba sintiendo.

- Sí, A-alex-sama.- Respondió a duras penas alzando la mirada hasta el moreno.

Comparado con lo antes sufrido el sentir las agujas clavándose sin cuidado en su piel y el hilo recorrer ésta, no era por lo que quejarse. Apenas jadeaba o gemía un poco, muy por lo bajo. Ya había dejado de llorar, pero la sangre continuaba saliendo de las heridas, al igual que la impresión no se le quitaba. Si, ya estaba traumado, bastante.

Se aterrorizó al oír al vampiro, pero no se quejó ni dijo nada. Al fín y al cabo ya había asumido que no podría evitar que le hiciera esas cosas. Solo le quedaba aguantarse, a duras penas.
Miró entonces a Krist, tembloroso, con miedo pero disimulándo manteniendo el ceño fruncido.

*Teniendo al peliazul frente a el, dejó el instrumento de metal en la mesa, frente al muchacho rubio, volviendo la vista a su amante.*

-Veamos si aprendiste...Krist...es tu turno...corta alrededor del antebrazo del chico este y retira la piel...como si fuese un guante... -

*Sentenció, una lunatica sonrisa mostraba que hablaba enserio, despellejaría el antebrazo entero de el rubio, no...el no, lo haría Krist...quería atormentar a ambos muchachos, quería ver que tan resistentes eran ante de que los dos soltasen lágrimas, quería una chilladera, que suplicasen, pero igual quería que Krist hiciese aquello, quería ver la reacción de este al cortar, y halar la piel, al retirar esta y ver lo que hacía.*

-Y si no lo haces, Krist...tus manos tendrán un encuentro con alcohol...¿entiendes?...-

Krist gimió desesperado al escuchar aquello, rompiendo en llanto otra vez. Miró el bisturí y despues al pobre chico que estaba pálido. Sabía que tenía que hacerlo, si no el castigo sería peor y Alex no dudaría en hacerlo. No podía creer que la misma persona con la que había compartido unos momentos tan dulces le pidiera aquello.

Con la mano temblorosa, herida y sangrante, tomó el instrumento sin poder ocultar un gesto de dolor al cogerlo.

Se acercó a Aixarel, sin dejar de llorar y acercó el bisturía al brazo del chico temblando exageradamente, haciéndole un pequeño corte.

- N-no puedo.. me duele demasiado..- Gimió.

Sintió el corte, a lo que cerró con fuerza los ojos. No era demasiado comparado con lo que había sentido anteriormente, pero la impresión no dejaba de aterrorizarlo. Sin embargo no se quejó, solo ladeó la cabeza hacia el lado contrario, para evitar ver.
Sentía su ropa húmeda debido a la sangre que antes lo había manchado y que cubría la mesa, y estaba demasiado desesperado como para hablar o rogar que se detuviera. Al fín y al cabo, notaba que el peliazul no quería hacer aquello.

-Bien...si no puedes ho lo hagas...

*Cerró sus ojos y camino a donde la puerta, deteniendose frente a esta.*

-Iré por otro balde y alcohol...

*Sonrió de forma maniaca al decir aquello, apenas tomando la perilla abriendo apenas un poco, dejando que la luz del exterior se filtrará un poco, mirado a los chicos.
Quería que el rubio le pidiese al chico que lo hiciera...quizás por compasión a que su amante no sufrierá tanto (compasión de parte de Aix), o quien sabe...que Krist valorará más su bien que el de el otro...todo era simplemente; tortura psicológica.*

-Eso si...como no podrás hacerlo cuando estes con las manos en el alcohol...lo haré yo...-

Krist no paró de sollozar ante aquello y se mordió el labio inferior, girándose hacia Aixarel.

- Lo siento... lo siento... de verdad...- Susurró con los ojos enjugados, aún temblando con violencia.

Con aquel pulso tembloroso volvió a enterrar la fina cuchilla en la tersa piel, viendo manar un poco de cálida sangre. Aquella visión lo hizo marearse aún más pero se obligó a si mismo a continuar, haciendo aquel corte en forma de V que había visto a Alex hacer varias veces.

- Lo siento...- Repitió una vez más.

Las disculpas del otro humano solo lograban entristecerlo más. Pero la tristeza casi ya ni siquiera era notable, pues no podía dejar de pensar en cuán horrible estaba siendo aquello, estando asustado, dolido y al borde del ataque de nervios.
Su sangre ahora fluía nuevamente por la reciente herida, junto a quejidos ahogados ya que hacía un gran esfuerzo por mantener la boca cerrada.

Ya había llorado, rogado, gritado y ya se había quejado, pero por alguna razón todavía pensaba en que no quería darle el gusto al pelinegro de oír sus alaridos, al menos no los de el resto de la tortura.
-N-No hay op...ción, asi que no... no impor..ta...
Tartamudeó en un intento fallido de sonreir, ya que las muecas de dolor invadían por completo su rostro. El ardor del ácido en su herida, el dolor del dedo recién unido con aguja e hilo y ahora el nuevo corte, a demás de saber que luego su piel sería arrancada lo estaban volviendo loco.

*Una amplia sonrisa se mostró, cerró la puerta nuevamente y volvió a donde Krist y Aixarel.
Se detuvo a un lado de la mesa, mirando como el chico cortaba, aquella ''v''.*

-Bien...ahora forma la ''Y'' y abre...para quitarle la piel como si fuera guante tendrás que hacer oros cortes semejantes por todo el antebrazo...

*Tomo y mostró su propio antebrazo al chico, señalando varias zonas por donde los cortes debían realizarse, por el lado del dorso, por el lado de las venas, y los laterales igual, despues hizo los movimientos de abrir y halar la piel, para enseñarle al chico como debía hacerlo.*

-¿Entiendes?...

*Fue donde aquellos baldes con el ácido, trasladandolos donde estaban los dos humanos, dejándolos en la mesa.*

-Esto aún puede ser útil...

*Sonrió y espero a que Krist acabará.*

Krist lo miró desolado y sintió que las piernas le fallaban. Tuvo que apoyarse en la pared para no caer, sintiendo su corazón latir dolorosamente a causa de la angustia. No podía aguantar aquello más, era demasiado para él.

- Alex-sama...- Gimió, pálido.- De verdad, n-no puedo más... por favor.. las manos me abrasan...

Su respiración agitada era bastante audible, mantenía los ojos cerrados y aquella expresión de dolorosa tranquilidad continuaba, con el cerio fruncido, la boca cerrada, pero sin llorar más ni quejarse. Escuchó a Alex y toda su explicación, aterrado, tragando saliva cada tanto.

Pero luego pudo oir a Krist. Por un segundo no pudo evitar sentirse un poco más tranquilo, aunque si lo pensaba bien, habían demasiadas probabilidades de que Alex continuara personalmente arrancándole la piel, y a demás, volviendo a torturar al peliazul.

Krist gimió cuando sintió aquella tajada, pero aguantó la cachetada, apretando los dientes. Fue apartado con brusquedad y calló al suelo, pues no se esperaba eso. Se apoyó en las manos y bramó de dolor, cerrando los ojos con fuerza, volviendo a sollozar.

Se hizo un ovillo en el suelo y miró con los ojos entrecerrados cómo Alex llevaba a cabo aquella desagradable y horrible acción, sintiendo que iba a perder la conciencia. Era demasiado sensible a la sangre y aquello... aquello que estaba viendo era una atrocidad. Comenzaron a pitarle los oídos.

- A-alex-sama...- Lo llamó debilmente, al límite de la consciencia.

Abrió los ojos de lado a lado, apenas pudiendo ver de reojo al peliazul caer al suelo. Las hebras rubias tapaban parte de su rostro, ahora manchado con su propia sangre que, a su vez, se derramaba imparable.

Esta vez no pudo soportarlo y abrió la boca, gritando de nuevo con sus pocas fuerzas restantes. Ni el más masoquista gustaría de sentir aquello.
Su piel fué arrebatada, y logró verla también de reojo en la mano del vampiro, con los ojos nuevamente empapados en dolorosas lágrimas. Que repulsivo, asqueroso, le daba náuceas y sentía que vomitaría o perdería la consciencia, lo primero que ocurriera.

Y el ácido... El ácido fue la gota que derramó el vaso. Comenzó a gritar, sollozar y gemir descontrolado, revolcándose en la mesa y sobre su propia sangre, haciendo de esa sala un infierno ensordecedor con sus quejidos tan horribles, realmente deseando morir en ese momento.

Krist no pudo soportar aquella visión, el brazos descarnado, la piel en la mesa. El jamás había soportado una película gore, y aquello que tenía ante sí era más realm que todo eso. Lo que acabo de decir Alex lo remató. Sintió que el estómago se le retorcía y la bilis le subía a la garganta provocándole una arcada. Se puso en pie y se arrastró hasta la otra esquina, a la pared, y sin poder contenerse más vomitó.

Apenas sí podía tenerse en pie, las piernas volvieron a fallarle y calló al suelo. Despues todo se volvio negro... había perdido el sentido.

Ok, si, el orgullo ya había desaparecido al ver el rallador, ya no quedaba nada de "no lloraré porque no quiero que se divierta al verme así"... Todo se había esfumado, y ahora solo le quedaba negar repetidas veces con la cabeza entre sollozos y gritos desesperados, más aún al sentir que las correas lo ataban por sobre los músculos a plena vista.
La sangre se esparcía en cantidades más y más grandes, y las náuseas eran más fáciles de sentir a cada segundo. Vomitaría, se desmayaría, o le daría un infarto.