Una larga noche (Priv. Krist/Aure)

Krist entró en la habitación tras el lycan, mmirándolo con lástima. Se asomó tímidamente en la puerta y vió a su amo sentado en la cama, y al chico revolviendose en el suelo, agresivo. Le daba miedo.

Pasó al interior del cuarto y en silencio fue a situarse junto a su amo, con timidez, sin saber bien qué debía hacer. De hecho ni si quiera sabía si debía estar allí. Suponía cual iba a ser el destino del licántropo y sabía que no era nada bonito ni bueno.

Al final decidió quedarse de pie, junto a la cama y en silencio, esperando a las ordenes de su amo.

*Observaba como el Lycan ya había sido adentrado, este parecía agresivo...perfecto, se encargaría que el perrito le bajase a su rabia.
Miro a Krist, sentandose, y luego volviendo a pararse, parecía algo espantado por ellobo, así que se levanto de la cama sujetando del mentón con suavidad al humano, dandole un beso suave en los labios.*

-Tranquilo...que si te toca, lo mato...-

*Seguidamente se encamino donde estaba el Lycan, llevó un cigarrillo a sus labios y lo prendió, miraba fija y penetrante a los ojos al joven canino, correspondiendole la agresiva mirada...solo que la de el tenía un toque sádico, asesino, deseoso de sangre, solo se detuvo unos cuantos pasos frente al Lycan mirando la puerta. Su cuerpo se dematerializo en sombras, mismas que pasaron por el cuerpo del chico lobo, permitiendole sentir los oscuros sentimientos del vampiro, esos deseos de torturar, de destrozar, de hacer sufrir, llorar y matar, se integro nuevamente con la forma física en la misma puerta, misma que cerró, sin llave, pero volteo para ver al chico lobo.*

-Parece que cierto cachorrito no fue entrenado bien...de maravilla...parece que tengo el honor de hacerte captar la jodida posición que te toca...-

*Sonrió, sádico completamente, calando del cigarrillo, dejando el humo libre por las fosas nasales, mirando penetrante al muchacho que le tocaba educar esa noche.*

Cuando Alex se acercó a besarle, Krist le respondió cerrando ligeramente los ojos.

-Tranquilo...que si te toca, lo mato...-

Aquello debería haberlo hecho relajarse pero no fue así ya que en realidad estaba nervioso por lo que iba a presenciar.

Se quedó aún de pie y observo, fascinado como el cuerpo de Alex desaparecía, convirtiéndose en aquella oscuridad, para luego reaparecer tras el hombre lobo. No dejaba de sorprenderle que alguien pudiera hacer aquello.

Al final volvió a sentarse en la cama y los observó ante aquel intercambio de palabras sin atreverse a participar. Quiso avisarle al muchacho de que no debería hablar así si quería salir bien parado esa noche pero no sabía si tenía permiso para participar en la conversación y no quería molestar a su amo.

Cuando el licántropo posó sus ojos en él negó con la cabeza para avisarle que no se comportara así.

*Cerró sus ojos, pero su sádica sonrisa se mantuvo presentes, estaba emocionandose sin duda alguna, tranquilamente tomó de un tripie que tenía a un lado una larga bufanda azul, la cual sujeto tranquilamente entre sus frivolas manos. Abrió sus ojos de golpe, sus azulados luceros mostraron un resplendor rojizo, como si fuesen llamas infernales, dedicadas hacía el lobo.*

-¿Con qué un machito, eh?...bien...me parece bien...con gusto te sacaré lo señorita...-

*Dio el paso, su cuerpo una vez más se materializo en sombras, desapareciendo, trasladandose por donde el lycan a sus espaldas, al hacerse nuevametne de su física forma, la bufanda estaba al cuello del chico lobo y ejercía una gran presión a este, ahorcándole.
Le sobraba suficiente bufanda aún, pero por el momento solo le estaba ahorcando, sonriente, con sadismo, apoyando su rodilla en la espalda del chico lycan, manteniendo equilibrio sobre su pierna zurda, al ser la rodilla diestra la que usaba en el joven.*

-Después de esta noche...no serás un lobo...sino una perra...-

Krist se estremeció al ver como el pobre licántropo se iba quedando sin respiración y la cara se le iba amoratando. Se agarró a un cogín sin poder apartar los ojos de aquella horrible visión.

Sintió entonces que el chico le miraba otra vez y eso le hizo sentir un nuevo escalofrío, de tal forma que apartó su mirada unos segundos. Cuando Alex estaba así no solo daba miedo... aterrorizaba.

- A-Alex-sama.- Dijo con gran timidez, sin querer interrumpir pero sin poder mantenerse callado.

- Se va a ahogar..

*Su sonrisa se ampliaba cada vez más a como el chico lobo se quedaba sin aire, notando como este sujetaba la prenda inútilmente intentando librarse, observo de reojo a Krist, quien le había hablado, si...quería ahogarle, pero recordó por Krist que le habían pedido el entrenar al lobo, no matarle.*

-Cierto...ni siquiera un animal como este merece morir tan cómodamente ahogado....-

*Haló más fuerte para inmediatamente rodear las muñecas del lobo con un exremo de la larga prenda, sujetandole estas, amarrándole. Seguido hizo lo mismo pero en los tobillos del lobo, realizando un buen amarre, como si el lobo fuese una res.
¿Tranquilo? tomó con fuerza el pelo del muchacho y le arrojó al suelo con intención de azotarle, sabía que las probabilidades de ablandar su golpe eran pocas, pues el amarre estaba bien efectuado para que se quedase quieto, bulnerable.
Retiró el tabaco de sus labios, dejandolibre el humo, se posó sobre el cuerpo del Lycano, nuevamente, le tomo de la mata con fuerza (mata= cabellera abundante) con la diestra, pues con la zurda acercó el cigarrillo, no, la mecha caliente de este a la mejilla del chico, amenazante con quemarle.*

-Bien perrito...te explicaré...tu eres el perro y yo la perrera...así que aprenderás esta noche como debes portarte...ahora...¿nos vamos?...por que ni de coño te trataré en mi habitación...no quiero que dejes tus jodidas pulgas en mi cama...vayamos al cuarto de ''invitados''...-

Krist entrecerró los ojos cuando vió como Alex le acercaba el cigarrillo encendido a la mejilla del licántropo, pero los volvió a abrir segundos despues, aun abrazado al cogín.

Al oir lo que dijo Alex sobre la habitación se sintió aún más afortunado ya que él sí podía dormir en esa cama y pulular por la habitación a sus anchas, pero tambien se sintió peor por el licántropo sabiendo a qué tipo de cuarto se referia. Nunca había estado en él pero se lo imaginaba parecido al del mercado de exclavos. Pensar en eso le hizo sentir un escalofrío más.

Se puso en pie entonces, dudando si se tenía que quedar ahí o ir con ellos.

*Sin siquiera ver a Krist, sabía que el chico entendía perfectamente a que se refería, su sonrisa sentenció que en efecto, lo que el humano pensaba era a lo que se refería.*

-Krist...vendrás conmigo...refrescarte la memoria de lo que pasó ese día en el mercado de esclavos creo que será de mucha ayuda para que no se te olvide nada...además...te quiero cerca...En tanto a ti...-

*Alejó el cigarro de el rostro del lycan, volviendo a fumar este, calandolo profundamente.*

-No malgastaré un cigarrillo perfecto en tu asquerosa cara...además, creo que sería más tortura para el tabaco ser apagado en tu rostro que para ti...vamonos...-

*Se levanto, sin soltar del pelo al Lycan, sin ninguna piedad, abrió de una patada la puerta y caminó, arrastrando al Lycano por el pasillo, el cuarto de invitados estaba bajando las escaleras, por lo que se ahorro tiempo en cargar bultos y simplemente...lanzo al lycan por las escaleras sin interesarle que pudiese pasarle a este.
Sabiendo que seguro Krist le seguía, pues el había dicho que lo quería cerca, volteo para tomarle del mentón nuevamente, pero a el con suavidad, con cuidado, dio un beso más al humano antes de tomar su mano cual si se tratase de una dama y bajar con el a su lado.*

-Vamos...que no queremos que el perro ese haga alguna pendejada...-

*Su tono de voz denotaba que se estaba cabreando por la actitud del lobo hacía el, el noentenderle, pero pronto cambiaría todo aquello, pronto haría que el lobo fuese completamente manzo...si...la nocher era muy larga y sus ansias de destruir y hacer sufrir, también.
Se detuvo frente al Lycan, esta vez sujeto la bufanda y le arrastró por el suelo hasta el cuarto que debía ser, aún sin abrirlo, volvió su profunda y penetrante mirada a donde el lycano.*

-Agarrate bien los huevos, chaval...¿Sabes a quien te le estas poniendo al brinco?...seguramente no...pues hoy, esta noche...dejaré que te enteres el por que te mandaron a ti, un jodido rebelde...conmigo...a entrenarte como el animal que eres...-

-Krist...vendrás conmigo...refrescarte la memoria de lo que pasó ese día en el mercado de esclavos creo que será de mucha ayuda para que no se te olvide nada...además...te quiero cerca...En tanto a ti...-

El humano se estremeció por completo cuando Alex le dijo aquello. ¡Como si fuera tan facil olvidarse de aquella pesadilla!

Casi pálido, siguió a Alex y cerró los ojos al ver que lo iba a tirar por las escaleras, oyendo el cuerpo caer con fuerza por los peldaños. Sintió que su amo le tomaba la mano y los volvió a abrir, justo cuando Alex lo besó.

Oyó de nuevo el intercambio de palabras y no pudo contenerse. Se situó a una prudencial distancia, mirándo al licántropo.

-Deberías hacer lo que Alex-sama dice y no resistirse.- Dijo en voz bajita, tímida, con miedo a ser regañado por hablarle a aquel chico.- Si no va a ser peor...

*Escucho al Lycano, lo retaba...vaya que no entendía...y el que pensaba ser amable e incluso quizás...solo quizás darle algo de comer...lo veía desfallecer, si, alimentarlo, en un plato para perros, como lo que el lycan era para el vampiro.
Escucho las palabras de Krist, una sádica sonrisa se dibujo en su rostro, abriendo la puerta, revelando el cuarto, una oscura habitación bien iluminada con antorchas, poca luz, pero se notaban instrumentos mediebales, damas de hierro, potros, látigos normales e incluso látigos de cadena, igual cadenas, mesas, camas de picos y sillas con picos igualmente, mesas para estirar, jaulas colgantes, vamos...en ese cuarto inclusive tenía una invención propia; la guillotina de manos, perfecta para cortar dedos y si uno lo deseaba, la mano entera.
Miro a Krist de reojo, al tiempo que de un tirón, lanzó al Lycan al interior del cuarto, valiéndole que este se golpease o algo, pues...si el perro había soportado la caída de las escaleras, soportaría un golpe más.*

-Krist...me has dado una maravillosa idea...entra al cuarto conmigo y platicale a nuestro cachorrito nuestro maravilloso día en el mercado de esclavos... -

*Entró al cuarto, dejando abierto para que el humano entrará, con un ademán de su mano le indicaba a Krist que cerrará la puerta después de entrar.
Parandose frente al Lycan que yacía en el suelo, amarrado con aquella prenda, se inclino un poco a verle, fumando del cigarrillo, hechándole el humo en cara.*

-Bien...arremedo de chihuahueño...¿Qué aparato quieres probar primero?...¿O prefieres que yo mismo elija por ti? por que igual tengo métodos propios...piensa rápido...si es que tienes suficientes neuronas para pensar...-

*Golpeó suavemente el cigarro, dejando que la ceniza callece en el rostro del Lycan, al tiempo que se ponía nuevamente firmes.
De vez en vez volteaba a ver a Krist, esperando que este desarrollase la orden que le dio, fumando el cigarrillo con algo de neurosis, pues estaba cabreado, pero ya se desharía de esa ira con el perro...*

-¿Qué paso?...¿Ahora si te callas?...¿Ahora si no me contestas?...-

*Observó como el can cerraba sus ojos ante la ceniza, aprovecho aquel momento para arremeterle una bofetada, bien acomodada, con la mano libre, empleando el dorso. Nuevamente calo del cigarrillo una vez más.*

-Me caga que no me contesten cuando pregunto algo...-

*Sin más, apagó el cigarrillo, pero en el pecho del Lycan, por sobre las ropas de este, quemando estas y dejando la quemadura algo notoria y con un no muy bonito aspecto a cualquiera, pero a ese vampiro...le parecía una obra de arte, a tal grado que sonrió...mostrando la más maligna sonrisa que tenía. *

-Entonces...yo elegiré por tí...-

*Se levanto y miró a su alrededor, todos los artefactos, era dificil decidir con cual iniciaría. Ah...perfecto, sus ojos se fijaron sobre la silla de picos. Su sonrisa mostro la obviedad de su decición.
Volvió a sujetar del pelo al Lycan y lo arrastró con el, caminando a donde la silla, dejando al Lycan tirado a un lado de esta abrio las correas.
Tomó al Lobo del cuello una vez más, le obligo a sentarse, pero no delicado...empujo el cuerpo de el Lycan para que se sentase de golpe, sabía que el dolor de los picos le haría aturdir, por lo que aprovecho rápido para poder desamarrar sus pies y atarlos a la silla, seguidamente ató las muñecas del chico, apretando fuertemente las correas para que no se moviese. Tomó un nuevo cigarrillo el cual encendió placenteramente, mirando al lobo ahí sujeto.*

-Toma asiento, chaval...que la noche será larga...ahora...-

*Se encaminó donde su típico escritorio cercano a la puerta, abriendo un cajón, sacando una caja de buen tamaño, misma caja parecía del mismo tamaño que el cajón, pero solo era un cajón con una sorpresa, igual que los demás cajones del mueble. Regreso con el canino, tomando un banco como ''mesa'' para la caja. Miro al Lycano nuevamente, abriendo la caja buscando dentro de esta.*

-¿No quieres tomar algo?...una limonada por ejemplo...-

*Cínico, sacó un limón, un cuchillo y finalmente una jeringa nueva ¿o quizás no?, no era cuidadoso con las cosas de ese lugar, le interesaba una mierda que los que entraban ahí para sufrir cojiesen una infección por la hígiene de los instrumentos, los picos de la silla aunque estaban bastante agudos y afilados...eran oxidados.
Miraba al lycan, al tiempo que con el cuchillo cortó el limón por la mitad, dejando el cuchillo a un lado de la caja, quitó la tapa a la jeringa y la clavo en una mitad del limón, extrayendo el ácido jugo de este, luego clavo la misma aguja en la otra mitad, cargando la jeringa con más o menos 10 mls de el jugo nato de dicha fruta. Su sonrisa se amplió demasiado, pareciendo un completo demonio...si no es que el mismo Satán.*

-Aunque claro...no beberás esto exactamente con la boca...-

*Miro de reojo al Lobo, apenas ladeando su cabeza, con su cínica sonrisa y mirada penetrante se acerco al chico, ubicandose atrás de este.*

-¿Basta?...me pregunto por que no dijiste eso cuando estabamos arriba...-

*Tomó del cabello nuevamente al chico y haló con fuerza su cabeza para obligarle a hecharla hacía atrás y así que mirará hacía arriba, y de paso que lo mirará a el.
Acerco aquella jeringa cargada a su rostro, paseando la aguja por la mejilla del lobo.*

-¿Qué tan bueno eres para mantener los ojos abiertos?...Ah si...por cierto, también nescesitaré que no te muevas...si te mueves, me equivocaré y capaz te saco el ojo...-

*Acerdo su rostro al ajeno, aún paseando aquella jeringa por el rostro del lobo.*

-¿Sabes como hacen la cirugía de la catarata?...Yo si...introducen la anestesía y los medicamentos a usar para retirar la capa que cubre la iri con una aguja...el prosceso debe ser sumamente cuidadoso o podrían sacarle el ojo a el paciente, pero claro...ellos no sienten, pues les ponen anestesia...yo no tengo anestesía, pero si el conocimiento médico...¿Te parece si jugamos a la cirugía?...Yo te inyecto la jeringa y el líquido en el ojo aver como reaccionas...-

*Su sonrisa claramente indicaba que gozaba con cada reacción del lobo, aquellos gestos, todo, era perfecto...pero el lobo antes se le había puesto bravo y ahora...¿se estaba amanzando tan rápido?.
El grito del lobo le hizo llevar la aguja a sus labios, posandola en estos, como pensativo, sin soltarle el pelo, es más, halaba con más fuerza para hacer que no moviese la cabeza.*

-¿Bromeando?...¿Acaso ves que me estoy riendo?....-

*El neviosismo que msotraba el lobo le encantaba, y haría que esos nervios se hicieran miedo, terror, pánico, haría que el lobo no olvidase que era, un esclavo que podía ser castigado por cualquiera en el calabozo o en un caso muy remoto; por el mismo.
Si...el era un cazador, pero de vez en cuando aceptaba entrenar a los esclavos que no podían ser educados por aparentemente nadie, sus métodos eran bastante propios para someter a cualquiera, y se sentía orgulloso de ello.
Miró al lobo y acercó la aguja a su ojo, dejándo apenas unos centimetros de separación entre la púpila y la aguja en si.*

-Ahora cachorra...no te muevas o me valdrá una mierda que te quedes tuerto...y ni pienses en cerrar el ojo, por que igual penetraré el parpado si debo hacerlo...-

*Y sin más, lentamente acercó más aquella aguja, comenzando a penetrar la púpila del Lobo, o en el debido caso, el parpado y seguido la púpila.
Sonreía a medida que hacía esto, sádico completamente, incluso relamía sus labios para denotar su exhitación ante lo que realizaba en el chico, simplemente...le encantaba.*

Tecnicamente cuando alex le tiraba mas del cabello lo apegab a mas a akel respaldo de la silla. Aure, puso sentir claramente la espada empapada debido a su propia sangre, trago saliva cuando miro la aguja acercarsele al ojo.

Ante el dolor, fue inevitable 2 cosas: la primera, sus garras crecieron apretando akella silla. La segunda: gritar claramente de dolor, aunke, en esta ocasion fue obediente y no se movio, tecnicamente le hizo caso al otro, sintiendo como akella ajuga en.

-Oh...¿Ahora si haces caso?... -

*Miraba como el Lobo esta vez no se movía, quizás por el miedo a perder un ojo y quedar tuerto, si...ese miedo lo olía..el Lobo comenzaba a espantarse.
Terminó por adentrar la aguja, la mitad de esta, sin siquiera dar previo aviso ni tiempo a que el Lobo se recuperará de el dolor, presionó y adentro el ácido citríco en el interior del ojo, pero no fue lento, fue de golpe.
Aquel citríco se encargaría de dar un ardor insoportable al ojo, pues si de por si ardía el ojo con una gota de este superficial a la púpila, el dolor y ardor en el interior debía ser peor aún, sin contar el irritamiento del ojo y posiblemente una cegera o infección.
De golpe igual saco la aguja, aventando la cabeza del Lobo al frente para que pudiese retorcerse de dolor si gustaba...no era tan cruel entonce3s, dejaba mínimo que se retorciera ¿no? ...eso era amabilidad para el.
Nuevamente, tomó otro limón, el cuarl partio e igual que el primero, cargo la jeringa con el jugo ácido de este, volviendose donde el Lobo, una vez más, tomo su cabeza por la mata y volvió a acomodarlo, ahora se iría contra el otro ojo sin duda alguna.*

-No hay que dejar nada a medias... -

*Sonrió sádico, esperando la reacción del chico ante la situación.*