Color de esperanzas...

-mnh...-hice un sonido suave-...asi que, quieres imitar mis movimientos eh?...-

Me quedé recostada sintiendo el tacto de la menor sobre mi "exuberante" busto, relamía discimuladamente mis labios, pues su acciones solo provocaban que mi excitación fuera en aumento, llevé una de mis manos hasta su mejilla y le acaricié delicadamente, tomé ambas de sus manos y las acomodé mejor sobre mis pechos, haciendole que me recorriera, sintiera y rozara con detenimiento mis pezones.

-Sienteme...sienteme sin miedo-

Tenía a la chica sobre mi y mientras las dos obrabamos sobre mi busto, levanté una de mis piernas, pasandola por entre las piernas de la chica volviendo a acariciarle su intimidad para no dejar que su estimulación ya iniciada fuera en descenso...

Dejé salir un gemido debil y le contesté

-¿Que si me gusta?...me encanta...-

Dejé sus manos sobre mis pechos y la mias las dirigí hasta su cintura, le recorría muy lentamente y la sujetaba para recorrerla hacia arriba pero sin obstruir sus acciones en mis senos, tenia muy cerca sus labios de los mios y susurrante le dije

-Eres hermosa...-

Al terminar mi frase entrelacé un poco nuestras piernas y moví mi cadera para que nuestras entrepiernas, de algun modo, se frotaran...

Seguia mis movimientos un poco más acelerados, era una extasis que comenzaba a recorrer mi cuerpo y el de la pequeña tambien.

-Ahh...si pequeña...-relamí mi labios- dí mi nombre, dilo...-

Eché un poco mi cabeza hacia atrás sintiendo el jugueteo de la boca ajena en mis pechos, coloqué una de mis manos en su cabeza y le masajeaba muy suave, adentrando de cuando en cuando mis dedos entre sus cabellos para lograr masajearle más a fondo mientras mi otra mano se fijaba en su cadera para jalarla hacia a mi, pues quería que cada sentir fuera difícil de olvidar y más aún por que movia mis caderas y ocacionaba que su entrepierna chocara placenteramente contra la mia

Sentía como a la pequeña le agradaba obrar en mi intimidad, sus gemidos eran musica para mis oidos. Hice que su rostro quedara viendome, frente a frente, después, le tomé con un poco de fuerza sus caderas y le dije en voz baja

-Mirame Shiruri, no dejes de mirarme...-

Ahora la chica estaba sin movimiento, asi que con sus caderas fijas, comencé a moverme con rápidez y decisión, quería que ver su rostro para contemplar como su placer se reflejaba en su cara pues yo era la que le brindaba excitación en ese momento...

No era la frase exacta que buscaba, pero lo exacto en ese momento, era que mi cuerpo quería hacerle más, quería que la chica explotara de placer y que llegara a una paranoia en mi regazo. Me aparté de ella y la sujeté de su cintura llevandola más arriba de la cama, mientras lo hacía, le besaba desesperada su cuello, al llegar senté a la chica y le recorrí de su cuello hasta entre sus pechos usando mi lengua, la dejé un momento y buscaqué el lazo que previamente habia utilizado. Me acerqué a la chica y la recargué más a la cabecera, partí el lazo en dos usando mis colmillos y amarré cada muñeca a la dicha cabecera, ya estando lista, acomodé sus piernas flexionadas y un tanto abiertas, me quedé sentada de rodillas frente a ella, relamí mis labios, me incliné un poco y le dejé un leve beso en sus labios, volviendo a mi postura, le recorrí con mi mirada y le dije

-Shiruri, ahora me sentiras, sentiras lo que soy en verdad...-

Coloqué mis manos en sus rodillas, me fui agachando muy lentamente hasta que mis labios tocaron su ya muy estimulada intimidad, mi lengua hizo acto de presencia y le comencé a lamer fuerte y simultaneamente, abriendo más sus piernas para seguirle lamiendo profundamente...

Elevé mi rostro y me topé con su cara un tanto agachada, quité una de mis manos de su rodilla y alzé un poco su rostro, oh! que hermosa sorpresa me llevé, sonrojo al máximo, sudor, excitación, todo iba deacuerdo a mis planes.

Me dirigí hasta su cuello y con el filo de mis dientes le recorrí, mi intención no era beber de su sangre, aunque no era mala idea.

-¿Asi que te gusta eh?

Adentré uno de sus pechos en mi boca, y de nuevo le recorría con toda mi lengua cualquier pedazo de piel que esta sintiera. Haciendo este acto, mis manos llegaron hasta sus gluteos, le delineaba su redondez y las apretaba un poco delicadamente...

-¿Besarte?...con gusto-

Acomodé sus piernas estirándolas para después acomodar las mias a los costados de estas, me acerqué a sus labios y sujetando sus mejillas le comencé a besar, primero solo movía mis labios sobre los suyos, después adentré lentamente mi lengua en su boca llegué a lo que era su paladar, le rocé y busqué su lengua, le masajeaba y la enrredaba con esta, mientras, una de mis manos se aproximó hasta uno de los amarres en sus muñecas y con facilidad, accedía a la petición de la menor...

La pequeña estaba demostrandome que era hábil, deliciosamente hábil, por lo que me tendí mejor en la cama y dejé que la chica se embriagara de mi estimulado cuerpo

-Mnhh, no me gusta, lo amo...-

Extendí mis brazos y mis piernas dejandolas algo abiertas, mi húmedad estaba ya en aumento, le miré sensual y le dije

-Anda Shiruri, hazme lo que quieras, saciate de mi...-

La jalé por los hombros posando su cabeza en mi pecho, cerré mis ojos y dí una sonrisa, bajé un tanto mi mano hasta uno de sus pechos y le acaricié levemente...

Mi garganta ahora se limitaba a emitir gemidos tenues, tenues pero demaciado excitantes, amaba el solo hecho de que placenteramente invadiera mi interior, sentí su cálida hendidura, la chica queria una estimulación más, así que sin pensarlo mucho, moví mi pierna con fuerza, quería sentir cuando su húmedad fuera demaciada hasta el punto de sentir el escurrimiento en mi pierna.

Me separé un poco de sus labios y acerqué mi boca hasta su oido, dejé salir un jadeo el cual choco leve sobre este, después, le susurré

-Comienzas a gustarme sabes?...-

Luego de decirle, la mí su mejilla y me volví a sumir en un lujurioso beso...

-Mnhhh...ahhh...-

Por fin me entregaba completamente a la chica, gemía fuertemente, pues no me importaba ya nada más que seguirla sintiendo, la quería profundo, muy dentro de mi...¿hace cuanto no sentía eso?...no lo supe. Moví mi cadera para que la menor siguiera tocandome y adentrandoce, conforme ella entraba, yo movía más mi pierna contra su intimidad, mientras más le movía, abria poco a poco más su hendidura, sitniendo su calor intimo que iba en incremento al igual que su húmedad...

Cerré un momento mis ojos al sentir su repentina penetración, abrí de nuevo mis ojos y fijando mi vista en su rostro algo preocupado, llevé una de mis manos hasta su frente y retiré un poco su cabello de esta para después dejarle una caricia en su mejilla.

-Shiruri, desde luego que estoy bien... atiende a lo que te he dicho...-susurro-...hazme lo que quieras...sin miedo-

Usando mi mano, aquella que le habia acariciado su mejilla, hago que la mano "intrusa" en mi intimidad reanude sus acciones, provocando que se adentrara, yendo más a fondo de donde llegó la primera penetración...

Mordí leve mi labio inferior, después gemí un tanto fuerte antes de jadear...¿cómo era que una chica como ella me provocara tales reacciones? Si yo ya había estado con otras chicas, chicas que derramaban hermosura por doquier, chicas con lujuria hasta el tope...¿cómo era posible eso?...simple, las demás no me agradaban, solo eran para saciar mis desesperadas, sombrias, sangrientas y arrebatadoras ansias, solo era para no dejar pasar el momento... pero el momento con la pequeña, no quería que jamás terminara...

Mis pezones ya estaban bastante estimulados y sensibles ante cualquier roze, pero la menor seguia con tal empeño en seguir, comencé a sentir un impulso que iniciaba en mis pies y radicaba en mi obrada intimidad, fue la gota que derramó el vaso, no podía equivocarme, era la presencia de un vil orgasmo.

Sentí que desesperada e inevitablemente mi húmedad iba en abundancia, mis manos paranoicas y mis ansias dispuestas, me moví para que la pequeña ahora quedara debajo de mi, la bese despavoridamente, me recorri hasta su cuello dando lenguetazos, una de mis manos comenzó a imitar las acciones de Shiruri, inicié superficialmente, despues, con mi dedo índice comencé a adentrarme, luego de un momento de mover mi dedo, un segundo le acompañó, de atrás hacia adelante le rozaba, sentía su calor y su húmedad un poco menos que la mia, pero eso estaba por cambiar, pues mis movimientos comenzaron a ser insistentes y profundos...