Perdido. (Libre.)

Se echó a reír jovialmente al escuchar sus palabras, mirando su obra con un gesto que parecía de aprobación, pero sin orgullo vano.

-Ah, nunca me ha gustado la tecnología... Pero en mi profesión a veces no tienes a nadie que te arregle los aparatos estropeados... así que aprendí...

Al escuchar sus siguientes palabras, sus ojos se abrieron con desmesura.

-¿La policía? ¡Ni hablar de policía! Te meterías en problemas y acabarías en lo calabozos... Te dejaré una lista de teléfonos... un par de colegas míos del ejército, mi propio teléfono... ah, y de la policía... hay un agente que trabaja para mí, haciendo la vista gorda en esto del contrabado... También puedes llamarle. ¿Es suficiente?

Se alegraba de que Ikuto lo hubiese comprendido, al menos antes de empezar a tener problemas porque se le ocurriese llamar a la policía si tenía algún problema... sería peor y hasta a Jacob le traería problemas.

-Me alegra que lo entiendas. La verdad es que tú te mereces algo mejor... una vida junto a uno de esos vampiros nobles que no se meten en problemas y que probablemente te daría mimos todo el día... -suspiró, pensando en el asco que siempre le había dado esa gente, demasiado 'blanda' a su modo de ver-. Pero no se puede hacer nada... ahora deberás ingeniártelas más o menos solo... aunque buscaré algún magistrado para que tu situación legal quede formalizada... Conseguiré que seas libre.

Casi se rio de sus palabras, pues equivalían, aunque no consideró oportuno decírselo al chico, a poner una pistola en la sien a algún magistrado hasta que firmase unos cuantos documentos donde se declarase libre a Ikuto.

*Escuchaba atentamente cada palabra que el decía, su gesto era de impresión, pronto sonrió de forma tranquila, serena. Inclinó su cabeza como un agradecimiento ante el.*

-Gracias, se lo agradezco mucho...haré mi mejor esfuerzo para que sus esfuerzos no sean en vano...

Le acarició la cabeza con un gesto algo protector, casi paternal.

-Estoy seguro de que será así, pequeño.

Se quedó un instante pensativo.

-¿No te será un tanto difícil vivir de esta forma después de haber sido esclavo toda tu vida?

*Miro nuevamente al hombre, con un gesto algo ingenuo, si, tenía razón.*

-Pues...un poco....creo...pero...también creo que podré...acoplarme...si lo intento..¿no lo cree?...

*Sonrió suavemente, con algo de pena, pues verdaderamente, no sabía como vivir solo a menos que se mantuviese con la personalidad felina todo el rato y eso sería algo problemático.*

Asintió lentamente, esbozando una sonrisa para darle ánimos.

-Por supuesto, pequeño. Todo el mundo puede cambiar. En cierto modo, yo he cambiado un poco, y no es nada de lo que arrepentirse.

Suspiró. Esperaba de corazón que la vida no fuese difícil para Ikuto.

*Correspondió la sonrisa del hombre con tranquilidad, sereno.*

-Gracias.

*Observó los alrededores de el lugar nuevamente, para familiarizarse con esa habitación que le sería de escondite cuando lo requiriera; solo esperaba que no se diese el caso.*