piano a escondidas

Sentía el calido tacto del rubio sobre su piel, fria, mientras escuchaba aquellos jadeos en su oido que le hacían estremecer. Coló sus manos tambien bajo la camisa ajena, y, como el otro, acariciando la piel calida bajo esta, sin mancillarla, solo disfrutando del tacto de ella, y del embriagante aroma que emanaba.

le gustaba sentir la piel estremecerse, el tacto podia ser frio con el vampiro, pero no le causaba otra cosa que placer, bajo sus labios, al inicio de la camisa del otro dejando un beso en su cuello

Le sintió como se acercaba como le besaba. Aquello le gustaba. Sin embargo, en ese momento, no era la lujuria la que guiaba sus actos, lo cual se le hacía inusualmente extraño. No quería arruinar el momento, llenandolo solo con sexo. Le tomó por la cintura, volviendo a colocarlo como antes; la espalda del rubio contra su pecho, las manos en su cintura y la cabeza apoyada en su hombro, muy cerca de su oido. En ese momento recordó una canción que solía tararear cuando joven. Nunca supo de donde la conocía, pero la melodía le resultaba agradable. Suavemente empezó a tararear la melodía al oido del joven rubio.

https://www.youtube.com/watch?v=8MSNgSR35tA

(( T^T amo esa cansion!!!!!))
le dejo hacerlo, cerrando los ojos, esa calides, tan inusual en el vampiro, le facinaba, el mismo se sorprendia de como podia llegar a ser el mas tranquilo a su lado, sin orgullos, sin tener que ser fuerte, por eso le amaba tanto... por que a su lado, no tenia que luchar... por una vez, no tenia que ser fuerte, no tenia que siempre ir en contra del mundo... escucho la suave cansion antreabriendo los ojos... la conosia...
me adoraban con fervor... como extraños sentir amor....
dijo en un susurro, a la par del que el tarareaba

Se sorprendió un poco que el rubio conociera la letra. Después de todo, ni el mismo la recorda,a y esa era una canción de su época, lo que lo hizo aún más inusual. Sin embargo, continuó tarareando aquella melodía, sin interrupciones, al oido del otro. Después de todo, por alguna extraña razón, le parecía adecuada para el momento.

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((Yo igual!! T^T Me parecio tan linda para el momento! *_*))

((shiii Y_Y))

no recordaba toda la letra, su madre, se la cantaba habeses... solamente cuando el estaba enfermo... parecia que eran los unicos momentos en que demostraba su afecto... recargo suavemente la cabeza contra la del vampiro, entreabriendo los ojos para mirarle con ternura
lo que ame de verdad, mas conservo en mi mente...

A medida que el rubio cantaba, evocaba recuerdos a su memoria; gente bailando alrededor gracilmente, mientras luces de colores se colaban por ventanales enormes. Podía ver a todos alegres, sonrientes, y un chico de ojos violetas escondido tras un rincón observando todo. Era él. Recordaba como su madre solía cantarle cuando tenía miedo. Así como lo hacía el era ahora... El miedo inconciente de que aquello acabara, al igual que la melodía que no callaba.

su madre siempre habia sido tan frio con el, tenia que ser perfecto no habia cabida para errores... que comunmente cometia, pero siempre que caia enfermo... ella era la primera que le cuidaba, que se quedaba a su lado en las noches, que le cantaba al oido para que durmiese al final, tal vez si le queria aunque fuera un poco.
subio sus manos a las del vampiro, acariciandoles con levedad suspirando su nombre con suavidad, con amor

Al escuchar su nombre en los labios del otro, abrió los ojos por un momento para observarle. Se le veía tan calmado. Aunque tambien aquello le hizo notar la inusual claridad a través de la ventana. Demonios, otra vez no. Mientras iba tarareando suavemente, fué levantandole en sus brazos, acomodando la cama para recostarle en ella, en busca de que se durmiera. No deseaba dejarlo solo de manera tan repentina y, seguramente, no habría dormido muy bien anoche por su causa.

el sueño le vencia, tanto que no sabia como habia acabado en la cama, el calor de las cobijas le adormilaba mas, pero aun seguia ahi, escuchaba su voz, sonrio levemente acomodandose en la almohada, dejandose vencer por el sueño, suspirando suavemente antes de caer rendido

- una vez en diciembre...

La melodía terminó, dejando al joven rubio en brazos del sueño conciliador. Se asomó por la ventana, percatandose que el sol no tardaría en hacer acto de presencia. Le acomodó las cobijas, cubriendole antes de salir de la habitación para dirigirse a la propia y a su ataud, el cual le llamaba casi a gritos. Necesitaba dormir.