piano a escondidas

Solía tocar el piano para relajarse, para alejarse del mundo. Podía pasar horas tocando, y en su mente, a penas si habían transucurrido unos minutos. Pero esa noche fue diferente, no necesitaba esa concentración, pues, a pesar de la escena sucedida al momento de levantarse, se encntraba tranquilo. Al notar que el rubio le observaba desde la escaleras le hizo una ceña, sin detener la música para que tomara asiento junto a él, en el banquillo. El favorito, quien en ese momento se había hacercado a Hoshi para ofrecerle la comida, le sonrió, incitandole a acompañar a su amo.

los miro a ambos, aun algo inseguro de hacercarse, despues de todo, tenia prohibido asercarse al piano, camino algunos pasos hasta quedar a su lado aun sin tomar asiento, mirando los dedos pasara por las teclas agilmente, sonriendo, mientras escuchaba con atencion la melodia, no queria molestarle por lo que prefirio quedarse a su lado de pie

Continuó con la melodia, la cual, a diferencia de las que usualmente tocaba, era algo mas animada, alegre, clara. Los dedos habiles se deslizaban sobre el teclado, casi como una sutil caricia. Sonrió imperceptiblemente al ver que el rubio aún mantenía la distancia. Bueno, después de lo sucedido no podía culparlo. La sonata llenaba la casa entera con su melodía, rodeandolos a ambos, mientras el favorito los miraba discretamente desde el corredor.

esa melodia le tenia hipnotizado, como si solo fuera un reflejo aserco sus manos a las teclas, deteniendose a centimetros, pero recobrando confianza, comenzo a tocar a su lado, siguiendo la misma melodia, como si la supiera de toda la vida, solo que en otra escala, acompañando al vampiro, no opacandolo

Soltó una ligera risa, la cual fue opacada por el sonido del piano, cuando el rubio tomó asiento a su lado, comenzando a tocar. Resultaba un buen acompañamiento. Sus dedos se rozaban sutilmente en el momento en que ambos tocaban notas cercanas a la escala del otro, sin que por ello se interrumpiera la música, la cual cada vez se iba tornando mas sonora, rápida, emocionante, a medida que se iban sucediendo los acordes. Le miró de reojo lo concentrado que estaba. Seguramente le estaba costando mucho. Pero inmediatamente volcó su atención de nuevo en las teclas.

era algo dificil, captar una melodia que nunca habia escuchado, pero aun no se habia equivocado en nada, siguio tocando, pasando su cabello hacia atras con un movimiento de la cabeza, concetrandose, de la nada esa pieza era una especia de juego, como todo, un juego

Conforme la pieza avanzaba, los acordes se iban haciendo más veloces, mas áltos, como si quisieran retar la coordinación de ambos interpretes. Era una pieza maestra, así que, cualquier error la arruinaría. Tocando una escala de sostenidos y acordes, las manos de Milo iban bajando por el teclado, para luego volver a subir, como sorpresivamente, hasta las notas mas áltas de nuevo, sin interrumpir en ningún momento la tonada del rubio, mientras una sonrisa ladeada se dibujaba en su semblante.

miraba con atencion las teclas, y las manos del otro queriendose guiar, a punto de cometer un error decidio cerrar los ojos, guiandose solo por los sonidos, recuperando la seguridad de antes, tocando ya cn mas trabnquilidad, pero siguiendole el paso ya sin demasiada dificultad. abrio levemente los ojos mirandole de reojo, con una sonrisa de victoria en el rostro

Arqueó una ceja al observar la sonrisa de triunfo en el rostro ajeno. ¿Acaso creia que podía ganarle en su propio juego? Estaba muy equivocado. Aprovechó aquella parte de la melodía, donde los acordes volvían a cambiar bruscamente, para cambiar de escalas a una mas grave, teniendo que tomar el rubio los sostenidos y las altisonantes. Sonrió con burla, como incitandole a que le siguiera, pero sin interrumpir el movimiento de los dedos.

le sorprendio aquel cambio repentino en la pieza, pero le siguio, con algo mas de dificultad, pero sin equivocarse, manteniendole el paso, tal vez aun no ganaba, su cabello se mvoia al compas de su cuerpo al tocar el piano, concentrado con los ojos cerrados, tocaba cada tecla con agilidad y precision

No faltaba mucho, la canción estaba por acabar. Solo unos cuantos acordes más y todo habría terminado. Volvió a tomar la posición central, como al principio, deleitandose con los ultimos sostenidos, antes del dramático final consistentente en graves y agudos. La sala volvió a quedar muda. Le miró, sonriendole suspicaz.

- Nada mal... para ser un principiante... - bromeó.

sonrio mirando el piano y tronandose los dedos, la verdad es que hacia bastante tiempo que no tocaba de esa forma, le miro ahora a el y suspiro

principiante? ya quisieras

bueno, comparandose con el vampiro era un principiante si, pero eso no queria decir que tenia que admitirlo, le quito algunos mechones de cabello del rostro para verlo mejor

- Veo que has recuperado el buen humor... - Inquirió, burlon.

Sintió los dedos del ajeno tan cerca de su rostro, apartando los mechones de cabello del rostro, tan diferente hacia un par de minutos. Se puso de pié en cuanto terminó, ofreciendole la mano para guiarle hasta el sofá de otro de los salones, el cual el no había victo, y estaba rodeado de curiosos cuadros abstractos.

- ¿Te gusta la pintura? - Preguntó, como casual, tomando asiento en el sillón.

le siguio tomando su mano de nuevo, mirando al rededor, nunca habia sido aficionado a esa clase de pinturas pero sabia dibujar bien, suspiro sentandose a su lado, al no haber nadie se permitio rcargarse en el pecho del otro cerrando los ojos
algo, se dibujar sabes?... algun dia podria dibujarte y tu no lo sabras...
le dijo con una sonrisa burlona

- ¿Y que haras conmigo? - Inquirió, en tono suspicaz - ¿Colgarme en una vieja y aburrida habitacion donde nadie me vea? ¡Oh, que desperdicio para el mundo! - Dijo, haciendo un gesto dramático.

Cuando se apoyó en su pecho, comenzó a acariciarle los rubios cabellos, halando los mechones que se encontraban muy cortos, mientras los largos intentaba enrollarlos entre sus dedos, disfrutando del tacto sedoso de este.

- ¿Vez? Te dije que no te cortarías el cabello... - Dijo, recordandole lo de la otra vez.

sonrio, si seria un total desperdicio, entreabrio los ojos mirandole apenas, mientras disfrutaba de esas "caricias" a su cabello
no lo hise por que al final no quise"
le dijo sin mas acariciandole el pecho con la mano en movimientos circulares, donde alguna vez debio haber estado latiendo un corazon

- ¿No quisiste? - Inquiró, arqueando una ceja - Y yo que pensé que por una vez me habías hecho caso... - Comentó, poniendo un gesto dramático.

Sintió las manos acariciar sutilmente su pecho, como si estuvieran buscando algo. El corazón latiente. Hacía mucho que había dejado de hacerlo, aunque a veces diera la impresión de hacer lo contrario. Su dedos seguía entre las doradas hebras ajenas, deslizandose por toda ellas.

por que te gusta?-pregunto mientras se acomodaba mejor-no tiene nada de especial

las manos del otro en su cabello le relajaban bastante, respiraba con tranquilidad, se notaba como subiay bajaba su pecho ritmicamente, levanto un poco el rostro para poder dejaro serca del cuello del vampiro, aspirado su aroma y cerrando de nuevo los ojos

- Si quieres que te confiese la verdad... - Respondió - Es porque es diferente al mio...

Aquello realmente no tenía demasiado sentido, pero era lo que podía apreciar. LE encantaba sentir aquellas hebras doradas, suaves como seda, acariciarle con dismulo cada vez que el rubio se le acercaba demasiado, y la manera como enmarcaban los ojos felinos le daba un toque misterioso que le gustaba mucho. Sonrió, disimuladamente, al sentirle tan cerca de su cuello.

levanto ligeramente el rostro mirandole de frente, si lo miraba fijamente, le confundia con un lobo, sonrio ante la idea y lo beso suavemente en los labios, abrazandole por el cuello, esas acciones se habian vuelto ya tan normales?... cuando cruzo la brecha de enemigos a esto?... no lo sabia y sinceramente no le importaba saberlo...

Podía leer la duda el en rostro del rubio como si fuera un libro abierto. Los ojos ambarinos, aunque suspicaces y pícaros, dejaban entrever ligeros rastros de duda. Se sonrió. A veces era tan predecible. Llevó una de las manos en su cabello a su sintura, presionandole levemente.

- Del odio al amor solo hay un paso... - Comentó, burlón, como si supiera lo que estaba pensando el otro.

sonrio levemente, entrecerrando la mirada, haciendo que sus ojos se hicieran aun mas felinos con esta simple accion, se hacerco para recostarse de nuevo en su cuello, pasando un brazo por su pecho hasta apoyar la mano en su clavicula, cerrando los ojos de nuevo... quien decia que los muertos no eran tibios?...

Su sonrisa se ensachó al ver como los felinos ojos se entrecerraban. Había dado en el blanco. No era muy dificil de adivinar. Le dejó recostar en su pecho, tranquilo. Un poco más, un poco menos, no podía hacerle mas daño. La mano en su cintura comenzó a acariciarle levementepor encima de la ropa, apoyando el mentón en la cabeza del ajeno, aspirando el embriagante aroma de su cuerpo, que a pesar de todo, no podía sacar de su mente.

suspiro feliz, por que en realidad lo estaba y mucho, disfrutando de las caricias del otro emitia un sonido con la garganta que parecia un ronroneo, ademas de que una sonrisa leve adornaba sus labios, tal vez, habia terminado el juego, y el habia perdido lo que temia, era saber... que habia apostado.. y que perdio

Al escuchar los ruidos que al otro se le escapa, le hizo recordar a ronroneos. Un gato... Eso era lo que usualmente le recordaba el rubio; el cabello sedoso, los felinos ojos amielados, y aquella sonrisa maliciosa. Subió una mano hasta su cuello, pasando el dedo por todo este hasta llegar al mentón, sosteniendoselo en alto para poderle ver los ojos.

- ¿Ahora eres un gato tambien? - Inquirió - Valla que eres multifuncional...