Campamento [Kiba]

Pudo sentir un gran y extraño alivio al notar que el mayor ya no mordía su cuello, dejando escapar un inaudible suspiro que se mimetizó inmediatamente con muchos otros provocados por el placer de sentir los besos recorriendo su cuerpo, y el calor del ajeno apoderandose de él.
No pensaba que su amado tan pronto se haría uno con él, sin la preparación suficiente como para que no doliera tanto. No pudo evitar lanzar un chillido ahogado al aire ante ésto, calmandose prontamente.
-¡O..Osten! Ammh~.. ¡ah!..
Gimió fuertemente, mordiendose el labio inferior y manteniendo el ceño fruncido, intentando silenciar esos sonidos que le resultaban tan vergonzosos. El dolor pronto desaparecía abriendole paso a la adorable calidez que podía sentir entre su interior, gozando de aquel delicioso y lento vaivén que deseaba nunca acabara. Aquel sonrojo se hacía cada vez más notable en sus mejillas, a la vez que relucientes y brillantes gotas de sangre minúsculas recorrían su cuello, producto de las pequeñas heridas de los colmillos que con rapidez cicatrizaban. Manteniendo hacia atrás la cabeza, observando de vez en cuando con los ojos entrecerrados la preciosa luna que iluminaba aquel acto de pasión desenfrenado.

Se apoyó con una mano sobre el suelo tierroso y lenatamente fue iniscuyendo su hombría en le menor, tomandole con la mano restante por el vientre bajo, del cual se sirvió para mover su diminuto cuerpecito.

Besó el borde de su oído, supirandole tenuemente, derritiendose entre el calor de la estrechez del menor, entrando y saliendo lentamente hasta que le sintió relajado y entonces aumentó el ritmo, apoderandose de su nuca a mordizcos sin penetrar en su piel, acalorandose a pesar del fresco ambiente.

-Kiba...ahm....-Respiró agitado, embadurnandose el rostro con el líquido bermellón que brotaba cada vez menos de las heridas abiertas, apretando los ojos mientras la entrada del otro se abría más a su paso. Otro gemido más salió de su boca y de un tirón brusco del vientre ajeno se hizo entrar más, volviendo más estrepitoso el ritmo que había adoptado el mayor.

Algunas de las finas gotas de sangre provenientes de su cuello calleron danzarinas a la tierra, mientras que el menor ponía sus manos sobre la misma para alzar a la vez un poco más la cadera, arqueando la espalda. Su corazón palpitaba fuerte y acelerado, golpeando contra su pecho con insistencia, y cada suspiro o gemido que oía de parte del vampiro lo excitaba aún más.
Aún con los ojos cerrados, se mantenía con la espalda arqueada y gimiendo de vez en vez a causa del placentero movimiento que sentía en sus adentros, notando que poco a poco se tenzaba más. Ladeó un poco la cabeza para encontrarse con el suave aliento del mayor en su nuca, sonriendo apenas perceptible, dejando escapar uno que otro jadeo.

Se anudó con los brazos a las caderas ajenas, pegandolo a su cuerpo al tiempo que restregaba el rostro contra la húmeda e infantil piel del licano, hundiendose en los aromas tanto de él, como los propios y del mejestuoso bosque que les hacía de lecho en ese momento.

-Uhm...-Suspiró una vez más, apretandosus caderas, reteniendo su sexo que se le resbalaba anhlente de las manos y una vez más, le aprisionó la boca en un beso candoroso aunque dificil por la posición.

LAs caderas le ardían acaloradas con cada embestida profunda y veloz que asestaba al menor, y sabía que aquel ritm en cualquier segundo inesperado alcanzaría el orgasmo,, tanto como quería darle uno al castaño entre sus brazos.

Acalorado, mordiendose el labio inferior movía sus caderas con el fin de hacer aún más placentero ese movimiento, gozando con todo su ser el poder ser uno con el mayor, deleitandose con los deliciosos movimientos que lo llenaban. Entreabrió nuevamente los labios, dejando que de entre éstos se escaparan más de esos gemidos que delataban el placer que sentía, cerrando con fuerza los párpados y frunciendo el ceño.
-Aahmmh~..
Movió un poco hacia adelante a la vez su cuerpo, para luego echarse hacia atrás de nuevo, frotando su sexo con la mano ajena, sintiendose a estallar, quemándose en su propio placer y lujuria.

-Kiba, Kiba...-Le susurró, aferrando el sexo, estremeciendose entre las profundidades del menor, sintiendo aquel calor cada vez más intenso y abrazante conforme las embestidas aumentaban y los segundos pasaban.

Se afianzó con los labios a su hombro, mordisqueando con estos la sueve piel morena, penetrando profusamente en uno de los últimos empujones intesos que diera al cuerpo frágil que tanto adoraba.- Mhm...- exclamo por ultima vez antes de llenar a su licano con la esencia propia, embotado por el delicioso placer que el orgasmo le causaba siempre.

-Uh..Ummh..
Sentía como si todo su cuerpo ardiera, gimiendo más y más fuerte ante cada embestida y moviendo las caderas casi histérico, deseando sentir plenamente al mayor en sus adentros, correspondiendo como podía a algunos de los ardientes besos y caricias. Deseaba ser abrazado por el placer asi como tambien sentir cada parte del hombre rozando su piel, no quería separarse.
Pudo sentir cuando la esencia del vampiro acariciaba sus paredes, llenándolo gustoso, a la vez que tambien llegaba al deseado orgasmo propio tras fuertes espasmos en todo su cuerpo, para posteriormente relajarse por completo y dejar su cuerpecito caer sobre el cesped, sin separarse aún del mayor.
-O..Osten...

-Ahm...-Jadeó sosteniendole por el pecho, acompañandole al caer al cesped pero sin depositar todo su peso sobre el niño, le besó toda cabez,a las orejas, se escodió su cabello y suspiro deseosode sus labios, se deshizo sintiendo la cercanía y jadeó a su oreja depositando un beso en esta.

- Cariño...-Se levanto apenas un poco y se cerró el pantalón atreyendolo entre brazos, recostandose en el pasto con Kiba encima.- Tequiero...-Suspiro y le sonrió tocandole la punta de la nariz mientras le sonreía cariñoso, apesar de tener el rostro humedo y sus respiraciones no se normalizaban completamente.

Lo abrazó por el cuello, respirando agitado y con una mirada que rebosaba algo así como... Alegría pacífica, muy extraño en él. Lo besó con dulzura en la mejilla.
-Yo también te... quiero..
Musitó con ternura, apegándose un poco más a él. La brisa fría comenzaba a tornarse molesta debido al poco sudor que comenzaba a helarse sobre su pálida piel.

-¿Sí?- Sonrió enredandose los dedos en sus mechones caramelo, dobló las rodillas cubriendole las caderas desnudas del viento y besó una y otra vez sus frente olisqueandole el cabello.

Le rodeó estrechamente con ambos brazos cubriendole toda la espalda tambien.-Kiba...- Susurró alzando el rostro para pegarse con su cabeza, regocijandose de sentirle la piel caliente del pecho contra la propia de la camisa abierta, de sentirle las piernas entre las suyas, diminutas como eran, llenandole de cierta ternura que hacía siglos enteros no experimentaba, y que había momentos que incluso dudaba de haberla sentido alguna vez.- Eres un tonto...-

-Pero soy tu tonto, ¿Verdad?
Inquirió por lo bajo, acurrucándose lo más que podía entre el cuerpo del vampiro. Sus sentimientos eran inmensamente contradictorios, pues a la vez de ser muy simples como juntarlos todos en un "te quiero" -que no quiere decir que no fuera cierto- también sentía ganas de gritarle y llamar su atención de cualquier manera. Bueno, debía ser porque aún era un niño, y los niños inmaduros se demuestran su "cariño" golpeándose y jugando bruscamente.
Suspiró por lo bajo, aún sin poder normalizar en demasía su respiración, y sintiendo su corazón palpitar con velocidad.

Le acunó a su lado sobre el cesped y tan cercanos como se encontraban se fascinó con sus sonrisas, volvió a besarle la frente y siguió cubriendole con sus brazos, mirandole de hito en hito.

-Claro que sí, el único...-Le dijo y se apoyó sobre un codo mirandole con una sonrisa, contemplandole el pecho hinchado por la agitación.- No vayas a dormirte

-No tengo sueño~
Canturreó son su sonrisilla, mirándole también fijamente, sonrojándose de nuevo. ¿Qué tenía aquella mirada y expresión del vampiro que adoraba tanto? No lo sabía completamente, pues amaba demasiadas cosas de esa persona, y tampoco tenía muchas ganas de ponerse a pensar en eso.

Se incorporó lentamente, solamente para besar con dulzura los labios ajenos y volver a recostarse contra su pecho.

-¿No?- Le sonrió contento, recibiendo su beso con el mayor de los gustos y relajado se quedó recostado, pasandose un brazo trás el cuello, acariciandole toda la espalda con la mano restante.

-¿Recuerdas...recuerdas la boda de Malcom? - Le preguntó de repente, mirando más a las estrellas que al chico, ni siquiera sabía a ciencia cierta de qué rayos estaba hablando o cómo había llegado a su mente esa pregunta.-

Cada caricia lo deleitaba, de manera tan hermosa y relajante que solo podía sonreir. Le encantaba estar de esa manera, sentía que tenía todo lo que deseaba.
Lo escuchó entonces decir aquello con respecto a la boda. Arqueó levemente la ceja aunque su expresión de alegría no desapareció, sin embargo lo miró dubitativo, de igual manera.
-Ajá. -Afirmó a la vez que asentía despacio con la cabeza.- ...La recuerdo. ¿Porqué?

-¿Te...te gustó?- Cuestionó en voz baja mirando hacia abajo con algo de desconcierto.

-No quiero espantarte, pidiendote algo así, obvio. Sólo, que no sé, me hizo sentir extraño estar ahí...claro, de haber ido sólo o en otro momento, me hubiera fastidiaido tanto la sola idea de ir que tal vez no hubiera asistido, pero ir contigo fue...- Suspiró, sentandose en el césped con el chico en brazos.

-Fue como...diferente-

Alzó la mirada y lo observó entrecerrando los ojos. Al oirlo hablar de esa manera miles de dudas arremetían en su mente, dudas que lo dejaban un tanto inseguro.
De todas maneras sonrió levamente, volviendo la vista al frente.
-Al principio estaba muy nervioso, nunca había ido a una boda.
Comentó susurrante, solo para ser escuchado por el vampiro.
-...Pero luego creo que no estuvo tan mal, casi todos se veían muy felices..

-Sí, todos se veían contentos...- Le echó el cabello hacia atrás y buscó por el piso la camisa del menor que le puso encima de los hombros a formade abrigo para que no tuviera demasiado frío.

Luego le beso la nariz y le volvió a atraer hacia sí. - ¿Alguna vez has imaginado hacer algo así? Casarte...- Le preguntó de la misma forma, en voz baja, como si alguien más fuera escucharlos o como si ni siquiera pretendiera que su pregunta se escuchara.

Se dejó hacer, contento, pues adoraba que el mayor lo tratara de esa manera tan... sobreprotectora. Era muy bonito centirlo cerca, y lo mismo despertaba en él una alegría que siempre estaba gustoso de sentir.
-Casarme... -repitió muy por lo bajo, sonriendo levemente y mirando hacia el suelo- ...Lo he pensado varias veces, pero la verdad es que no sé como se sentiría en realidad... Malcom-san se veía muy nervioso..

Ahogó una risa sintiendole de nuevo con la cabeza. - Bastante, pobre. Pero esque esas cosas nunca son muy divertidas que digamos...bueno, depende. -Reconoció encogiendose de brazos antes de mirarle a los ojos.

- ¿En serio lo has pensado? ¿Con el vestido de novia y todo? - Le sacó la lengua bromeandole con una cara de sospresa.

Rió junto a su amado, ladeando un par de veces la cabeza, sonriendo.
-No, sin vestido de novia ni nada como eso. Solo... estar allí.
Musitó suavemente, ladeando un poco la cabeza.
-¿Y tu? Ya lo has vivido... ¿Cómo se siente?

- Hmm...que triste, hasta lo imaginé. - Le besó la frente antes de apoyar la propia en la de él y cerró los ojos para hacer memoria, al menos un poco.

- La que cuenta para mí, es la que tuve con la madre de Pandora....no tuve mucha opción que digamos. Aunque quería la quería bastante, después ya no fue muy agradable. Pero fue enorme, hace como unos 70 años. Te sientes muy nervioso y te gustaría que se derrumbara todo para que no pasara nada, pero depsués tiene que entrar y tomar a tu persona dle brazo y caminar firme mientras escuchas el montón de palabrerías que dice el sacerdote, pero está bien, al final, sabes que esa persona es tuya frente a todo el mundo. -Asintió y después se separó.

- Sucede más rápido de lo que uno se complica...-

En todo momento lo escuchó atento, con la cabeza un tanto ladeada y los ojos apenas entreabiertos. Realmente, a pesar de esforzarce, no podía imaginar por completo como debía sentirse estar allí parado frente a todos, proclamando el amor supuestamente eterno de ambas personas. Sonaba romántico... pero sumamente problemático y tal vez bochornoso.
-Suena... como decirlo, interesante... creo..
Comentó, casi como si fuera para si mismo, haciendose un ovillo sobre el pecho del mayor.
-Pero... ¿Porqué lo preguntaste?

-Sí, algo...-Le sonrió ensimismado y se encargó de rodearle por completo con sus brazos cuando se acurrucó en su pecho. Se quedó en silencio un rato luego de que el menor le cuestionará sobre la pregunta.

No podía decir con claridad el "porqué", le había nacido aquella inquietud de repente, aunque no era repentina. Le interesaba, le interesaba bastante saberlo y preguntarselo, era la única forma en que se quitaría aquella inquietud.

Y muy en el fondo, claro, no había podido dejar de imaginar desde aquel día cómo sería estar frente al bochornoso altar con el castaño a un costado.

- Pues...quería saber que opinaba al respecto...podrías ser del tipo que reniegatodo el tiempo de ello, aunque, es normal en chicos de tu edad, incluso yo pensaba así.-

-La verdad es que, como creo que suele pasar entre los niños, muchas veces en el pasado surgieron el tipo de preguntas como "¿Te casarías alguna vez?" o "¿Cómo quieres que sea tu boda?"... Siempre respondí con sinceridad, y... -Rió por lo bajo, tomando la mano del mayor y llevándosela a la mejilla, para acariciarse con ésta- ...No se, creo que debe ser bonito siempre que estés con la persona a quien realmente amas. Aunque también algunas veces lo vi como una simple formalidad, pero de todas maneras... debe sentirse especial.
Comentó susurrante y dulce, bastante maduro comparado con algunas otras ocasiones.

Kiba no era un chico demasiado complicado en cuanto a esos asuntos. Casi nunca mentía, y tampoco le avergonzaba demasiado decir esas cosas, por lo que no se veía nervioso en ese momento.
Soltó la mano ajena, alzando la mirada para observar a los ojos a su amado vampiro.