Campamento [Kiba]

Le escuchó atentamente sonriendole dulcemente y cuando le soltó, lo único que hizo fue acariciarle el rostro con una mano, asintiendo con la cabeza.

- No estaría mal...- Le besó los labios entonces, suavemente, colocando los brazos sobre sus hombros estrechos. -Es lindo, sí...aunque es extremedamente complicado cuando no resulta como pensabas que sería...-

Suspiró y le beso la frente.-Aunque en estos momentos no tengo demasiadas dudas como en aquel entonces, sin embargo...tú eres aún tan pequeño, Kiba, me nublas completamente.-Le miró a los ojos.-Pero no quisiera, que si te lo pidiera, te sientieras obligado a aceptarlo.-

-Pero si no sale como lo planeabas debe ser aún más interesante.
Comentó, tras corresponder al beso y alzando un poco el rostro, para mirarlo a los ojos.

Se sonrojó un poco luego, no pudo evitarlo, ya que había tomado lo último como una... ¿Petición indirecta? ¿O era acaso directa?...A veces le era difícil entender ese tipo de cosas, pues a pesar de que lo negara en ocasiones, era como Osten decía: Él era pequeño aún, no tenía experiencia respecto a eso.
Rió suavemente, con las mejillas rosadas y por un momento evitando la mirada del mayor.
-...No veo la razón por la cual debería sentirme obligado... Pero acaso... ¿Me lo estás pidiendo?

- ¿Eso crees? - Suspiró con una ceja arqueada antes de besarle.

- Hmm, algo así podría ser...-Se limitó a aclarar, observando las orbes acarameladas mientras deslizaba ambos brazos por los del chico.

-Me gustaría mucho algo así, sería divertido...-Le dijo pacífico.- ¿A tí te gustaría?-

Se le apegó un poco más a la vez que, una vez más, tomaba la mano del mayor y se rodeaba el cuerpo con ésta, tiernamente. No podía evitar teñir sus mejillas de rojo al oirlo decir eso, pues a pesar de lo que estaban hablando, aún así le apenaba un poco.
-S-Si... creo que... si.
Musitó, apenas con un tímido hilo de voz, besándole el dorso de la mano con cariño.

-Te quiero, Osten...
Entrecerró los ojos tras susurrar aquello, escuchando palpitar acelerado a su impaciente corazón.

Pegó su mejilla con la ajena sonriendo ante la respuesta que extrañamente le hizo el corazón palpitar estruendosamente y el encogió el estómago como creyó era imposible que sucediera con un órgano que jamás había requerido.

-Hmm...y yo a ti, te amo.- y entonces se separó un poco, mirandole a los ojos antes de voltear al cielo.- Creo que...deberíamos buscar algún lugar, si no..me achicharraré cuando amanezca...-

Se sentía emocionado, pero a la vez muy calmado. Era una mezcla de sentimientos que se aglomeraban en su pecho, muy agradables, que lo hacían realmente felíz aunque no estaba completamente seguro de porqué.

-Si... Y creo que mejor me pongo ropa, si no, me resfriaré.

-Hmm, no. - Refunfuñó para luego sonreir, estrechandole de nuevo. -Me gusta que estés así.-

Se sentó sobre el césped y apesar de lo que le decía al otro, buscó de entre el pasto las ropas restantes del castaño, hasta tenerlas todas en el regazo y entregarselas al niño mientras besaba una última vez sus labios y lentamente le colocaba a un lado para él mismo ponerse de pie, acomodarse la camisa y cerrarse los pantalones y finalmente mirarle de nuevo.

- Dijiste que tú serías quien me ayudaría encontrar el escondíte para que duermiera...-Le recordó con un guiño, estirandose y soltando un largo bostezo con dirección al lago.

Rió por lo bajo mientras recibía el beso y recogía la ropa, para luego ponerse de pie también y acomodarse la misma. Finalmente terminó de vestirse tras un momento, y mientras se desperezaba, observó al vampiro con una sonrisilla traviesa.

-Si, si, ya se. Vamos a ver si hay algún lugar cerca.
Musitó con calma, caminando en dirección al lago tras Osten. Mientras tanto observaba a sus lados, para ver si podía encontrar un buen sitio en el cual refugiarse luego del sol.
-¿Crees que allá estaría bien?
Preguntó en voz baja, señalando un frondoso árbol cercano.

Un par de bostezos más abandonaron su boca y tuvo que rascarse un par de veces los ojos, antes de voltear y mirar al chico y el enorme árbol.

- Pues, no sé.- Dijo acercandose al árbol y dando un par de vueltas, mirando hacía arriba. - ¿No crees que se cuele el sol por las hojas? - Preguntó con algo de inseguridad tocando luego la cabeza del menor.

Echó un silbído mirando aún hacia arriba. - Bueno, no puede ser que me achicharre del todo...¿cierto? - Aseguró jactándose de sí mismo. En realidad nunca había salido al sol, porque siempre le habían dicho que no lo hiciera, nunca había probado en carne propia que en en verdad fuera el peligro del que tanto le hablaban.

Aunque lo que de verdad lamentaba era la ausencia de su cama y sus sábanas de satén.

Observó con detenimiento el tronco del arbol y también entre las raíces, no fuera cosa de que hubiese alguna madriguera de un animal que luego los atacara o algo así. Después miró la copa del árbol. Era bastante frondoso y dudaba que con la gran cantidad de ramas y ojas que tenía se fueran a filtrar los rayos del sol. Al menos no, si no dormían demasiado apartados del tronco.

-No lo creo.
Respondió por lo bajo, con calma, caminando hasta el árbol y posando una mano sobre el tronco, virando luego la cabeza para mirar a Osten sonriente.
-¿Qué podría pasar? Solo es un poco de sol, a demás, es casi seguro que no te tocará. Ven, vamos a dormir.

-Si tu lo dices...-Se encogió de hombros y le siguió hasta el árbol.

-Oh, seguro que nada, sólo...explotaría o algo por el estilo.- Dijo al chico con una sonrisa y besó su frente antes de inclinarse y acariciarle el rostro con los labios. -Rayos, en realidad no tengo mucho sueño. ¿Tú sí?-

Le preguntó con una semisonrisa dejándose caer de a poco sobre el pasto y quedar sentado en este.-Tampoco creo poder conciliar demasiado el sueño...-

El castaño se dejó besar con mucho gusto, y cuando Osten se sentó sobre el cesped, él hizo lo mismo, cruzando las piernas y sentándose "como indio", con las manos entre los pies apolladas en el pasto.
-No demasiado, aunque sí estoy algo cansado.
Comentó susurrante, con una sonrisa alegre e infantil. Luego, quiso agregar entre risillas un tanto burlonas.
-¿Explotar? Ah, no lo creo. A lo sumo, algunas quemaduras de tercer grado que te arderán por semanas, pero... supongo que nada peor. O, tal vez, te quedes calvo. Je, sera divertido verlo.

- Oh...no quiero broncearme ni quedar calvo. - Pronunció hacineod un puchero faldo mientras cerraba los ojos e inhalaba profusamente el deliciosos rocío nocturno. Si salgo de bueno tenía la vida nocturna, sin duda ese tipo de cosas.

Se echó de espaldas contra el árbol y le jaló con un brazo para depositar al castaño sobre sus piernas, bajando un poco más la mano hasta palpar su estómago para hacerle algo de cosquillas.

-Cuéntame un cuento para dormir~-

-Sería una pena que eso pasara, con cabello te ves mejor.
Bromeó en voz baja, al momento en que era jalado y terminaba por sentarse entre las piernas ajenas. Le gustaba mucho estar así, por lo que posó una de sus manos sobre la del mayor que estaba en su abdomen, y la acarició suavemente.
-Auh~ ...No se contar cuentos.
Anunció con desánimo, haciendo una mueca exagerada de tristeza.

- Pero los niños siempre saben cuentos...-Murmuró quedamente, entrelazando los dedos con los del chico.

Hizo que ambas manos brincotearan por encima del vientre ajeno y echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos antes de exhaar un leve suspiro.- ¿Hace cuánto fue que llegaste a casa? - Preguntó en voz baja. - ¿6 meses, un año?

-No necesariamente. Si no nos cuentan cuentos, no los aprendemos de ningún sitio, así que luego no podemos comentarlos.
Miraba con una pequeña sonrisa apacible las manos sobre su cuerpecito, y tambien cerrando los ojos, apolló la cabeza sobre el pecho ajeno.

-Umh... Creo que un año, más o menos. ¿No?
Respondió a lo segundo, tras una risilla tenue. Le agraciaba pensar lo mal que se llevaban al principio y notar que ahora estaban abrazados y hacían todo tipo de "cosas" juntos.

-Cierto...-Sonrió con la cabeza apoyada en el tronco y al sentirle sobre su pecho le rodeò con los hombros dejando salir un leve mugido en lo que se acomodaba sobre es césped.

- Vaya, es mucho.-Le dijo entreabriendo los ojos para mirarle el cabello al cual se acercó con la nariz. -...relativamente.- Después de tanto tiempo, un año, practicamente no era ninguno, pero no negaba que había sido, bastante divertido, tratándose de Kiba.- Antes, no dejabas de maldecirme.-Le recordó inclinandose más hasta morderle un hombro suavemente por encima de la ropa.

Rió al oír lo último, mirándole de reojo cuando se había acercado a su hombro. Era cierto, y le costaba creer lo mucho que había cambiado la situación desde que Osten lo había comprado, hasta el momento.
-Es cierto, disculpa por eso. -Murmuró tras una risilla infantil- ...Aunque debo admitir que fue divertido, las caras que pones al ser insultado son graciosas.
Alzó una mano y le acarició la mejilla con suavidad, calmado.

Le sonrió atrapando una risa en la garganta, aferrandose a su hombro y besándole bajo el lóbulo cuando acarició su mejilla. -Hmm, que grosero. Ni porque soy viejo me respetas.-

Sonrió, tocandole el estómago con ambas manos. -Querido...¿Puedo...preguntarte algo sinque te molestes? - Susurró, arqueando una ceja, manteniendo firme el agarre en su estómago y su vientre. -¿Hay algo que hayas estado comiendo, de más, sin decirme?

Ante la última pregunta, inmediatamente bajó la mirada para comprobar lo que el otro estaba diciendo. Y si, efectivamente, se notaba un poco más de "relieve" en la parte de su vientre... por no decir que ya estaba bastante rellenito (xD).
Abrió los ojos de par en par, negando con la cabeza.
-Y-Yo... No, como muy poco... Tu me haz visto.
Tartamudeó nervioso, llevando la mano libre sobre la ajena.
-¡¿Es..es..es..estoy... go-gordo?!

-Pero a veces sales en las mañanas, cuando estoy durmiendo. Puede que...te estés propasando con algo. -Dijo tranquilo mirandole desde su sitio.

- No significa que sea malo, querido. Te ves bien.- Besó su mejilla, en un intento por "calmarle". -Y yo no usaría la palabra "Gordo"...sólo, ligeramente..."Orondito"...nada grave. -Dijo, suavizando las palabras, aclarándose la voz.

-¡Pero no hay ningún problema, en serio...!-Repitió, tal vez fuera que desde que vivía en casa el menor hacía menos ejercicio que cuando habitaba con sus padres. Podría ser....-Si te parece...podríamos ir a correr o a nadar más seguido. A donde quieras.-

-¡Pero salgo a jugar o a pasear, sabes que apenas como!
Insistió, indignado. ¡¿Cómo podía ser que estuviera engordando?! ¡No, no, no! Él no podía estar así, no era sedentario, cuando salía era para hacer desastres o algo así fuera de la casa de Osten, lo cual implicaba mucho desgaste físico. Imposible, no podía ser.

-Dios, Osten, ¡no quiero estar gordo! -Repitió, exaltado, mirandose insistentemente el abdomen.

-Está bien, está bien...-Le dijo consecuente sonriendo ante la histeria del menor. -Saldremos a caminar más y hasta podemos ir a ver a un médico o algo así...-Ah, el único médico de ahí era él. Se recordó...a pesar de ser médico empírico y no por título precisamente.

- Tal vez, halla algo que se te esté quedando de más, no te preocupes, Kiba.- Le dijo en tono positivo llenandole de besos el cuello.- Ya sé. Si tenemos más sexo, se te quitará.-

Dijo como de repente descubriendo la solución a todos los problemas. Le tomó las manos y se las retiró del vientre hacineodle virar un poco para poder verle el rostro. - ¿Sabías que es casi tan efectivo como nadar? Lo leí hace poco.-

Intentó asentir mientras oía al mayor, nervioso, pero respirando profundamente para calmarse. No aceptaría la idea de... estar gordo.
-¿Que-Quedando de más? Eso no suena.. bien.
Se quejó en voz baja, bajando la mirada. Sin embargo, al oír el siguiente comentario respecto al sexo, de pronto volvió a alzar la cabeza y, al ser ladeado, miró al vampiro con indignación.
-¡¿Cómo podría pensar en eso en una situación asi?! ¡Mi cuerpo, mi hermoso cue...

De pronto se quedó callado, cuando un pensamiento no demasiado alegre pasó por su mente. Ladeó la cabeza, cerró la boca, miró fijamente a Osten y luego se miró la 'panza'.
-Dime que lo que acabo de pensar fue una estúpida divagación mental completamente incoherente.
Pidió encogiendose de hombros, con una expresión de disgusto.
-...E-Es imposible que yo se-sea fe..fe..fertil... ¿Ve-Verdad?

- A veces pasa, no toda la gente digiere toda la comida de la misma manera.-Le aclaró con una ceja arqueada, auqnue sabía que Kiba, de meses antes había dejado de ser muy asiduo al resto de los alimentos parte de la sangre propia.

Cuando empezó a gritar, se quedó en silencio, mirandole con atención mientras se deshaogaba. - Claro...¿Pero, qué acabas de pensar? - Le preguntó con un fruncimiento de cejo.

Bien, que fuera algo "rellenito" no habría impuesto mayor porblema que una dieta, pero aquello que el castaño acababa de decir habíasido completamente estrámbotico, loco...inimaginable. Imposible.

Se dijo a sí mismo una y otra vez mientras una risa tota abandonaba sus labios.- Jaja, pero por supuesto.- Le acarició la cabeza, hacinedose pasar por conciliador.- N-no...no es posible, es decir....nunca me dijiste que lo fueras. - Repitió con un tono que pasó del nerviosismo incrédulo, al borde del caos.

Claro, era posible.