Luego de las compras [Priv]

- Oh como te atreves, blasfemo?

Bromeando, se reacomodó en el sofá.

- Lo hiciste muy bien, pero ya lo sabes...así que no te lo volveré a decir o_ó

Se quedó pensativo unos instantes y después volvió a verlo con una sonrisa.

- ¿Sabes aguna de Paganini?

Auch, Paganini compuso tantas... Dime alguna e intentaré.
-Le pidió. Seguramente ya habría notado su dificultad para hubicar cada una de las canciones.

- Genial...hmm

Se colocó la mano en el mentón pensando un poco, le gustaban mucho varias de sus composiciones y era un dilema elegir algo.

- De Los Caprichos...el Nº 5, ese...¿Podrías?

Se enderezó en el sofá mirandole con el interés de un niño emocionado en una jugueteria.

(( ese video es el unico que encontre XD ))

Colocó de nuevo su violín, haciendo un intento por interpretar también esa obra, mas le era algo dificil ya que no la recordaba bien.

(¿Cuál el de Mozart? El de ahora es es este =3 https://www.youtube.com/watch?v=amfCqFUMBkY )

Le miró con grancia antes su rostro algo dudoso, lo cual le inspiro ternura, pero a pesar de ello, la melodía era muy buena y sonaba de maravilla. Siguiendola con un suave compas de su dedo indice.

Continuó tocando, a tempo un poco más lento de lo debido. Pero, a causa de que estaba algo nervioso por no recordar demaciado bien las notas, hizo demaciada presión con el carco sobre las cuerdas y la primera se cortó, dandole un pequeño latigazo en la mejilla.
Ni se inmutó por la herida, mas se puso sumamente triste.
-Oh~ no!
Exclamó, casi a punto de llorar.

-...Oh... o.o

Abrió los ojos, enderezandose de su posición con una careta sorprendida. Se rascó una mejilla con la ceja arqueada, por su cara entristecida y le sonrió.

- Esta bien, Kiba, no importa...estuvo muy bien

Se puso de pie, pasandole la manga por la mejilla.

So-Soy un... inutil..
-Susurró apenas, viendo su violín todavía, ni siquiera prestandole atención a su acompañante.
No pude... terminarla...

- Prácticala entonces...

Sugirió con una leve sonrisa, dejando en su mejilla solo la rayita algo hinchada de piel enrojecida.

- Las veces que quieras, no estuvo tan mal y la primera fue perfecta

Le animó y después de todo era la verdad, alejandose un poco y se giro para contemplar el instrumento.

Sus bracitos temblequeaban un poco de los nervios. Dejó su instrumento en un sofá, y caminó hasta otro, sentandose en éste con ambas manos tapandose el rostro, sumamente deprimido.

Sonrió con la ceja arqueada mientras le seguía con la mirada y se sentaba en un costado de su sofá. Oh de verdad que se le miraba mal, que inmensa exageración.

- Kiba~ No pasó nada...relajate. ¿Porque no comes algo? A mí siempre me anima

N-No tengo hambre..
-Musitó, hechandose hacia atrás el flequillo con una mano, y observando como volvía a caer sobre su frente.
Suspiró agotado, viendo con tristeza el violín.

- o-o bien...

Suspiró poniendose de pie sentandose en la mesa de la sala frente al castaño, con el ceño fruncido.

- Oh...si no es para tanto ¿porque te pnes así? fue solo una canción...no puedes recordarlas todas, todo el tiempo...

¡Pero no puedo olvidarlas! Y para colmo me equivoque en unas notas, ¡¡es desesperante!!
-Exclamó nervioso, como si se tratara del fin del mundo. Nunca hasta ese momento se había equivocado en alguna melodía, y era como insultarse a si mismo cuando lo hacía.

- ¿Porqué no puedes? Es algo normal...tranquilizate

Se encogió d ehombros cruzandose de brazos con una sonrisa relajada, aquella situación el era muy divertida. El niño rebelde frustado por una simple canción.

- Si prácticas de nuevo volveras a tomar la practica, no seas tonto

Castigame!!
-Ordenó intranquilo. Su profesor siempre lo castigaba al más minimo error, y le era casi como automático saver que no debia equivocarse. Si bien no tocaba obligado y era uno de sus gustos más grandes, no podía dejarlo pasar.
Hazlo como sea, pero castigame...

Abrió los ojos como platos cambiandose su expresión constantemente que fue de la sonrisa, a la sorpresa, incredulidad y finalmente a la seriedad.

- ¿Castigarte?

Frunció el seño mirando fijamente al chico. Lo que le pedía a pesar de ser ligeramente tentador, podía ser irracional para su persona. No le había castigado por semisdestruir su jardín y sala, le era difícil hacerlo solo por una melodía mal efectuada. Y aunque no le era algo desconocido, el castigo a sus esclavos no era algo que hiciera muy seguido y cuando eso sucedía no solía encargarse él mismo.

- No creo que sea para tanto y no quisiera lastimarte ¿estás seguro?

Asintió con la cabeza, inquieto.
-No importa como.
Repitió apenas con un hilo de voz quebrada. No era masoquista, y mucho menos le gustaban los castigos pero sentía la necesidad de aprender su error.

Miró sus ojos y se puso de pie saliendo de la sala esperando le siguiera, salió d ela casa tambien, ya era casi de madrugada y agradeció aquello, porque tendría que hacerlo rápido. Tanto él y su vida eran bastante clásicas así que el supuesto "castigo" no sería muy difernete de lo que oracticaban los demás con sus esclavos, caminó detrás de la casa, hasta donde estaba la bodega donde se guardaba la comida para susu aves, los artefactos de jardinería y demás basura que no se decidía por tirar. Le abrió la puerta dejandole pasar primero, y tomó de entre todo aquello un fuete viejo que no gustaba de utilizar más que cuando salía a montar una vez cada tantos años.

- Tendrás...que quitarte la ropa...

Le ordenó seriamente aunque por un momento pensó en decirlo. Esperando que con su exoresión el otro, mejor deshechará la idea, auqnue lo dudaba.

Lo siguió cabizbajo, pensativo y arrepentido. Al llegar a la bodega la observó con detenimiento, e hizo lo indicado.
Se quitó la camisa y lo miró, con esa expresión desalmada y entristecida que se le veía en los ojos.

Se colocó a su espalda, definitivamente no podía verle la cara. Suspiró recorriendo la espalda tan pequeña con los ojos y luego delineó la columna con el látigo, definitivamente en conjunto con el deprimente sitio aquella situación le ajetreaba más.

- ¿Aún estás seguro?

Volvió a preguntar, separando el látigo, tomado vuelo y acestando un leve pero aún duro azote en su espalda, que apenas dejó una leve marca.

Sollozó, intentando que su acompañante no supiera de su tristeza, mas ya debia haberse dado cuenta.
S-Si..
Apenas en un susurro le respondió, recibiendo el primer azote sintiendo menos que un cosquilleo. Pero sabiendo que los siguientes serían más dolorosos.

Cerró los ojos y los volvió a abrir consciente de la situación. Podía llegar a gozar de esa situación, pero desgraciadamente, no estando sobrio y tampoco quería maltratar al niño. Dió un paso hacía atrás dando dos continuos azotes en ambas costillas, más fuertes que el primero. Al no ver más reacciones en el joven asestó un golpe secos en la columna.

- Kiba?

Se detuvo, esperando por el chico, iban 4. Y su espalda aún tenía las líneas de los 3 últimos.

Aaah~!!
-Chilló fuertemente tras otro sollozo, el golpe en la columna habia sido más que suficiente para obligarlo a arquear la espalda hacia atrás.
No dijo nada al oír que lo nombraba, solo bajó la mirada, dispuesto a continuar con su castigo.

Dos más en su costado izquierdo y uno en el derecho, que solo fueron un poco más fuertes, su propio cuerpo se negaba a golpearle, por más de que el otro insitiera, su cara no parecía pedir lo mismo, lo que le apretujaba el corazón.

- 7...son suficientes por esa melodía Kiba, será todo...y es tarde para mí...

Se obligó a decir, aunque sus ojos recorrían su enrojecida espalda y apenas unos puntitos diminutos de sangre, que lucían en exceso apetitosos. Le recogió la camisa, mirandolo.