Di-ver-sión~ [Libre]

Andreas no se había percatado del golpe, sólo de que había dejado de correr y que ahora reía. Con una sonrisita y juntando las fuerzas que le quedaban, llegó al lado del otro falto de aire y le tocó el brazo.

-Te pille -dijo, todo orgulloso de sí mismo. Luego se fijó en la lápida frente a él y miró al otro-. ¿Chocaste? -le preguntó-. Debiste hacerte daño.... -se mordió el labio, intentando no reírse, porque las risas del otro eran contagiosas y aunque aquello no le parecía divertido, le entraban ganas de reír sin parar.

Al ser tocado por el menor, poco a poco fue dejando de reir, tomando aire y exhalando exageradamente, negando con la cabeza por alguna razón.
-Ah, Dios, esto de las emorragias internas es problemático. Kujuju~
Comentó entre risas, sobándose el estómago. Si, dolía muchísimo, pero a demás de que para él eso se sentía espléndido, se burlaba de si mismo y eso se le hacía divertido.

Un delgado hilo de sangre se deslizó por la comisura de sus labios. Al parecer "algo" en él se había roto. O tal vez, simplemente se habría mordido la lengua al chocar. Ojalá fuera la segunda opción.

Al ver el hilillo de sangre, lo miró con preocupación, llevando la mano derecha a los bolsillos de su chaqueta y buscando su paquete de pañuelos. No había creído que el golpe fuese tan fuerte, por eso casi se había reído. Ahora se sentía un poco insensible al haber estado apunto de hacerlo.

-Creo que eres igual de patoso que yo -con una pequeña sonrisa, le pasó un pañuelo-. No es nada grave, ¿verdad? -preguntó enseguida, examinando el sitio donde el otro se había chocado para cerciorarse.

Tomó el pañuelo y se limpió la comisura de los labios, sonriendo como psicópata. riendo por lo bajo de vez en cuando. Para él, eso también era extremadamente divertido.
-Hay, no, no creo que se haya perforado nada~ -Canturreó juguetón, arrugando el pañuelo en el puño, sosteniéndolo aún.

Dio un paso hacia atrás y se tambaleó un poco, aunque pronto se respaldó en una de las grandes lápidas cercanas, tras un suspiro risueño.
-¿Te apetece jugar a algo en lo que estemos quietos, por el momento? -Le preguntó, meneando la cabeza- ...Mientras se estabiliza todo el triperío aquí adentro.

Andreas asiente, más tranquilo y sonriente.

-¿Otra vez a las miradas? Podemos comer algo de mientras, es tarde -toma al otro por la mano, sin darse cuenta de las confianzas, y lo guía al lugar tranquilo donde estaban antes-. Creo que jugamos demasiado -soltó una risita.

Siendo tomado de la mano, también comenzó a caminar. Tranquilo, de vez en cuando dando un paso mal y tambaleandose, casi como alcoholizado. Su rostro era bastante sereno, aunque de todas maneras seguía sonriendo.
-O también, podemos jugar a pregunta y respuesta, o a verdad o consecuencia... o algo así.
Sugirió, con calma, riendo de tanto en tanto.

Andreas lo iba mirando de reojo mientras llegaban al sitio, aún con un resquicio de preocupación.

-No conocía esos juegos. ¿También son divertidos? -preguntó curioso, mientras una de sus cejas se alzaba casi al instante. Se estaba dando cuenta que para un crío de su edad, no sabía casi nada sobre divertirse-. Podríamos jugar a ambos, al que más te guste. ¿De qué trata cada uno? -le soltó la mano, todavía no muy convencido, pero ya estaban donde antes. Las bolsas a sus pies.

Al ser soltado, de inmediato, casi cayéndose, se sentó bruscamente en el suelo e instantaneamente se abrazó las rodillas. Sus manos descubiertas se agarraban entre sí, rodeandose las rodillas, y como siempre el flequillo le tapaba un ojo.

-Son muy divertidos. -Comentó entusiasta, volviendo a poner su expresión de maníaco alegre- ...Pregunta y respuesta es.... Bueno, el nombre lo dice, tu me preguntas algo y debo responderte con la verdad, o viceversa. El de verdad o consecuencia, consiste en que te pregunte algo. Si no quieres responder eso, pides consecuencia, y te diré algo que tendrás que hacer sin rechistar.

Explicó, sonriente, y tras unas risillas traviesas decidió agregar.
-¿A cuál quieres jugar?

Andreas se sentó frente al otro, pensando en lo que el otro le había dicho. Se colocó el abrigo y se tapó hasta la boca, soltando una risita al decidirse por uno. Seguro que se lo iban a pasar tan bien como con los otros dos juegos, y este no sería peligroso para gente despistada, añadió riendo.

-¡El segundo, el segundo! Tiene pinta de ser más divertido, seguro que se pueden pedir cosas raras cuando uno elija consecuencia -se quedó unos instantes callado, viendo la cara del otro mientras se mordía el labio-. Empiezo yo... ¿Qué es lo más asqueroso que has comido en tu vida?

-Ah, ¿Asqueroso?
Cuestionó, meciendose de vez en cuando de atrás hacia adelante, con calma y lentitud, aunque sin poder evitar soltar leves risillas de vez en cuando.
-Galletas de hormiga. Deajh, fue un accidente, creí que esos puntitos negros eran las chispas de chocolate.
Se "confesó" entre risas, para luego alzar una mano y señalarse a si mismo.
-¡Me toca a mi!~...
Exclamó, quedandose pensativo unos momentos. Él no era presisamente alguien demasiado reservado y tampoco era tan inocente como se veía. Simplemente, en ocasiones podía ser un desvergonzado.
-¿Alguna vez pensaste en ser zoofílico? Kujuju~

El pequeño se rió al oírlo contar se 'anecdota', llegando a taparse la boca porque se lo había imaginado en esa situación y sobre todo la expresión del otro al comprobar que aquello no era chocolate sino hormigas.

-Bueno, creo que... en parte lo he sido, ¿no? -respondió entre risas, pensando en los vampíros a los que imaginaba como murciélagos sedientos a todas horas. O, como muy reciente, al pajarraco de Ivain. También se imaginó su propia situación y acabo riendo-. Los vampiros parecen murciélagos. Y todos mis amos han sido vampiros -le explico lo que pensaba, soltando una risita-. ¿Te has hecho pasar alguna vez por otra persona?

-¡Jajaja, es cierto! Waah~... ¡Entonces la zoofilia abunda por aquí!
Exclamó, echandose a reir sin poder contenerse más. Pero luego, volvió a mirar al jovencito, aún sonriente y riendo por lo bajo ante la pregunta.

-¡Consecuencia, consecuencia! Elijo consecuencia~
Dijo mientras asentia con la cabeza energicamente.

Andreas rió con el otro. Luego puso cara traviera cuando oyó lo elegido.

-Vale, a ver.... -puso cara pensativa, soltando risitas mientras en su cabeza trataba de elegir algo divertido que pedirle al otro. Apoyó las manos en el suelo y la echó un poco hacia atrás, observando las estrellas-. Tienes que... comerte un dulce mientras cuentas algo divertido. No vale hacerlo cuando tragues la comida, sino mientras la masticas.

Una de sus manos ya rebuscaba en su bolsa para darle el dulce mas grande y pringoso que había, riéndose por adelantado.

Al escuchar su consecuencia y luego recibir el dulce, miró éste por un momento. En realidad no le veía lo malo o riesgoso al asunto, así que abrió la envoltura y se puso el dulce en la boca, comenzando a masticar y a la vez, a hablar.
-¡Jafhjafhjash! ...Uma vezh, habíafh um señolh calvo em lafh cunetagh que teníafh un ojosh def vidriofh...
Comenzó a contar, o al menos a intentarlo, mientras masticaba el gran y pegajoso caramelo que de vez en cuando se le pegaba en el paladar haciendo que su habla fuera aún más dificulltosa. Aún así reía por lo bajo de vez en cuando, y sonreia alegremente.
-...Ysh al darlefh uma palmadagh em la eshpaldaj, she le shalió ysh grodófh pfor lash acerasj~ ¡¡JAAAGHSJASJHDASFJASSSHJAAAASSH~!!

Apenas al terminar de contar su anégdota comenzó a reir como loco, abrazandose el abdomen con ambos brazos y negando con la cabeza. Parecía un completo psicopata, cosa que.... si, era cierta.
Finalmente, por tanto reir, se tragó accidentalmente el caramelo atragantandose con éste, aunque pronto pudo ingerirlo y seguir riendo.
-¡Me toca, me toca!

Andreas, que había estado atento, no había podido parar de reír desde la primera palabra. También había tenido que apretarse el abdomen, que no hacía más que dolerle mientras sus ganas de reír no parecían disminuir. No había entendido apenas una palabra de lo dicho, pero le había parecido sumamente divertido.

-N-no era tan sencillo, ¿eh? -le preguntó, aún riendo de vez en cuando. Se llevó un dedo bajo la venda para limpiarse las pequeñas lagrimillas que se habían formado en sus ojos-. Te toca -le cedió, riendo por lo bajo.

Intentando calmarse un poco y disminuir la risa, volvió a mirar al jovencito, con una expresión alegre, como siempre.
-¿Ve-Verdad o consecuencia? Jeje~
Cuestionó, aún rodeandose el abdomen con las manos.

Andreas lo miró entre risas, sin comprender.

-¿Y cuál es la pregunta? -preguntó, riendo un poco más alto-. Aunque no la sé, elijo consecuencia -dijo, decidido, subiendo de nuevo el abrigo porque se le había resbalado un poco.

Le miró como siempre sonriente, pensativo por un momento, a ver qué cosa podría decirle que hiciera. Luego, se llevó una mano al mentón.
-Baila~
Dijo tras una risilla. Posteriormente alzó una mano, y señaló a uno de los cadáveres sin cráneo con el cual al principio estaba jugando.
-...¡Con ese señor!

Andreas observó al 'hombre', riendo y poniéndose de pie para ir hacia éste. Lo levantó pior las manos esqueléticas, notando los huesos bajo sus manos y dado vueltas con él. Como si estuviesen haciendo un vals. No podía evitar reír mientras daba vueltas y más vueltas, casi pisando el pie del esqueleto que había al lado.

Uno de los brazos se desprendió el esqueleto se fue hacia un lado, y el brazo por el otro.

-Creo que no quiere bailar -dijo entre risas, bailando un poco más y dejándolo luego. Se acercó a Break y volvió a sentarse, aún riendo un poco-. Ha sido raro bailar con un descabezado. Ahora.... ¿verdad o consecuencia?

Lo miró maravillado, sonriente, tambaleandose sentado de un lado a otro como un niño hiperactivo. Al terminar el vals, comenzó a aplaudir enérgicamente.
-¡Weeeee, Weeee! ¡Genial, ambos bailan genial! ...¡Señor esqueleto, luego le pondremos el brazo como agradecimiento por la actuación!
Exclamó riendo y aplaudiendo, mas prontamente se calmó, y volvió a cruzarse de brazos.

-Nee~.... Ammh... ¡Verdad!

Andreas lo miró de frente, de nuevo, con un resto de la risa anterior transformado en una sonrisita juguetona y traviesa. Se volvió a tapar con el abrigo, tiritando apenas un poco ya que el aire se iba volviendo más helado con el paso del tiempo (del que ya había perdido la noción).

-¿Cuándo fue la última vez qué... -se paró unos segundos, viendo la cara del otro mientras soltaba risitas- .. fuiste al baño?! -soltó al fin, soltando risitas que tapaba con las largas mangas el abrigo.

-¿Al baño? Ah, que íntima pregunta... Pero te responderé de todas maneras~
Tras una risita entretenida e infantil, se acercó una vez más al castaño, y bajó la voz para responder.
-...No se si cuente como un baño, pero tuve que recurrir al lago para bañarme. Ya sabes, soy una persona pulcra, ni loco ando sucio por ahí. Iugh...

Se hizo hacia atrás de nuevo y se pasó una mano por el flequillo, acomodándoselo y asegurandose de que no estuviera fuera de lugar, y luego de otra risilla agregó.
-¡Te toca~!