¡Turista en venta! Jujuju~ [Libre]

Estaba cansado, extenuado, nervioso e indignado, pero aún así, durante todo el tiempo sonreía como un maníaco, tapándose el ojo izquierdo con su flequillo, observando a todos muy, muy sonriente. Estaba sentado con una pierna estirada y con un brazo sobre la rodilla de la otra, en una posición de desinterés y despreocupación total, con calma, mirando al vendedor como si tramase algo. Éste, anunciaba como todos los demás el precio del peliblanco.

-¡Vengan aquí a ver esta grandiosa oferta! Es un raro espécimen de demonio, de sangre deliciosa y sin ninguna herida, a un precio increíblemente barato! ¡Vengan aquí, es la mejor elección!

En una de sus tantas salidas para explorar la ciudad, se topo con un lugar muy ruidoso y lleno de gente, por lo que se habria ido de no se porque le parecio interesante lo que alli ocurria. Era el Mercado de Esclavos del que tanto le habian hablado los lugareños. Suspiro de manera suave y se adentro en aquel caos del comercio.

Camino por desinteres por entre las filas, todos tenian algo que ofrecer, al parecer.

Se detuvo a mirar un poco y poso un momento su mirada en un sujeto de cabello grisaceo que estaba sentado con desinteres mirando a todos con una sonrisa mas bien desequilibrada.

Camino hasta quedar frente a el, para mirarlo mejor.

Al ver que un hombre se acercaba y el vendedor aún no se percataba de ello, gateó hasta donde el vampiro, con la misma sonrisa maniatica de antes, sentandose frente a él y alzando una mano, tocando sin previo aviso la punta de la naríz ajena, y ladeando la cabeza.
-Dime... ¿Quieres un caramelo? Tengo muchos, muchos... muchos~
En tono grave, que daba un poco de miedo, ya que junto con su sonrisa era una convinación bastante extraña y tenebrosa, canturreó al sujeto, mirando de vez en cuando por sobre su hombro al vendedor.

Sonrio leve, ese sujeto realmente era distinto a los otros. Le interesaba, no era como los otros que estaban aterrados y no se molestaban en ocultarlo aunque sea un poco para conservar ALGO de dignidad.

Miro de reojo al venddor, agradecia de cierto modo que no se hubiera percatado de su presencia... pobre idiota..

Un caramelo? Por desgracia, las cosas muy dulces me asquean rapido - sonrio a medio labio - pero te lo agradesco de todas maneras.

-Oh, pero no es dulce, ¿Sabes?
Se quitó el sombrero, sin siquiera mover un cabello de su blanquecino flequillo que le tapaba un ojo, y al meter la mano en la pequeña galera sacó un caramelo de envoltura gris, otro verde y el último marrón.
-Éste... -Comenzó a decir, mostrandole el gris- ...Es de sabor vómito... Je, la moda en mi antiguo hogar~
Le explicó, dejandolo sobre la cabeza del hombre, estirando la mano y pasando el brazo por entre las rejas.
-El de envoltura verde es de menta, menta muuuuy~ fuerte. Casi nadie lo come. Y el marrón es... ahm, bueno, creo que será mejor que tu lo descubras.

Dejó los otros dos caramelos sobre la cabeza ajena, sentandose de pronto como un canino, con las manos también sobre el suelo. Rió por lo bajo, casi travieso, con una expresión amigable, pero algo excéntrica.

Miro con curiosidad los movimientos que hacia el sujeto, y se quedo quieto mientras le colocaba los caramelos en la cabeza. Luego de que hubo terminado de hacer su gracia, le miro mientras este adoptada una postura mas bien de un perro que de cualquier otra cosa.

Era divertido.

Ladeo un poco la cabeza haciendo que los caramelos cayeran, tomandolos con su diestra

Jugueteo un poco con los caramelos y volvio a mirar al tipo con el que hablaba.

Lo averiguare mas tarde - dijo finalmente mientras los ponia en el bolsillo de su chaqueta, sin dejar de sonreir.

Sonrió alegre al ver que el hombre se guardaba las "golosinas" en el bolsillo, pero... Al parecer la diversion no duraría mucho más. Tarde o temprano tendría que ocurrir.

El vendedor se dió cuenta de que el albino estaba socializando con alguien, y al instante abrió la jaula bruscamente, por el lado contrario al del vampiro, osea de espaldas a Break.
Con su fuete, lo azotó rasgandole la ropa y haciendo saltar pequeñas gotas de sangre por las cercanías. El demonio dió un respingo y al momento gimió de dolor. Aunque no era precisamente un gemido de queja, más bien, uno de placer. Uno muy, muy extraño, que no correspondía para nada a la situación.

Y no, él no era masoquista, pero siendo un demonio tampoco podía decir que odiara el dolor.

Cayó hacia adelante pero se detuvo con las manos, dandose vuelta al instante y mirando inexpresivo al agresor. El tratante miró al vampiro, sonriendo cínicamente.
-Ah, lo lamento tanto, pero... No tenemos permitido que estas escorias hablen con alguien como usted, vampiro-sama.
Dijo el maldito viejo avaro, entrecerrando los ojos.
-Está, tan solo, cuatro rubíes, señor~

Miro todo el brusco espectaculo con algo de molestia, de verdad se estaba divirtiendo con ese sujeto. Cuando el vendedor que no era mas que un asqueroso ambicioso le dijo el precio le miro y frucio levemente el ceño, mirandolo con fingida molestia, solo queria asustarlo.

Llamas escoria a esta criatura tu que estas contradiciendo mis deseos? - sentencio- Yo no te he dicho que lo encierres, me parece creer por que lo has hecho entonces? - entrecerro un poco mas los ojos - O es que acaso quieres sublevarte ante mi?

Ahora recordaba por que nunca iba a los mercados en las ciudades a donde iba.

Le asqueaban lo vendedores.

El vendedor inmediatamente cambió su expresión a una de notable terror, no por temer que lo golpeasen, si no porque estaba a punto de perder una compra. Tartamudeante, se excusó.
-N-No, señor, por... por supuesto que no, a..jeje... Es que, los esclavos necesitan ser disciplinados, si no, jamás podrán satisfacer a sus amos. Espero me disculpe, señor.
Dió un paso hacia atrás, dando una fugaz mirada de odio al demonio, quien se reincorporó y volvió a sentarse como perro, sonriendo una vez más.

-Are Are, vendedor-san~... Yo no he hecho nada.
Comentó con calma, mientras su espalda sangraba y sangraba. Aunque no le importaba eso.
-Pero... -Suspiró- Bueno, supongo que ya nos veremos de nuevo, ¿No le parece genial?... Y allí usted no será el "-sama".
Obviamente se refería al infierno, aunque no deseaba detallar mucho sus intenciones y hablar demasiado. Se giró para mirar una vez más al vampiro mientras el tratante lo observaba con un odio inmenso, Break simplemente cerrando los ojos para sonreir.
-Discúlpalo, pobre, le falta cerebro.

Desvio la mirada del vendedor y la poso por un momento sobre el sujeto de pelo grisaceo. Sonrio levemente por un par de segundos, ya que dejo de hacerlo para dirijirle nuevamente la mirada al vendedor.


Lo quiero

El avaro tratante no pudo evitar hacer una fugaz mueca de sorpresa al oír al vampiro. Le imprecionaba que, con lo "regañón" que había estado en ese momento, ahora quisiera comprarle "algo". Si, pues para el vendedor, Break era solamente un algo, y no un alguien

-Ah, cuatro... Cuatro rubíes, señor.
Repitió ladeando un poco la cabeza, y mirando de reojo al peliblanco.

Entrecerro los ojos un poco con expresion seria, suspiro con cansancio sin quitar las manos de los bolsillos de su chaqueta.

Me temo que no me he expresado bien - repitio con voz ronca.

Miro al vendedor rapidamente, de manera fija y tajante.

Lo quiero gratis.

Tras dar un respingo, la expresión de sorpresa del vendedor cambió drásticamente, a una de odio. Con odio e indignación, atónito miró al vampiro, arqueando una ceja.
-¿Gra-gra-gra-gratis? -Cuestionó, abriendo los ojos como platos- ...Pero... Pero se-señor, esto es un esclavo, y los... los vendemos. No pu-puedo regalárselo.

Break desde el suelo de la jaula miraba una y otra vez al vampiro y al tratante, con una expresión de ingenuidad algo cómica, sonriente, volviendo a ponerse luego el sombrero que con anterioridad se había quitado para entregarle los caramelos a su, al parecer, futuro amo.

Ladeo un poco la cabeza mientras miraba al vendedor, que, incredul y con expresion iracunda le devolvia la vista.

Sonrio leve. Era capaz de transar hasta cierto punto.

De acuerdo, quizas ceda a tus condiciones - dijo cerrado los ojos, saco una de sus manos de su bolsillo, su mano estaba empuñada, extendio la mano y le mostro lo que contenia.

Un rubí - sonrio travieso - es mi ultima oferta... sabes lo que significa, no?

Al ver que el vampiro extendía la mano, el vendedor hizo lo mismo, aunque la suya temblaba, y dudaba en todo momento si aceptar o no aquello. Por un lado, no quería venderlo debido a que era un precio demasiado barato. Por el otro, sí quería, pues si rechazaba o intentaba aumentar la oferta presentía que perdería esa oportunidad.
Apenas entreabrió los labios, aún dubitante...
-Está bien, señor.
Concluyó, tomando el rubí y dándose la media vuelta, deseando poder marcharse lo más rápido posible.
-El esclavo es suyo...

Miro satifecho y con desden al vendedor al ver como aceptaba el rubi y lo guardaba con codicia, deseando irse de ese luar en ese mismo instante.

Excelente - dijo con una sonrisa en el rostro.

Se acerca un poco mas a la jaula y miro a su "nueva adquisicion"

Vamos

Break, más sonriente que nunca se puso de pie. Un tanto tambaleante debido a la herida que escocía entre la sangre y carne viva al aire. Salió de la jaula, y se paró junto al vampiro, sonriendole.
-¿Cómo te llamas, amo?
Cuestionó. En realidad solo había agregado el "amo" por diversión, pues le causaba gracia que él, un demonio, ahora fuera esclavo de alguien a quien tal vez luego torturara. Pero en un luego muy lejano.

Vio como el sujeto se levantaba y se dirigia hacia el con una sonrisa "alegre" en el rostro no arecia molestarle la herida por lo que tampoco se preocupo de preguntarle nada sobre eso.

Mi nombre es Matthew, y ell tuyo, esclavo? - le pregunto con el mismo tono travieso que su interlocutor estaba usando.

-Me llamo Break, Break Xerxes...
Le dijo casi en tono caballeroso, mas luego rió un tanto pícaro.
-¿Qué haremos ahora? ¿Tiene hambre, sed, sueño, más hambre? Aunque tiene los caramelos, pero también se cocinar... ummh... haish, no se cocinar~ ^^

Se mantuv ensativo adopto una expresion de hecho, exageradamente pensativa para seguirle el juego a su nuevo esclavo. Le aia bastante bien.

Mh... tengo un poco de sed - le dijo mirandolo sonriendo levemente.

-¡Ah, sed! -Exclamó, asintiendo repetidas veces con la cabeza, enérgico y con expresión de obediencia. Entonces, dejó de moverse, y lo miró con la ceja arqueada.
-¿Qué clase de sed?..Porque, bueno, tu eres "eso"... un vampirín~

Uh?

Lo miro , el cambio de actitud en el sujeto le llamo la atencion por lo cual se detuvo un momento, comprendiendo unos segundos mas tarde que bueno, si, un vampiro... la sed de un vampiro...

Sangre..

Descuida - dijo mirandolo un momento - Aunque sea dificil que lo creas, no suelo beber sangre. - comento y luego añadio - Solo quiero algo de beber.

-Ah, pues... -Nuevamente, sonrió de oreja a oreja- ...¡Genial! Vamos, yo también quiero probar las bebidas de aquí, soy nuevo, quizás haya algo que me guste más que la comida de mi hogar.
Tomó de la mano al vampiro y comenzó a caminar, acarreándolo detrás suyo, como si él fuera el esclavo.

Se sorprendio cuando el sujeto le agarro de la mano y practicamente lo arrastro por el lugar.

Bueno, igual le daba, el nunca habia pensado en el como su esclavo, solo queria liberarlo porque le caia bien asique lo siguio, a donde fuera que fuese.

Continuó arrastrandolo, sonriente, caminando apresurado e impaciente. No aguantaba, la curiosidad y las ganas de conocer de inmediato todo ese nuevo hambiente que lo rodeaba lo estaban carcomiendo por dentro.
A cada rato se acomodaba el sombrero, asegurandose de que la blanquecina cortina de flequillo le cubriera bien el ojo izquierdo, y la marca de éste.

-¿Vives hace mucho aquí? -Cuestionó, sin dejar de caminar. O más bien, trotar.- ...¿Cómo te diviertes? ¿Hay parque de diversiones?... Nunca he ido a uno, quiero ir, dicen que hay algodón de azucar y caramelos, muchos caramelos. Me gusta lo dulce, debe ser genial subirse a una montaña rusa luego de haberte comido una bolsa de caramelos~!