"Perrito" en venta... [Libre~]

El viaje en barco había sido toda una conmoción, justamente en donde se había transformado por primera vez en humano. Tenía cortes y lastimaduras sangrantes de azotes por toda la espalda, y en el rostro, brazos y piernas uno que otro moretón y raspones. Su estado era realmente deplorable, pues encima de que su piel era demasiado pálida y hacía notar más aquellas heridas, estaba realmente mareado y cansado, casi a punto de dormirse allí mismo.
Sentado, permanecía dentro de una jaula. Obviamente estaba desnudo, ya que jamás, debido a que siempre andaba como perro demoníaco, se había comprado ropa. Mantenía su mirada baja con el flequillo tapándole parte de la cara, las piernas extendidas y las manos en el suelo, respirando un poco agitado. Su físico definitivamente no era malo, aunque todas las heridas sin duda opacaban su belleza.

En cuanto al vendedor, gritaba el precio del can a toda voz, cosa que Pluto no entendía en absoluto. No comprendía el idioma de esas personas, pues él, al fin y al cabo, había sido siempre solamente un perro... uno gigante, pero perro al fín.

*paseando pues para que tenerlo a mi primo como esclavo si puedo hacer algo al respeto, ganarme el derecho a tenerlo en mi casa a igual que su padre, asi nadie haria nada para sacarlos de mi mansion, asi que decidi conseguirme un guardian fuerte y veo a un chico desnudo, parecia algo debil asi que no dude en comprarlo*

-cuanto me deja por el?*decia mirando al chico con detenimiento, tendria que ver si realmente era de esos canes demonios que escucho por ahi*

El vendedor se acercó al sujeto que primero preguntó, sonriendo con avaricia y una notable sed de dinero.
-Es una especie extremadamente extraña, señor, y más en esta isla. A demás ni siquiera hará falta entrenarlo, es muy obediente.
Le dijo el tratante, volteando un momento para ver al muchacho albino, que reposaba dentro de la jaula sin atreverse a mirar a nadie, con la vista clavada en el suelo.
Luego, el vendedor volvió la vista al vampiro.
-Cuatro lingotes de oro.
Concluyó.

-vaya.. *decia mirandolo y en eso llamo a mis criados para que trayera lo que en vendedor pidio*, me lo llevo porque se ve que es diferente que los esclavos que tengo*decia mientras pensaba si podia moverse, asi que saco una barra de chocolate para ver si todavia no ha comido, sus heridas podia curarlas con su sangre, asi que no tendria problema, al menos que el esclavo quiera*

El vendedor, luego de recibir la paga, abrió la jaula y sacó al can por medio de una cadena que ágilmente le había atado en el cuello, a modo de correa. Pluto salió en cuclillas en "cuatro patas" así como los perros, y fue llevado hasta donde se encontraba el vampiro.
Pero entonces, aún siendo sostenido por el tratante de la cadena, alzó la mirada moviendo un poco la naríz así como los animales cuando olfatean, y su atención se centró inmediatamente en la barra de chocolate.
Y, así como así, comenzó a ladrar mirando al vampiro con una expresión de felicidad y ancias, moviendose de un lado a otro.

-quieres esto? si prometes que te cuide y cure tus heridas, te comprare la comida que quieras* decía ofreciéndole la barra de chocolate al chico; quitando la envoltura*

-Ah, señor, aquí están las cadenas, el esclavo ya es suyo.
Definitivamente al vendedor no le agradaba esa escena. O mejor dicho, no le importaba en lo absoluto, pues tenía mejores cosas que hacer.
Dejó las cadenas en la mano del vampiro, con la cual no sostenía el chocolate, y se dio la media vuelta para marcharse inmediatamente.

Pluto dio un gran salto casi tan ágil como siempre -pues ni siquiera las heridas se interpondrían entre un chocolate y él- y tumbó al vampiro, para luego comenzar a comer el chocolate de la mano de éste, sobre él. Sin duda, para terceros era una escena bastante cómica.

*veia como se lanzaba sobre mi y se comia la barra de chocolate, la gente pasaba y se reian, mis sirvientes temblaban pues esas cosas me enfadaban, asi que intento acomodarme quedando sentado en el suelo, acaricio la cabeza de mi nuevo esclabo*

-me llamo yamato, puedes decir yamato?*le pregunte al chico*

Al ver que el vampiro se sentaba, él también se sentó, a su lado, mirándole con una sonrisa de oreja a oreja. Aquella mezcla de picardía y felicidad le hacía olvidar casi por completo el dolor en su cuerpo, a demás de que casi siempre sonreía de esa manera tan infantil.

-¡I-Iam~!
Exclamó. Si, "Iam" era un intento de decir "Yam", fallido por supuesto. Pero se había entusiasmado al poder decir aquello.
Entonces, comenzó a repetir como un niño pequeño al haber descubierto una nueva "palabra".
-¡Iam, Iam, Iaaaaamh~!

-bueno algo es algo,*decia viendo que nesesitaba que su esclavo aprendiera a hablar* te enseñare poco a poco y tambien debo saber que cosas te gustan o no te gustan

*miro a los sirvientes que traigan la carroza pues la limosina estaba sucia y algo malograda por un descuidado criado, los sirvientes fueron por la carroza*

-tendre que comprarte ropa, pero te dare mi gargantilla*me quito y le pongo a plu plu*

Se dejó poner esa "cosa" a la que el hombre había llamado gargantilla, mientras que miraba curioso al vampiro, ladeando un poco la cabeza como perro desentendido. No entendía muchas cosas de las que sucedían allí y se sentia bastante perdido, aunque en su rostro nunca faltaba esa sonrisilla alegre y traviesa.
-Iam ^^

-te llevare a tu nuevo hogar, ahi tendre que escoger una habitacion para ti, pero si vuelve en forma de perro dormiras en el jardin porque no tengo lugar para ti, tendre que pedir que te construyan una casa grande*decia mientras le acariciaba la cabeza, en eso muerdo mi dedo y salia sangre, con eso cubro las heridas de plu plu que rapidamente desaparecen*

-listo con eso sera suficiente

Al desaparecer las heridas sintió un leve cosquilleo, aunque solamente rió un poco. Luego volvió la vista a su nuevo amo, aún con la cabeza un tanto inclinada hacia un costado y su mirada ingenua.
No entendía absolutamente nada de lo que aquel vampiro decía, por lo que él tampoco musitaba nada.

-bueno vamos a casa, *decia viendo que la carroza llego y uno de los sirvientes abre la puerta* entra.. olvide que no tienes nombre o si lo tienes.., *miro al chico* como te llamas? *decia rogando que el chico entendiera su pregunta*

Ante la pregunta su expresión cambió de sonriente, a una incrédula. Casi como "._."
Sin embargo esta vez sí lo entendió. Mucha gente le había hecho esa pregunta, por lo que estaba acostumbrado.
-Pluto ^^
Respondió, mirando de reojo la carroza.

-bien, *dije mientras entraba a la carroza, esperaba que pluto entrara* pluto entra... vamos a la mansion

Entró a la vez a la carroza y se sentó. Pero no en uno de los asientos precisamente. Más bien, con las manos en el suelo y la misma posición de un perro cualquiera, terminó por sentarse a los pies de Yamato, mirando hacia afuera con una calma inusual en él.

-debes sentarte bien*lo agarro de los hombros y lo hago sentarse* vez, no es dificil*decia acariciandole la cabeza a pluto*, cuando entres en el carro de alguien debes sentarte asi por educacion

Se sentó como el hombre le indicó, aunque se sentía un poco incómodo al estar con la espalda derecha, ya que siempre había andado encorvado, tanto al sentarse como al caminar, como cualquier canino. Viró la mirada hasta quedarse observando fijamente al vampiro, curioso y asercándosele, quedando a pocos centimetros de distancia rostro con rostro, y con el ceño fruncido mientras lo examinaba con la mirada.

-poruqe me miras asi*lo mire tambien pues en verdad tendria algo en la cara para que quedara pluto mirandome*

Su mirada expresaba pura curiosidad y en parte inocencia, y observaba al hombre fijamente, dubitativo. Hasta que de pronto, se hizo más hacia adelante casi tirandosele encima, comenzando a olfatear la ropa del hombre, en la parte del pecho y el cuello.
-¡Kyugh! ¡Wuurrrgh!!
Al parecer buscaba algo, posiblemente era el residuo del aroma a chocolate que había quedado en las ropas ajenas.

*Veia como me olfateaba, en eso recorde que si fijarme la envoltura estaba en el bolsilo de mi camisa, asi que lo saco; en verdad por poco y terminaria devorandose a pluto*

*saco la envoltura de chocolate y le muestro a pluto* buscabas esto?

Tras olfatear la ropa del vampiro y ver que éste le mostraba la envoltura, inmediatamente se quedó quieto, con las manos aún apoyadas sobre el pecho ajeno, mirando aquel plastico casi hipnotizado.
-...Rowr..
Se limitó a "decir", observando ese papel.

-Esta vacio, cualdo lleguemos a la mansion te dare otro*decia mientras le acariciaba la cabeza, con el otro brazo lo rodeo en su cintura, atrayendolo hacia mi*

Se apegó al mayor quien sabe porqué, sonriente, mirando con algo de desilución la envoltura vacía. Si había algo que le gustaba, aparte de amar las caricias y mimos, eran los dulces y bocadillos como aquel.
Giró la cabeza un poco, volviendo la vista hacia afuera.