Sus manos subieron una vez mas jugueteando siempre con la curvatura de la espalda del rubio, como le encantaba eso, akella sensacion de la suave piel del vampiro. Cosa ke nunca hubiese creido... tener a akel entre sus brazos, hasta resultaba ironico.
Lo beso una vez mas pero esta vez intensamente, una de sus manos paso hacia adelante comenzando a acariciarle el pecho de manera lenta y trankila, esta vez keria ir mas lento y no rapido.