2 x 1... Un par peligroso. [Gemelos en venta, libre!]

Las cicatrices de las agujas seguían en su brazo, el dolor punzante tan molesto, que a pesar de su habilidad podía torturarlo constantemente. Pero... tantos años ya habían pasado, que estaba acostumbrado a sentir aquello. Quien le preocupaba era... Astatine.

En una jaula no muy espaciosa, tomando en cuenta que eran dos los que la ocupaban, estaban sentados viéndose frente a frente dos chicos casi iguales. La única diferencia era el color de cabello. Arsenic se sentía mareado, debido a las drogas que lo habían obligado a tomar para el viaje en barco. Y lloraba, simplemente así, con una expresión seria e inmutable, pero dos lágrimas cristalinas rodando por sus mejillas
El vendedor, por otra parte, gritaba anunciando la venta, y varios posibles compradores rodeaban la jaula, observándolos como buitres.

-¡Increíble y única oferta! El de cabello azul se puede curar por lo que es un fascinante juguete irrompible, y el rojo tiene fuerza sobre humana! ¡Vengan, están a un precio increíble!

Astatine en un principio no se había sentido para nada preocupado, no entendía muy bien lo que pasaba allí pero estaba junto a Arsenic, así que eso era más que suficiente para estar contento. El desconcierto llegó cuando se dió cuenta de la preocupación de su hermano, eso no le gustó en absoluto. Cogió su mano, aún sintiéndose débil y mareado por aquello que con lo que los habían drogado.

- ¿Por qué lloras? - Le preguntó acariciando su mano con suavidad.

Apretó un poco la mano que lo había tomado, limpiandose con el dorso de la otra las lágrimas que chocaban luego contra el frío piso de la jaula. No se le veía desesperado y tampoco se quejaba, simplemente las lágrimas se derramaban.
Le miró con los ojos aún humedecidos, aunque a la vez sonrió levemente.
-Astatine... -Musitó con desgano, gateando hacia adelante hasta terminar rodeándo a su igual con los brazos- ...¿Qué pasará si nos separan?

El pelirrojo se quedó de piedra al escuchar aquello y serio, apretó a su hermano contra sí, acariciándole el pelo.

- No nos van a separar, ya verás.- Le dijo medio alegre, tratando de animarle. no le gustaba ver a Arsenic triste.

- Y si lo intentan los mataré a todos y ya veras, incluso puede ser divertido.- Se rió.

Se sintió aliviado al tener tan cerca a su amado hermano. Era una bendición poder ser consolado por él y sentir sus leves caricias... Lo amaba, y por eso sentía que si los separaban moriría de soledad.
-...No tenemos que hacer un escándalo aquí, podrían atraparnos y castigarnos... He oído que eso hacen cuando los esclavos se... niegan a obedecer..
Muy susurrante mencionaba todo, apegándose al pecho del pelirrojo, sintiéndose protegido allí.

- Pero yo no quiero que nadie te toque.- Dijo Astatine con una pequeña sonrisa, sintiendo el cuerpecito cálido de Arsenic.

- Si alguien nos compra no voy a dejar que te digan o hagan algo.- Dijo rotundamente, negando con la cabeza mientras miraba a su alrededor, a las demás jaulas. Veía como se llevaban a los exclavos, a unos bien, a otros mal y decidió que el no quería eso.

- Cuando nos compren, nos escapamos ¿Vale?

-¿Y si... y si no podemos?
Inquirió por lo bajo, apretando un poco los puños y sosteniendo la ropa ajena, atrayendolo hacia sí.
-Aquí las personas no son como en el laboratorio..

Astatine le sonrió, optimisa y le dió un pequeño beso en los labios, con suavidad, sin importarle si la gente miraba o no.

- Yo te cuido hermanito.- Le dijo acariciándole la mejilla.- No dejaré que te pase nada malo.

Un fuerte sonrojo pintó sus mejillas al recibir el beso. No estaba acostumbrado a que terceros vieran tal acercamiento entre ambos, aunque tampoco le importaba demasiado y no pensaba en reprocharlo.
-Y yo no dejaré que te toque... nadie.
Aseguró susurrante, besándole la mejilla con timidez.

El vendedor continuaba con sus gritos y anuncios, Arsenic no dudaba que de seguro alguien los compraría pronto.

*Veia a ver la tienda de esclavos; queria dos esclavos porque uno era para su hermano y uno para ella*

-..*miraba a dos chicos, se veia que eran hermanos, asi que me acerco al vendedor*quiero a los dos

AStatine escuchó a la chica e inmediatamente se abrazó a su hermano, mirando desafiante a la chica. No pensaba dejar que tocasen a Arsenic, quien lo intentase acabaría muerto.

Aún estaba débil por el efecto de la droga, pero tenía la suficiente consciencia como para tratar de proteger al peliazul.

Fué entonces abrazado un poco más fuerte, y paseó la mirada hasta enfocarla en la mujer. Arqueó una ceja con desconfianza, ya habiendo dejado de llorar.
-As..Astatine..
Le llamó por lo bajo, solo para hacer notar su nerviosismo.

El vendedor se acercó a la mujer, sonriente, con los brazos cruzados.
-¡Son humanos pero tienen habilidades sobrenaturales en ellos! Deberá entender que lo mismo los hace más caro, señorita. Si lo desea puede comprarlos por separado.

-no.. lo quiero juntos.. puede decirme el precio; no me interesa en dinero; n quiero separar a los dos; seria algo cruel de mi parte, ademas a mi hermano le falta uno y como vivimos juntos, no habria problemas para separarlos*sonrio*

Las palabras de la mujer le convencieron un poco, y le alzó la barbilla a su hermano con una pequeña sonrisa.

- No quiere separarnos, no tienes que temer.- Le susurró con su habitual optimismo, dándole un pequeño beso en la mejilla.

Se alegró también al oirlo, y sonrojado correspondió al beso, haciendose un poco hacia atrás para recargarse sobre una de las paredes de la jaula. Al parecer los efectos del calmante estaban pasando, se sentía un poco mejor.

-Su precio es de diez rubíes y dos lingotes, Madame~
Dijo el vendedor, únicamente interesándose en su ganancia e ignorando completamente las acciones de ambos muchachos.

Astatine derrepente cambio de parecer. Sus ojos se volvieron rojos y abrazó a su hermano con fuerza. Eso de que tuvieran amos diferentes no le había gustado, por que significaria que al final sí podrían separarlos. Con los ojos brillando en color carmesí se levantó como pudo y le pegó un golpe fuerte a la puerta de la jaula que salió volando a varios metros.

- Ya no quiero ser exclavo.- Declaró, tomando a Arsenic del brazo.

Se sorprendió al verlo reaccionar de esa manera tan repentinamente, y al ser tomado del brazo miró hacia el vendedor. Éste estaba distraído hablando con la vampireza.
Observó la mano de su hermano y puso la propia sobre ésta, tanteando y curando posibles heridas causadas por el metal.
-¿Es-Escaparemos?
Cuestionó incrédulo, abrazándosele.

AStatine le abrazó y asintió, con una sonrisa juguetona, aquello era divertido. Y sin decirle nada más lo tomó de la mano y comenzó a camniar con tranquilidad, alejándose del lugar y perdiéndose entre la gente.

[tema cerrado xD]