Mal sitio para meter la pata (privado)

-Una, dos, tres... tres ratas muertas y ¿un cocodrilo? Ah, de peluche – contó por aburrimiento los objetos que flotaban a su lado mientras cojeaba buscando una salida.

Había escapado por una boca de alcantarillado después de una pequeña incursión en busca de comida, con la mala fortuna de que uno de los últimos escalones por los que estaba bajando se desprendió de la pared y la impasible gravedad haciendo su trabajo le llevó contra el suelo, dando como resultado un tobillo adolorido, que esperaba solo estuviera torcido y no fuera algo más grave como un esguince.

-Necesitar un medico seria la guinda del pastel de mi mala pata – se dijo así mismo con amargura.

Plonc..plonc..plonc... con esas eran ya 1543 las gotas que caían por la ranura del techo del alcantarillado, podía asegurarlo porque llevaba un par de horas contándolas, tumbado sobre una parte seca del suelo, por donde ya habían correteado un par de ratas, exactamente unas siete desde que estaba allí. Una incluso se había parado, le había mirado desafiante, como dándole a entender que no estaba en territorio amigo, para después echar a correr. Sólo la había mirado vagamente consciente de su presencia. Después fue cuando comenzó a oír los pasos, rítmicos aunque un poco raros, uno vibraba sobre el suelo más fuerte que el otro, quizás algún problema al caminar.

-Una, dos, tres... tres ratas muertas y ¿un cocodrilo? Ah, de peluche

Probablemente se tratara del mismo peluche que llevaba a la deriva vía arriba, vía abajo un buen rato. Hacía ruido, como uno de esos muñecos a los que les aprietas la tripa y suenan ''niiiiiii'' algo así.

-Necesitar un medico seria la guinda del pastel de mi mala pata

Ya no estaba sólo, bastaba que quien fuese diese un par de pasos más hacia delante, y probablemente acabara chocando con sus pies, así que se incorporo con sigilo y doblo las rodillas mirando hacia la oscuridad. De ser necesario, estaba preparado para echar a correr sólo por sí acaso...

Avanzó un poco más y sus preocupaciones de necesitar un doctor se esfumaron, en sustitución empezó a temerse necesitar los de un enterrador, porque esa figura que vislumbraba en la oscuridad no era de una rata, de eso estaba seguro, y teniendo en cuenta la clase de criaturas que pululaban libremente por la isla había un alto porcentaje de posibilidades de que fuera una compañía nada adecuada para conservar la vida.

Extendió la mano para apoyarse en la pared, procurando no pensar que seria la cosa pringosa sobre la que la había puesto, aprovechando para levantar un poco el tobillo lesionado y evitar el punzante dolor con el que protestaba por estar usandolo. Todo sin dejar de vigilar lo que fuera que estaba allí, pensando que es lo que podía hacer en esa situación.

Correr estaba obviamente descartado, y la lucha también. No tenia ninguna posibilidad de salir ganador a no ser que fuese un ser inofensivo, en cuyo caso una pelea seria una estupidez. Solo veía dos posibilidades, dar la vuelta despacio y volver por donde había venido, rezando por que no le persiguiera, o pasar ignorando su presencia y esperar que siguiera su ejemplo.

También podía probar una tercera... seguir ahí plantado y ver que pasaba.

Ahora le veía a través de la oscuridad. Su parte arácnida estaba en plena forma y alerta. La visión nocturna le permitía observar desde su rincón al humano con el que acababa de toparse. Sabía que era un humano por el olor que desprendía. Y no se había equivocado; tenía problemas para caminar; venía cojeando. Ya antes había tenido encuentros con algunos humanos, y rara vez habían sido favorables. Este no se parecía a los otros que eran mayores que el. Este bien podría tener su edad. Se levanto con agilidad y rapidez del suelo, y apoyándose con una mano en la pared de la alcantarilla, dio dos pasos hacia el muchacho, dejando su incomodo rincón.

Apretó con fuerza las manos, formando dos puños, notando como se clavaba las uñas en la carne de las palmas de las mismas. Miro a través de la cortina de pelo de su flequillo al chico, sin atreverse a alzar la cabeza, y se humedeció los labios, resecos.

-¿Te encuentras bi-bien? - balbuceo en voz baja. Seguramente el chico le iba a mandar a la mierda como muchos otros con anterioridad, pero fue lo único que se le ocurrió hacer cuando le vio vacilar al darse cuenta de que no estaba sólo. Quería salir de la alcantarilla, pero tenía miedo. Varias horas atrás, había sido perseguido por algo oculto entre sombras. Se había dado una buena carrera a través del bosque, y había caído por un agujero dentro de la alcantarilla. Por suerte más allá de algunos rasguños, y de un pequeño corte en el pómulo derecho, que no dejaba de escocerle, no se había hecho nada más. Tenía miedo de lo que hubiese fuera. Y en aquella ocasión, y pese a su naturaleza solitaria, desconfiada y tímida, prefería que hubiese alguien con el. Aunque luego le mandase a la mierda.

-¿Te encuentras bi-bien?

-¿Eh? - se sobresaltó mirando algo asustado al chico que había salido de pronto de entre las sombras – ham... más o menos... - murmuró nervioso, observando al otro.

No parecía peligroso, tenia algunas heridas y daba la sensación de estar también algo asustado y quizás perdido. Se movió un poco, algo incomodo de estar en la misma posición, pensando que no tenia mucho que perder si se fiaba un poco de él, y que incluso quizás podrían ayudarse mutuamente.

-Me he hecho daño en el tobillo... - murmuró con timidez y cierto recelo - ¿tu estas bien? Pareces herido...

Al oirle hablar Salem se tranquilizó un poco. Aquel muchacho parecía igual de perdido y asustado que el, pero no parecía estar mal, exceptuando lo del tobillo. Se acerco un poco más y después se paso la manga de su jersey por la mejilla herida, quitándose un pequeño resto de sangre.

- ¿tu estas bien? Pareces herido...

-Ah...no, estoy bien, es sólo una herida....pero tu tobillo.... - le miro brevemente a los ojos cohibido, bajando aún más la voz - parece que esta mal

La de veces que se había torcido el la muñeca o un pie, tenía buena agilidad y destreza, pero en algunas ocasiones eso no era suficiente para salir indemme de los problemas y las malas jugadas. Se mordió el labio inferior vacilando. Quería prestarle su ayuda, ya que parecía que no era mal chico, aunque podía equivocarse, y además, no quería estar solo en ese sitio. Había estado tumbado en el suelo intentando que el espacio cerrado de la alcantarilla no le afectase demasiado. Para ello prácticaba las técnicas de respiración y relajación que se había aprendido de un libro.

-Te puedo ayudar - se puso rojo - ah, pero sólo si quieres...no quiero molestar - había bajado tanto la voz y miraba hacia un lado que más parecía que hablaba consigo mismo que con el otro muchacho - Me llamo Salem.

-Ah...no, estoy bien, es sólo una herida....pero tu tobillo.... - le miro brevemente a los ojos cohibido, bajando aún más la voz - parece que esta mal

miró su tobillo por inercia, sintiendo una pequeña punzada al moverlo. Si, el chico no se equivocaba, su tobillo estaba mal, y estaba cansándose de tener que estar a la pata coja.

-Te puedo ayudar - se puso rojo - ah, pero sólo si quieres...no quiero molestar - había bajado tanto la voz y miraba hacia un lado que más parecía que hablaba consigo mismo que con el otro muchacho - Me llamo Salem.

-Yo... yo me llamo Adrik – murmuró un poco incomodo. Le daba algo de vergüenza, y más con los nervios del otro, que parecían contagiarsele un poco. Se atusó el flequillo para taparse mejor la cara, incluso aunque no fuera conveniente por la falta de visibilidad que había allí abajo, sintiéndose un poco más cómodo y capaz de mirar al otro a la cara de esa forma – pues... si que me hace falta ayuda... no voy a negarme – carraspeó y miró a Salem tratando de aparentar una calma que no sentia.

– pues... si que me hace falta ayuda... no voy a negarme

En un primer momento le costo asimilar que Adrik, ahora ya sabía como se llamaba, había aceptado su ayuda, después dio un respingo y se aparto de la pared, avanzando otro paso más hacia el chico. Le miro un momento a los ojos, nervioso, aún así necesitaba decirle con la mirada que no pensaba hacerle daño. Se acuclillo en el suelo.

-¿Puedo? - inquirió antes de extender la mano y dejarla apoyada sobre la zapatilla de Adrik – Siéntate si eso...

Quería decirle también que se quitase la zapatilla, pero intuía que eso era algo que Adrik se daría cuenta que necesitaba hacer. Probablemente iba a necesitar algo con lo que entablillar el tobillo y mantenerlo recto y sujeto. También algo con lo que vendarlo y luz, una poca luz.

-Espera – se puso de pie y miro a su alrededor.

Cuando estaba concentrado en algo, su nerviosismo desaparecía. Ahora miraba detenidamente todos los objetos que flotaban en el agua, y todo aquello que quedaba varado en los bordes por donde se podía caminar. Localizo varios trozos de madera en la otra orilla, se acerco al borde, se echo para atrás, y aprovechando la disposición de su cuerpo, la carga que podía ejercer y el impulso, salto hacia la otra orilla. Casi estuvo a punto de caer hacia atrás, menos mal que el espacio no era muy ancho, o habría caído dentro de toda aquella mierda. Recogió los pequeños tablones de manera, y realizo de nuevo el salto. La madera llego al otro lado cuando se deslizo por sus brazos, Salem no. Fue a dar con sus huesos dentro del agua pantanosa y sucia, camino hasta la otra orilla y se subió de un salto. Estaba rojo por la vergüenza y por el esfuerzo, así que ni miro a Adrik.

-¿Puedo? - inquirió antes de extender la mano y dejarla apoyada sobre la zapatilla de Adrik – Siéntate si eso...

Asintió con la cabeza, sentándose con cuidado para evitarse el mayor dolor posible, empezando a desatarse la zapatilla, suponiendo que como mínimo para examinar bien el tobillo seria necesario. Aunque lo más probable es que hubiera que inmovilizarlo.

-Espera

Terminó de sacarse la zapatilla y miró con curiosidad a Salem, preguntándose que iría a hacer, hasta que vio como saltaba hacia el otro lado. Contuvo el aliento, soltándolo con alivio cuando llego al otro lado sin caerse. Aunque la siguiente vez no tuvo tanta suerte y le vio caer en aquella asquerosa agua sin poder hacer nada por evitarlo.

-¿Estas bien...? - preguntó sintiendo un revuelto de emociones. Un poco de culpa, mezclado con preocupación y gratitud, aderezado con una pizca de humor, ante esto ultimo se mordió el interior de la mejilla para evitar reírse. Aunque no habría sido con mala intención, no creía que a Salem le sentara bien que lo hiciera, así que mejor aguantarse las ganas.

-¿Estas bien...?

Salem suspiro, bueno, que más daba una mancha más o una mancha menos. Asintió rojo de la pena, y tras ecurrirse la camiseta y un poco el pelo, se sentó de nuevo frente a Adrik, con las piernas cruzadas, y los tozos de madera en las manos. Apartó aquellos que fueran un poco más grandes y los pequeños los apiló juntos en una pequeña pira sobre la que colocó las manos, una sobre la otra. Tuvo que concentarse mucho, durante unos minutos, para que una pequeña chispa naciese en el seno de la pira. A los pocos minutos ardia un pequeño fuego que estaba iluminando la alcantarilla.

-¡Achuss!-estornudo frotándose los brazos. Lo que le faltaba, pillar un resfriado o una gripe.

Tendría que quitarse la camiseta, pero le daba vergüenza delante de Adrik. Lo miró de reojo, poniéndose aún más rojo que antes, y después se quitó la prenda para secarla, eso sí, intetando taparse el cuerpo lo máximo que le permitía la desnudez del pecho

Observó lo que hacia con curiosidad, abriendo los ojos asombrado cuando vio como hacia fuego por lo que parecía arte de magia. Ya había visto varias cosas raras en la isla, pero no podía evitar que algunas cosas le pillaran por sorpresa, y esta era una de ellas.

-¡Achuss!

Lo escuchó estornudar y desvió la vista que había dejado anonadado sobre el fuego hasta el, enrojeciendo y sonriendo con timidez ante la evidente incomodidad del otro por tener que quedarse medio desnudo. Con un poco de duda, se saco la sudadera gris que llevaba, peinándose con los dedos el flequillo para taparse la cara antes de ofrecérsela.

-Ten, a ti te hace mucha más falta...

-Ten, a ti te hace mucha más falta...

Dió un ligero respingo al oir a Adrik, y después observó con los ojos abiertos por la sorpresa la sudadera que le estaba prestando. Le daba lástima y pena dejar a Adrik sin la sudadera, podría tener frío, pero se estaba helando. Viendo que no parecía star pasándolo mal, y que al parecer no tenía frío, cogió la sudadera con manos indecisas y se la comenzó a poner. Olía bien, como Adrik.

-Gracias - respondió al gesto mientras se afanaba por avivar la llama de la pira y así secaba la madera húmeda que pensaba utilzar para entablillar el tobillo del chico.

Sentía cierta curiosidad acerca del humano, como había llegado hasta allí, que le había pasado, como se había lastimado el tobillo....pero no se atrevía a preguntar. Estuvo un buen rato en silencio, calentando la húmeda madera, para a continuación encontrar la manera de preguntar sin parecer demasiado entrometido.

-¿C-con que te lastimaste?

-Gracias

Sonrió ligeramente ante el agradecimiento, perdiendo la mirada de nuevo entre las llamas mientras se encogía de hombros restandole importancia. Hacia un poco de frío allí abajo, pero no era nada que no pudiera soportar, solo con la camiseta estaba bien, la sudadera no le hacia tanta falta, y Salem parecía estar helado. Que menos que prestarle la prenda cuando se había ofrecido a ayudarle.

-¿C-con que te lastimaste?

Se removió incomodo, pensando si contárselo o no, y cuanto contarle de la historia en caso de decidirse por hacerlo.

-Me caí al bajar por la escalera, un peldaño estaba suelto – murmuró decidiendo contárselo, pero solo lo imprescindible - ¿y tu? ¿que te paso ha ti? - pregunto con cierta curiosidad.

-Me caí al bajar por la escalera, un peldaño estaba suelto – murmuró decidiendo contárselo, pero solo lo imprescindible - ¿y tu? ¿que te paso ha ti? - pregunto con cierta curiosidad.

Se quedó un momento quieto, mirando fija y concentradamente las pequeñas llamas que crepitaban en la pira. El fuego se reflejaba en sus pupilas, aunque Adrik no pudiera verlo debido a que tenía la cabeza gacha. Se estaba acordando de aquello. De eso que salió de la oscuridad y lo persiguió durante aquel largo trayecto en que derribo varias cosas en su loca carrera, en que se rasguño la piel y se hizo la herida de la cara. Una horrible carrera a contrarreloj contra algo que había salido de…..meneo la cabeza, prefería no pensar en ello. Durante breves instantes había llegado a pensar que se trataba de su hermano….pero no era el, Cam no le hubiese dejado escapar. Nunca.

Sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal al acordarse de su hermano, y avivo un poco más el fuego mientras comenzaba a preparar las maderas para entablillar el tobillo de Adrik.

-Corría, me caí. Eso es todo….- prefería no decirle nada más. Sobretodo por si aquello aún estaba fuera, esperándole en algún punto de la noche. Acechando.

-Voy a entablillarte el pie…- anunció inclinándose sobre la pierna de Adrik, mientras cogía su tobillo con delicadeza.

-Corría, me caí. Eso es todo….

Asintió con la cabeza ante esa escueta respuesta. No iba a presionarle si no quería contarlo, por mucho que su curiosidad le picase. La privacidad era la privacidad, y todos tenían derecho a la suya. No era agradable cuando te preguntaban insistentemente para saber, como si fueran policías en un interrogatorio o periodistas morbosos que se escudaban tras su ''deber de informar''.

-Voy a entablillarte el pie…

inspiró hondo preparándose mentalmente, consciente de que aquello iba a doler por mucho cuidado que quisiera poner Salem – adelante... - dijo apretando los dientes, tratando de parecer valiente aunque por dentro estaba temblando como una hoja.

-adelante...

Pudo notar como Adrik temblaba, seguramente intentando sublimar los pensamientos sobre cuanto iba a dolerle el entablillamiento. Salem cogió con cuidado su pie, y después miro brevemente a Adrik a los ojos.

-Inspira, a la de tres…. – sujeto el tobillo con más fuerza – Una, dos y tres….- en ese momento comenzó a moverlo, a girarlo para que en vez de estar inclinado totalmente hacia dentro, estuviese recto. Sabía que debía de dolerle un montón, pero no sabía como aliviarle. Coloco una de las maderas para sujetar el tobillo, pero entonces se dio cuenta de que le faltaba algo con lo que sujetar las maderas. No tenían cuerdas ni vendas, sólo…..bueno, que más daba. Puso su camiseta en el regazo de Adrik.

-¿P-puedes cortarla en trozos? – esperaba que eso sirviera, no tenía nada más

-Inspira, a la de tres…. – sujeto el tobillo con más fuerza – Una, dos y tres….

Inspiró con fuerza, tratando con todas sus fuerzas de pensar en otra cosa que no fuera el dolor proveniente de su tobillo, que parecía crecer por todo su cuerpo, atravesándole como un rayo. Mantuvo los dientes apretados, ahogando el grito y algunos sollozos que pugnaban por escapar de su garganta.

-¿P-puedes cortarla en trozos?

Asintió jadeando levemente con un par de lagrimas de dolor resbalando por sus mejillas, llevando sus temblorosas manos a la camiseta, rompiéndola en largas tiras de tela – a... ¿a si están bien? - murmuró con voz temblorosa.

-¿Eh?...si, así esta bien.... - murmuro bastante más concentrado en seguir teniendo el pie en la posición en la que lo estaba sujetando. Sabía que le estaba haciendo un daño tremendo a Adrik, pero no podía ser de otra forma. No tenía nada con que aliviarle. Cogió la primera de las tiras y empezó a sujetar las maderas al tobillo por medio de los trozos de tela. Se le ocurrió que tal vez si lograba hacer reír a Adrik, este se olvidaría un poco del dolor.

-¿S-sabes que dicen que Mary tenía un corderito? - se sintió ruborizar nada más salió la primera palabra por su boca, vaya tontería que iba a decir – Pues según otra canción lo que tenía era un perro....uno grande....

''¿En serio le voy a contar eso? Bueno, igual le hace reír.....''

-¿Sabes que hacia con el perro? - no espero a obtener ninguna respuesta de Adrik, siguió tensando tela alrededor del tobillo – Salia al monte con el y dicen que bueno....que....lo ordeñaba.

Tenía las orejas completamente rojas, ardiendo, igual que las mejillas. ¿Habría comprendido Adrik lo que quería decir con ese ordeñar? Ay dios, mejor se tendría que haber callado. Recordó que aquella cochinada se la había oído contar a unos chicos en la librería mientras rebuscaban entre los libros de saldo pornografía que en su tienda no iban a encontrar jamas.

Termino de entablillar el tobillo de Adrik aún con las orejas ardiendo.

-¿Eh?...si, así esta bien....

Estupendo, porque con lo que le dolía el tobillo le costaba bastante pensar, y veía todavía peor que antes, porque tenia los ojos llenos de lagrimas. Y cuando Salem empezó a atar las maderas, no es que precisamente el dolor disminuyera.

-¿S-sabes que dicen que Mary tenía un corderito? - se sintió ruborizar nada más salió la primera palabra por su boca, vaya tontería que iba a decir – Pues según otra canción lo que tenía era un perro....uno grande....

Al principio se sintió desorientado y confundido al escucharle, demasiado embotado por el dolor, luego empezó a captar lo que decía y a preguntarse porque se lo estaba contando, pero decidió concentrarse en él, tratando de alejarse un poco del dolor de esa forma.

-¿Sabes que hacia con el perro? - no espero a obtener ninguna respuesta de Adrik, siguió tensando tela alrededor del tobillo – Salia al monte con el y dicen que bueno....que....lo ordeñaba.

Ordeñaba, ordeñaba, ordeñaba.... la palabra se repitió varias veces en su cabeza, mientras perplejo trataba de entender como se ordeñaba a un perro. Lo lógico seria una cabra u otro bicho de esos, que tuvieran ubres que poder trabajar y así sacar la sustancia blanca llamada la leche... Oh... sustancia blanca... acababa de entenderlo.

Miró con una cómica cara de horror a Salem, antes de enrojecer y reír ligeramente – p-pero ¿de donde sacaste eso? es... es... - rió más fuerte, con el dolor casi olvidado, meneando negativamente la cabeza – hay gente más enferma...

– p-pero ¿de donde sacaste eso? es... es... - rió más fuerte, con el dolor casi olvidado, meneando negativamente la cabeza – hay gente más enferma...

Había logrado su cometido, Adrik se estaba riendo. Bien por el, había utilizado una manera poco ortodoxa, contarle una guarrada, pero lo importante era que Adrik se había olvidado momentáneamente de que le estaba entablillando el tobillo. Seguía con las orejas y las mejillas rojas, mejor dicho, ardiendo, pero al menos el extraño ambiente que se forma entre dos completos desconocidos, se había distendido un poco. Parecía que Adrik se encontraba menos incomodo. Y lo mismo le pasaba a el. Decidió que podía contarle al humano donde y como se había enterado de aquello.

-Trabajo en una librería – comenzó a contar, se sintió un tanto mal de hacerlo ya que era obvio que Adrik siendo humano, y presumiblemente esclavo fugado, no podía acceder a un empleo en la isla – Allí en-entra gente bastante rara – ''como yo'' – y a veces vienen jóvenes buscando libros pornográficos..... - bajo la voz avergonzado – y un día u-un grupo de ellos estaban en la tienda y empezaron a hablar del corderito de Mary, y d-de otras cosas....

Se puso aún más rojo al recordar esas ''otras cosas'', pero también incomodo y rabioso, porque uno de ellos, todos eran vampiros, les había contado como el y su hermano habían violado salvajemente al esclavo de su padre. Se sintió muy violento en aquella ocasión, un poco asustado también, algo rabioso y triste. Encima tuvo que atenderlos y soportar que uno de ellos, aprovechando que el encargado no estaba mirando, le arrinconara en una esquina e intentase colar la mano dentro de sus pantalones, mientras sus compañeros se reían. Había estado muy asustado, y cuando se fueron pidió permiso para ir al lavabo y así poder desahogarse llorando de la impotencia no haber podido defenderse.

-Contaron muchos chistes e historias verdes – termino bajando mucho la cabeza, mientras avivaba el fuego con unas cuantas maderas. Suspiro.

-Quiero salir.... - musito en voz baja, más para sí mismo que para Adrik.

-Trabajo en una librería – comenzó a contar, se sintió un tanto mal de hacerlo ya que era obvio que Adrik siendo humano, y presumiblemente esclavo fugado, no podía acceder a un empleo en la isla – Allí en-entra gente bastante rara – ''como yo'' – y a veces vienen jóvenes buscando libros pornográficos..... - bajo la voz avergonzado – y un día u-un grupo de ellos estaban en la tienda y empezaron a hablar del corderito de Mary, y d-de otras cosas....

Le escuchó con interés. Trabajar con libros, no era mal empleo. El había ayudado muchas veces en la biblioteca del instituto, tanto porque le gustaba, como porque era una buena escusa para mantenerse alejado de los demás estudiantes en las horas de descanso.

Aunque alguna vez también había tenido que sufrirles allí, normalmente era mucho más seguro, ya que la bibliotecaria era una mujer muy estricta y celosa con sus libros, a los que consideraba sus pequeños. Si alguien entraba y permanecía más tiempo que unos pocos minutos, pronto sentía sobre su nuca la mirada rapaz de la mujer, vigilando que no le hicieran nada indebido a sus bebes.

Adrik siempre había pensado que la mujer era rara, pero se llevaba bien con ella, y gracias a su gusto por la lectura y el cuidado que tenia con los libros había podido permanecer a resguardo bajo su ala mientras estuvo estudiando en el centro.

-Contaron muchos chistes e historias verdes – termino bajando mucho la cabeza, mientras avivaba el fuego con unas cuantas maderas. Suspiro.

Ahg... en algunos casos las hormonas hacían estragos. Los científicos deberían investigar por que a veces bloqueaban la capacidad intelectual, si se conseguía encontrar una cura el mundo seria un lugar más agradable.

-Quiero salir.... - musito en voz baja, más para sí mismo que para Adrik.

-Puedo... creo que puedo andar... – murmuró mirando su tobillo con un poco de duda - o al menos hacer un intento... hay una salida por aquí cerca, una desembocadura de la alcantarilla que tiene la rejilla rota, podríamos salir por allí... - susurró empezando ya a hacer cálculos y planes, de por donde era mejor ir y cuanto tardarían, teniendo muy en cuenta su tobillo torcido.

-Puedo... creo que puedo andar... – murmuró mirando su tobillo con un poco de duda - o al menos hacer un intento... hay una salida por aquí cerca, una desembocadura de la alcantarilla que tiene la rejilla rota, podríamos salir por allí...

-Ah....no, espera, no....- se incorporo rápidamente al oír hablar a Adrik – no podrás caminar bien, te vas a hacer daño.....espera un momento. Tu sólo espera. - se sacudió los vaqueros con ayuda de las manos y miro alrededor – ¿Hacia donde esta la salida?

Si iba primero el solo, podía ver si había obstáculos en el camino que podrían impedir a Adrik avanzar, o hacerle aún más daño. Si uno no conoce el terreno en el que esta, lo primordial es explorar y ver las cualidades del mismo; o eso tenía entendido. No estaba muy seguro, ni siquiera lo estaba no perderse si Adrik le decía que tenía que girar en algún punto o algo así. Miro hacia la oscuridad de la profundidad del túnel y escucho pequeños sonidos de garras arañando el suelo.

''Estupendo; ratas. Y de las grandes''.

-Ah....no, espera, no....- se incorporo rápidamente al oír hablar a Adrik – no podrás caminar bien, te vas a hacer daño.....espera un momento. Tu sólo espera. - se sacudió los vaqueros con ayuda de las manos y miro alrededor – ¿Hacia donde esta la salida?

Dio un respingo ante el rápido movimiento de Salem, que le había pillado por sorpresa. Le miró enrojeciendo ligeramente de vergüenza, sintiéndose un poco como una molestia, y a la vez agradecido de que Salem se preocupara por él.

-Sigue recto, tuerce a la derecha en el primer cruce y luego a la izquierda en el segundo – entrecerró los ojos, concentrándose para dar las indicaciones lo mejor posible – hay un camino que es más directo, pero una parte de la pared esta derrumbada y hay que trepar, así que lo descarte – le explicó , suponiendo que Salem aprobaría su decisión – el otro debería estar despejado.

Vaya, se notaba que Adrik conocía bien el terreno. No había vacilado en darle las indicaciones pertinentes. Este conocimiento había suscitado en Salem aún más curiosidad de la que ya tenía por el otro chico. No sabían nada el uno del otro excepto sus nombres y poco más, pero Salem sentía, que sí se daba una oportunidad con este humano, que si intentaba ser un poco más abierto, y si conseguía mirarle a los ojos más allá que unos pocos segundos, con el tiempo quizás pudiera considerarle un amigo. Se puso tan rojo con aquellos pensamientos ( nunca había tenido amigos ) que sólo farfullo un ''ahora vuelvo'', y sin mirar hacia atrás, hecho a correr maldiciéndose por su timidez. Tenía que estar dándole un imagen patética de si mismo a Adrik.

''Seguir recto, torcer a la derecha en el primer cruce y luego a la izquierda en el segundo....Salem concentrate, no te olvides.....recuerda bien las indicaciones''.

Y así llego al primer cruce.

Observó como se marchaba, mirando en la dirección por la que se había ido, escuchando concentrado sus pasos cuando la oscuridad pareció tragárselo, y un poco más aun cuando ya no era capaz de oírlos. Suspiro con un poco de intranquilidad, empezando a preocuparse al estar solo, llenándose la cabeza de pensamientos negativos.

¿Y si Salem se perdía? ¿o si tenia un accidente? ¿que pasaría si quedaba atrapado? O peor... ¿y si Salem le dejaba tirado ahí y no volvía? Sacudió la cabeza tratando de alejar los funestos pensamientos de su mente. Salem estaría bien, encontraría el camino, volvería y los dos saldrían de ahí, punto y final, nada más que hablar del tema.

Suspiro de nuevo, esta vez tratando de mentalizarse para solo pensar cosas positivas, y se acomodó para esperar a Salem. Seguramente tardaría un poco en volver, la salida no estaba muy lejos, pero había que caminar un rato.