De Ocio... (libre)

El único deporte que era capaz de hacer, alguien como él no iba a cansarse y mucho menos sudarse en algo más ajetreado, y ese juego de pelotitas, hoyitos y palitos, no estaba tan mal. Concentrado en su jugada, llevaba ya 3 hoyos asegurado, sabía que aunque termianra podría pasarse hasta casi el amanecer así. Era un ocioso y no le importaba, de cualquieor forma no tenía en lo absoluto nada mejor que hacer y mucho menos nadie interesante a quien ver.

- Estúpida Isla...aburrida...

Dijo entre dientes, haciendo un tiro, no tan malo, pero tampoco perfecto, esperando atinar en el blanco, cosa que de no ser así le provocarían una bilis tremenda.

Intentó seguir la pelotita con la mirada...pero...

- o.o? Desapareció...?

Siguió el camino que cryó lo había hecho la pelota, pero entre la hierba se encontró con una marañita de cabellos rosados...que tenia oreja y cola de...gato...dió un paso hacia atrás, mirando asu alrededor y luego al niño que jugaba con su pelotita y le observo en silencio

- o.ò

Un...gato...y estaba tocando su pelota.

- Hey niño...podrías soltar eso?

Se pusó en cuclillas a prudente distancia en espera de su pelota.

- Me escuchasté?

Tomó con cautela la pelota, infectada de gato ahora. La miró y la limpió con su pantalón, y después al niño.

- Qué haces aquí? Oh si alguien te viera...no te iría nada nada bien...

Pulía con la manga su hermosa pelota hasta dejarla reluciente, hablandole tranquilo y distráido evitando mirarlo.

- Arruinaste mi juego...

- Hmmm...esta bien...

Vió que se alejaba.

- Ah, espera...dime cual es tu nombre...¿Tienes casa?...oh y mira que ropas tan horrendas traes...

Recogió sus palos botando la pelotita en la bolsa y le miró con una ceja arqueada.

- Eres esclavo...verdad?

- Que...mal...

Asintió con la cabeza a su propio comentarios, mriandolo de pies a cabeza con la ceja levemente arqueada. Cierto que detestaba a los gatos pero ese era un pequeño

- Qué edad tienes?

Guardó sus cosas en el carrito de golf, esperando su respuesta mientras repasaba que no le faltara nada

- No eres muy pequeño?

Arqueó una ceja acercandose al pañuelo de las manos y sonriendole para colocarselo despues alrededor del cuello pero sin anudar.

- Las orejas...no te estorban?

Le llamó con un movimiento de manos, que ojos tan grandes tenía, y el lugar...estaba tan vacio, pero era un gato.

- Ah...

Se le acercó tocandolas con insitencia pero no con fuerza, levantandole el rostro y agachandose a su alcance.

- Y oyes?...y todo te funciona igual?

Le movió la cabeza de un lado a otro, bajandola un poco para ver su espalda y depsues haciendola hacia atrás para mirarle el pecho.

- Rasgos felinos...

Repitió como atontado, tomando la cabeza y levantandole un poco mientras se inclinaba a su pecho y escucharle el corazón.

- Si te tiro de un quinto piso...¿Caerìas de pie?

Tomó sus hombros haciendole girar de espaldas y escuchar ahora los latidos de su espalda, el tirmo d ela respiración y verificar el tamaño d elso pulmones al inflarse con cada suspiro.

- Tambien te gusta el pescado?

- No? Porque no?

Le volvió a tomar las orejas mirandole con la ceja arqueada.

- Podrías hacer la prueba, no puedes romperte tantos huesos de intentarlo o si?

Tomó la inquieta cola con una mano hacineodle girar de nuevo para poderla ver.

- Ah no? Que farsa...

Levantó la cola entre sus manos, ah si era tan suave como la de un gato, no es que hubiera tocado jamas a un gato, pero imaginaba que eran asi. Entonces acercandosele desde atrás pudo apreciarle.

- Oh vaya...

Ignorando la cola ahora, ladeandole la cabeza para verla las orejas otra vez, acicalandolas desde su cabellos que le estorbaba, tambien su cabello tenía una pigmentación extraña.

- Y puedes mover la cola a tu antojo? Y tienes que lavarla igual que tu cabello raro? No te estorba con la ropa?

Le jaló una oreja despacio, y se acercó a soplar dentro de ella.

- Ah...entonces te duelen...

Arqueó una ceja, tomandole la cola la apretó entre sus manos levemente mirandole de reojo, con una sonrisa en labios.

- Nunca te has cortado pequeño? En tu cola o en las orejas...

Dijo mientras su voz de hacían susurros.

- Oh ya veo....

Sonrió encantado, acariciandose la mejilla con su cola.

- Y si te corto un pedazo de cola o una oreja te crecería de nuevo?