Buscando servidumbre.

*Mantenía en todo momento aquella aguja ashechando el cuello ajeno, miraba como parecía que por fin tomaba el control de la situación, hasta que vio volar el artefacto por la ventana, Su mirada mostró una verdadera ineptitud unos momentos, antes de con un movimiento de su mano manipular aquella aguja para que retomase forma, esta vez, un simple látigo, el cual salió por la ventana, directo al artefacto. Logrando sujetarlo lo atrajo nuevamente, tomándolo con la otra mano, el hilo de sangre se movía suavemente y onduleante, cerca del cuerpo del menor, el cual suspiraba suavemente.*

-Esta cosa...¡¿Qué demonios te pasa?! ...

*Miraba al otro, con un gesto de enfado, volviendo la vista al control, como analizandolo.*

-¿Cómo la apago para que no sirva?...

*Buscaba el como apagar ese artefacto para poder estar completamente libre, quizás así podría liberarse de ese Vampiro, pues su pura sangre no era suficiente en sí...además que le daba rabia que ese vampiro pudiese aprovecharse de ella.*

FRunció el cejo cuando el enorme hilo de sangre salió por la ventana y como nunca en el corto tiempo en que le conocía, le detestó, lo despreció enormemente y lo miró amenzante sin ganas de contestarle.

- ¿No sabes usarlo?...jaja ¿Y cómo es que piensas que yo te ayudaré a hacerlo? - LE preguntó alejandose de la sangre que flotaba tan incitante, tan cerca que las pupilas y el olfato le explotaban de ansias.

- ¿Quieres saberlo? - Le preguntó retirandose la corbata, mientras sus ojos, hipnotizados titilaban de hambre, de sed. -Hagamos un trato...y te lo regalo a cambio.-

*Escucho la risa del otro, evito verle, cierto...no sabía usarlo realmente.
Pero, sus azuladas iris fueron a dar a donde el al escuchar aquello referente a un trato, ahora fue el quien frunció el seño.*

-¿Un trato, dices?...

*Miró como se quitaba la corbata, volviendo su siris a donde el nuevamente.*

-¿Que clase de trato?...

*Inseguro, ¿confiar en un vampiro?...debía ser una broma, pero no se reía en lo más mínimo, sujetaba el control con la zurda, pues la diestra estaba siendo fuente de aquel hilo de sangre que danzaba a su alrededor.*

-Oh sí, un trato...- Suspiro, dejando de lado la corbata luego de que se la quitara. La abandonó sobre el colchón.

-No es demasiado a cambio de lo mucho que tú estás pidiendo...-Le recordó arqueando las cejas, acercandosele, más, un poco más, lo suficiente hasta casi quedar en 4 sobre el joven rubio.

Obviamente, aquello, una total y completa aberración para el vampiro, y sabía que tambien para el híbrido, que si sus sospechas no fallaban, se negaría, auqnue quien sabe, ante la urgencia del otro por descifrar el control, podíanlas cosas cambiar.

Entonces le tomó ambas muñecas y guardó la mano del hilillo de sangre dentro de la propia, mirándole con malicia.- ¿Entiendes lo que te estoy pidiendo a cambio? ¿O...esque debo ser más específico?- Susurró acercandose a su oído.

*Miraba al vampiro, el como se acercaba...retrocedía pero se topo con el asiento quedando sentado por obvias razones, solo pudo intentar hundirse en este al ver tal acercamiendo de aquel ser, lo que sintió era asco de tenerle tan cerca...de captar aquel aroma que tanto detestaba.
Su mirada estaba tan concentrada en el vampiro que no se dio cuenta que le sujetaba hasta que sintió tal tacto, mirando de reojo sus manos, el como el hombre guardaba en la propia su mano, el hilo de sangre regresaba a donde la misma herida, como si se ocultará de el vampiro. Su oreja, por acción automática, se agachó, igual la otra, bajando ambas, ante aquel susurro, intento comprender...¿qué quería.?
Nuevamente le miraba, intentando no inmutarse, aunque le comenzaba a ser dificil, pues el vampiro podría tomar el control en cualquier momento al sujetarle las manos, y otra vez...estaría en desventaja contra el, apretujaba el control con fuerza.*

-Dime tonto...no entiendo a que demonios te refieres...explicate...

-¿Oh no? ¿Esque nadie te lo hizo mientras te tenían capturado?- Apretó la muñeca del control, estirandola por encima de su cabeza, tensando el agarre de los músculos del otro por encima del aparato.

-Es fácil...te gustará, tambien...-Suspiró, hirgando con la punta de la nariz los bordes de las alargadas orejas ajenas, quería esa sangre, toda, cada gota.

El carro seguía avanzando, sin frenarse, recorriendo los caminos burdos y faltos de asfalto por lo que tneía que pasar camino a casa, entonces su mano se delizó por el pecho del pequeño, mientras la sonrisa ladeada permanecía en su rostro, bajó más, hasta el punto de encontrarse con su entrepierna. -¿Quieres que sea más específico?-

-¿De qué dia..?..Argh...tsk...

*Ya no completo bien la pregunta, la presión en su mano, la que sujetaba el control era demasiada, le dolía, entrecerraba el ojo derecho ante aquello, escuchandole, al tiempo que sus orejas descendían más como deseosas de alejarlas de la respiración y la nariz ajena.*

-A mi ningún maldito vampiro me ah tocado...

*Decía con algo de rabia, y era cierto, siempre se peleaba y terminaba aullentando a los vampiros, ninguno lo había logrado tomar, ni morder, estremeciendose un tanto al sentir la mano de el en su pecho, intentando safar la mano que tenía aquella sangre oculta, para tratar de hacer algo al respecto, otro estremecimiento al sentir el como le rozaba y llegaba a su entrepierna, reaccionó cerrando sus piernas fuertemente, mirándole con ira.*

-Tu...alejate o yo..

*Trataba de safar del guarde de el vampiro su mano, de safar igual su otra mano, pero la presión fue tal que no tuvo más remedio que soltar el control, pues comenzaba a sentirse entumido.
Un gesto de dolor, un tanto suave, se mostraba en su rostro, ante la presión de su mano, mirándole de reojo.*

-Ksaa... déjame...

-Hmm, que mal por tí...-Suspiró descendiendo por su cuello, aferrando aún más la mano del control, la otra, la había soltado para acariciar la entrepierna del chico, de arriba a abajo la figura de la sexualidad del adolescente.

Finalmente soltó el control y se sonrió satisfecho tomandole con ambas manos los antebrazos, haciendo uso ahora de su rodilla para acariciar por encima de la ropa, el sexo del menor.

- ¿Porqué? Se siente bien ¿no? - Insistió, lamiendo toda su mejilla.- ¿Nunca te habías tocado tú mismo?

*Cerró ambos ojos con fuerza, siendo ahora sujeto de los dos antebrazos, eso le hizo abrir de golpe sus ojos y mirar sus propios brazos, volviendo a ver a el Vampiro.*

-Tu...maldito...yo no eh...aceptado esto...déjame..

*Pero la rodilla del mayor volvía a acariciarle la entrepierna, ahora intentaba ladear su cuerpo para alejarse de el, no pudo evitar el no suspirar suavemente, como una reacción normal de su cuerpo; comenzaba a espantarse por aquello.
Ahora trataba de moverse, de safar sus brazos, de girarse en el asiento y alejarse, pero el sentir la humedad en la mejilla lo hacía estremecer nuevamente, mirándole de reojo, alejando su rostro.*

-Déjame...si esta es la condición...no quiero, no acepto..sueltame maldito! ..

*Trataba de cerrar sus piernas y girarse sobre el asiento para que no lo tocase más.*

-Que mentiroso...-Masculló por todo su rostro paseando la nariz a lo largo de este con lametones y mordiscos hambrientos, aguantandose de lo lindo las ansias por soltar una que otra risa al mirarle retorcerse, en fallidos intentos por alejarsele.

-Si no lo disfrutas, puedes quejarte entonces, pero sólo entonces, sin embargo esos supiros que estás dando no los he oído provenir de algo desagradable...-Se relamió las comisuras, mirandole de cerca a los ojos al tiempo que aumentaba el ritmo en su entrepierna, frotandole aún más fuerte con la rodilla.

-Oh mira, te estás endureciendo...-Jadeó con los ojos brillantes, cosa que se hizo imperceptible, por el reflejo lunar sobre los cristales de los lentes. Habilmente, subió una de las manos que retenía del chico y luego la otra por encima de su cabeza antes de sostenerle ambas muñecas con una mano, para usar la restante para apretar el apetitoso bulto que crecía entre las piernas ajenas. - ¿Sigues sin aceptar? - Pregunto burlón.

*Emano uno que otro quejido ante las lamidas así como las mordidas que recibía, halando sus brazos contra su propio cuerpo para intentar hacerse un ovillo, igual intentando contraer sus piernas en ello, desviando su rostro para no tener ningún tipo de contacto con el sujeto.
Apenas se escuchaba uno que otro quejido acompañado de uno que otro suspiro, por el movimiento que el hacía sobre su entrepierna.*

-Mal...maldito...suel...sueltame....

*Solo sintió un movimiento sobre si mismo, elevando la vista así como bajando un tanto aquellas orejas puntiagudas, no pudo evitar elevar el rostro y hechar otro suspiro más, acompañado de un quejido, ahora intentaba safarse de el agarre de sus manos, intentando separarlas, mientras su spiernas seguían con aquellos inútiles intentos por cerrarse, pues la pierna del otro le mantenían abiertas estas un poco.
Cerró sus ojos con fuerza, aún evadiendo la mirada del otro, volteando su rostro a otra dirección.*

-No...¡Sueltame, eres un maldito despreciable!...

Sí, entre más cerraba las piernas el otro, más le facilitaba el estrecho agarre de su mano, más le acercaba a su sexo y conmucha más insistencia podía frotar la erección del menor.

-Ah...en realidad, no pensaba hacerlo pero me encantan esos rostros que estás haciendo...-Expresó, mientras el auto seguía su marcha por la noche, mientras paenas leves rayos plateados les alumbraban y mientras aquella mano ansiosa se abría paso por entre las telas del pantalón sucio que los vendedores habían proporcionado a Yami.

-Si sigues gritandome, querido, lo único que ganas es que mi hambre aumente...- Y era bastante. Abrazó con los dedos aquella dureza que le gritaba ser liberada de los harapos y comenzó a moverla mientras sonreía orgulloso, mirando al chico.- ¿Entonces, nadie te ha tocado?-

*Dejaba otro quejido libre ante aquel roze más cercano que sentía, igual suspiros, sin saber el por que.
Apenas entreabrió uno de sus ojos para verle de reojo, halando sus manos y sacudiendose, queríendo alejarse.*

-Deja...me!! ..

*Pero los suspiros salían nuevamente, acompañados de uno que otro quejido, pues ante sus propios movimientos se lastimaba una que otra vez suavemente. Se estremeció completamente al sentir la mano de ese hombre filtrarse por sus arapos que eran su supuesta vestimenta, y su gesto claramente mostraba una mezcla entre desprecio y confución hacía el vampiro, cerró una vez más fuertemente su sojos para poder gritar.*

-Ya te dije que no y ahora alejate de mi, maldita sea!..

-Ahora no tengo mucho ánimos para hacerlo, lo siento.-Le susurró burlón. Ah, la frescura de un cuerpo virgen. Los delineados contornos y la piel suave.El rostro confundido.

Una última mirada, antes de bajar con la boca a aquel sitio inexplorado entre las piernas ajenas. Una risa ahogada ante la satisfacción de la hombría excitada del rubio, fue lo último antes propinar un mordisco en la tersa piel del vientre bajo, donde vellos delicados anunciaban la prominencia de su virilidad.

Ahí se aferró, succionando con prisas la sangre que le hacía agua la boca desde que había percibido su aroma. El vampiro exhaló suspiros quedos, sin olvidarse de retenerle las muñecas y con la otra mano, deslizar los pesados pantalones que al piso del auto cayeron pesados.

-Eres un...

*Sin siquiera terminar, un quejido se esfumó de sus labios, y una muestra de claro desprecio así como dolor era su gesto, haló sus manos en un nuevo intento de safarse...ah..como odiaba no tener la fuerza de la raza de su madre seguramente difunta.
Sentía como la sangre lo dejaba por aquella zona baja de su cuerpo, siendo esta robada, urtada por la sed del otro, elevó su rostro y arqueó su cuerpo en un espasmo doloroso que sintió en ese momento; solo percatándose de su pantalón cual caía al suelo por el desliz que sentía en las piernas, el roze de la tela con su piel, volvía a verle fijamente, respirando algo agitado para intentar controlar esos mismos y agudos dolores que sentía por la mordida.*

-Bas...ta...

Nuevamente el extásis del dulce bermellón, cayó delicioso por su garganta y lo sintió acentuarse en sus entrañas. Esta vez no se venció por recatos y bebió cuanto le vino en gana. Ganas que se vieron mermadas ante el recordatorio constante de que no era prudente matar tan buen bocadillo.

Tuvo que abandonar su "copa" a los minutos, mirrandole con los colmillos entintados y el aliento acelerado, mirándole a los ojos mientras pasaba el trago tan lento como le era posible. La sangre de aquel sitio, era tan deliciosa cuando un cuerpo se hallaba excitado...se volvía cálida y espesa.

-Dame una buena razón para detenerme.- Le dijo, limpiandose las comisuras con las yemas de los dedos, sonriéndole con desdén antes de volver a apoderarse de su erección, que recorrió con las yemas humedecidas y que abrazó con la mano para hacerla subir y bajar, bajar más, más. Hasta descubrir aquel manjar rosado que el prepucio cubría con recelo. -Tendría que ser, en verdad muy buena.-

Repitió el castaño por último y con mirada hambrienta se abalanzó con la boca sobre el sexo del chico, rodeando con la lengua la punta erguida, succionándola vorazmente, saboreando cada centímetro de aquel sutil gusto ácido y piel tensa.

*La sensación de servir como un vil alimento a ese sujeto le hacía sentir impotente....¿o era que la pérdida de sangre lo hacía sentirse así?...a saber, el solo sabía que poco a poco sus manos se sentían pesadas, mirándo al sujeto fijamente, emanando quejidos de sus labios, solo pudiendo respirar un poco cuando el se detuvo finalmente; sus parpados estaban entrecerrados y su gesto era algo adormilado.*

-Ale...

*Estremeció completamente, un escalofrió lo recorrió cuando una extraña sensación de cosquilleo lo recorrío por la parte de el vientre bajo, asíc omo por su sexo, en una mezcla de sensaciones similares en diferentes zonas de su cuerpo, sin poder evitar; suspiró.
Volvía apenas a verle, negando al ver lo que este hacía, quedando finalmente cabizbajo. Su cuerpo se mostró flexible al arquearse sumamente notorio, con un temblor que le acompañaba, tanta humedad de momento a otro, y los movimientos de la lengua así como la presión que su sexo experimentó al ser succionado por la cavidad ajena, su cuerpo reaccionó tal cual, innato, enrojeciendo el rostro y elevándolo, mientras la comisura de sus labios se entreabría dejando al unísono un gemido esta vez claro, de placer, auqnue no quisiera.*

-~AAaahh....~...

Una expresión de complacencia salió de la boca del vampiro, mientras le miraa desde abajo, con un sedictor geso al recorrer con la lengua el tronco de su sexualidad antes de engullirlo entero una vez más, juguetear con la lengu ay poco y al succionar, dejarle sentir las puntas de sus afilados colmillos, rasgando ligeramente su piel.

La saliva y humedad que caía del acto le ayudó a humectar uno de sus dedos, lo suficiente como para llevarla a la entrada del menor y poder mancillarla de un empellón. El dígito del vampiro se movió sin contemplaciones de adentro hacia afuera, forzando el acceso que le permitió sentir la cálida y húmeda piel de su interior, antes de apresurar la entrada a un segundo dedo.

- ¿Lo ves? Es más fácil cuando no haces tanto escándalo, mocoso.-Susurró jadeante, separandose de su sexo erecto, por el puro gusto de molestarle. Dirigiendose a su boca, que besó sin cuidado que más bien pudo haber sido una mordida acuosa.

-Aaahgg...

*Un leve ardor le recorrio unos momentos, observando a donde estaba aquel sujeto con los parpados entrecerrados, sus manos realizaban intentos aún por liberarse, su repiración intentaba ser lenta para poder resistir aquellas sensaciones, llegó a intentar alejarle con la rodilla, pero ya incluso esta parecía no querer moverse.
No pudo evitar soltar un gemido más al sentir el aquel profanar de la mano ajena sobre el, su cuerpo arqueo ampliamente, apenas pudiendo volver a arquearse con el otro dedo; ardor quizás fue la sensación, su cuerpo estremeció y sacudió algro bruto. Escucho su voz, entrecortada por jadeos, mantuvo sus ojos cerrados completamente, aquella mezcla de sensaciones que su cuerpo le brindaba, entre dolorosa y placentera, lo tenían confuso al grado que tembló de temor, apretando su quijada para no volver a darle gusto a ese sujeto.
Un beso que pareciese más una mordida fue lo que lo obligó a abrir sus ojos nuevamente, mirándole de golpe, intento atraer sus brazos contra su cuerpo para hacerse un ovillo, pero no lo logró, la posición, estar así sujeto....era sumamente incómodo y no le dejaba moverse bien.*

-¿Hm?-Sonrió con descaro cuando sintió los brazos ajenos querer encojerse.- ¿Quieres soltarte? - Preguntó con falsa voz melosa, bajando por su cuello, arrancando la ropa con la mano sobrante, con la que posteriormente se encargó de acariciar todo el torso desnudo.

-¿No es divertido? Que mentiroso serías, si dijeras que no.- Le espetó, llevandole la lengua a uno de sus pezones que bordeó, cuidadosamente por la aureola.- Tendrías que prometer, que te portarás bien, si te suelto.-Evidentemente, no creía que aunque el menor hiciera lo que le pedía, cumpliría con su palabra. Por otra parte el mantenerle sujeto aunque le parecía en extremo excitante, le impedía hacer ciertas cosas...ta vez, sólo un momento.

Regresó los dígitos a su entrada palpitante y esta vez, comenzó a embestirle con ellos en conjunto con succiones diminutos que alternó de una tetilla a otra, apresurandole con la respuesta a la pregunta que había formulado.

*Intentaba hacerse un ovillo, pero su fuerza no era la de un sangre pura, hizo un gesto de desagrado ante la situación.
Un aire frió sintió correr su cuerpo al estar descubierto del torso, y luego aquel recorrer de el por dicha parte, negó no solo una, sino varias veces, intentando no volver a darle gusto con los suspiros que luego era incapaz de evitar. La húmedad de su pecho, de la zona de sus pezones le hizo estremecer notoriamente, sin poder ahora si evitar el suspiro que soltó, le miraba fijamente, intentando respirar lentamente para controlar los espasmos entre dolorosos y placenteros de su cuerpo.
Apreto dientes y puños con lo que decía...¿Portarse bien?...¿quién podría portarse bien con lo que más odiaba?...¿cómo aguantar sus ganas de romperle el rostro a golpes?...no contestó; su cuerpo se arqueó y desvió el rostro al sentir el como le embestía de aquella forma, esta ez un quejido-gemido fue lo que se escuchó de sus labios, sacudida de su mismo cuerpo; cerró sus ojos para no dejar que estos se cristalizaran en lágrimas que retenía...a saber, ni el sabía si eran de dolor o de qué...pues ni el comprendía por que su cuerpo reaccionaba de esa forma.*

-¡AAAaaaggghhhgg...~!...

-Mhm...bien, supongo que debe significar un "no"-Masculló, con una sonrisa de satisfacción, mirándole a través de las lentejuelas de las gafas, ligeramente empañadas por el aliento ajeno.

Apretó el agarre de sus muñecas y se inclinó a lamer aquellos brazos, degustandose con el sabor salado de la transpiración de aquel esclavo, deshacinedose en delicias ante la estrechez que le apretaba el sexo.

Maravilloso...y el aroma de la sangre que pululaba en el ambiente era mucho más que embriagante. Una cambinación sublime que pintaba el cuello y pecho del muchacho, incluso el vientre bajo, aún se le coloreaba en carmín oscuro por el líquido derramado en un principio.

Se inclinó para esta vez beber de uno de aquellos botones rosados que desgarró sediento de un sólo mordizco.-Ah...-Empujó ansioso con las caderas la cavidad del rubio, internandose en esta con recelo. Jadeante y con la boca llena, pasando cada trago con la mayor de las lentitudes como si un buen vino estuviera catando.

*Evadir la realidad...quizás eso buscaba con insistir en mantener sus ojos cerrados, desviaba su rostro a la derecha para evadir la mirada que aunque no correspondía, la sentía en cierta forma.
No pudo evitar el quejarse con el agarre de sus muñecas...si de por si antes le resulto molesto ahora estaba peor, alterado incluso.*

-Aaahhg...de..ten..te...

*Estremeció y su respiración se mostró agitada con la humedad que tuvo al sentir la lengua áspera recorrer sus brazos.
Abrió sus ojos de golpe y las lágrimas ahora si fluyeron libremente por mejillas y cayeron a su propio pecho, debido a el segundo mordisco y la nueva sensación de que su sangre lo estaba abandonando....de que esta era urtada por la boca ajena. Sus mandos sacudió con desespero prácticamente, arqueando un tanto su cuerpo, como si nuevamente quisiera hacerse bolita,sus élficas orejas descendían, como sumisas, pero por el dolor; apenas pudo mirarle, sin poder detener el flujo de saladas que caían por su rostro, volvió a cerrar sus ojos con fuerza, como si nuevamente quisiese olvidar esa realidad...*