Buscando Sal! (Libre.)

Tomó las monedas y lo miró sonriente, inocente, y servicial igual que un minino amaestrado. Miró hacia una tienda que tenían detrás, no muy lejos, y comenzó a lentamente caminar hacia ésta.
-De seguro no pasará nada.
Aseguró mientras se encaminaba y entraba al lugar. Casi todos los que estaban comprando salieron velozmente espantados, mas el pequeño neko ni se dió cuenta y, poniendose en puntitas de pie, alcanzó una bolsita de sal que había en un estante. Caminó hacia la barra desde donde el vendedor lo miraba incrédulo, y sin siquiera dejar de caminar para salir dejó allí las monedas, llevandose la sal.
-Gracias~ ^^
Dijo sonriente al hombre, mientras que salía para regresar con el muchacho de graciosa sonrisa.

Se dejó apretujar inmutado sosteniendo aún la sal entre sus patitas, riendo infantil.
-Hijijiji~ No.. No es la gran cosa, Under-san..
Le dijo risueño, haciendose un poco hacia atrás para entregarle la bolsita. Movió un poco hacia atrás las orejas, y volvió a tomarse la cola con una mano.

-¿Truco?.. Mmh~.. Nop. Solo tomé la sal y le pagué.
Le respondió, jugando con sus garritas arañando de vez en cuando el suelo, desprendiendo de éste partecitas de tierra.
Por alguna razón le encantaba ver cuando el hombre se comportaba de esa manera, inquieto e infantil. Su gusto por ello debía ser debido a que en esa isla casi todos eran unos amargados, y ver a alguien diferente le resultaba bastante inusual, lo cual era encantador para el nekito.
-No veo porqué, la sal debería ser para todos.
Comentó agraciado.
-¡Deberiamos hacer una huelga!

A pesar de que lo decía en broma, y pensaba que su acompañante entendería el obvio tono de burla, observó en silencio lo que hacía, con sorpresa.
Sin embargo, ya que aquella parecía una actividad sumamente entretenida, se puso de pie y comenzó a "marchar" junto al hombre, con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.
-¡Queremos sal, codos no! ¡Queremos sal, codos no! ¡Queremos sal, codos no! ¡Queremos sal, codos no! ¡Queremos sal, codos no!
Exclamaba a su par, con aquella vocecita infantil y risueña. Notó entonces como todos los dueños de las tiendas se asomaban por las puertas a ver qué rayos estaba ocurriendo.

No pudo evitar comenzar a reir casi histérico al ver lo que su acompañante le hacía al vendedor. Se tomó el estómago con una mano, lanzando al aire sonoras y exageradas carcajadas.
Poco después, retomó la "postura" y continuó marchando a su lado, notando como de nuevo, el público regresaba a mirarlos con cara de "y a estos dos qué les pasa".
-Nyan! ¡¡Queremos sal, codos no!!

Sabía que era muy posible que eso que hacían les trajera problemas en exeso. Sin embargo, a pesar de todo se estaba divirtiendo demasiado como para dejar de hacerlo solamente por precaución. Observó al vendedor con intriga, luego al cartel, y por último al peliblanco.
-¡Groserísimo!
Exclamó haciendose el indignado, poniendo una cara parecida a la del vendedor. Miró entonces al pobre hombre con lodo en el rostro, y volvió a sonreir inocente, comenzando a decir de nuevo su protesta, como si nada.
-¡Queremos sal, codos no! Hijijijij~

-¡Hay que reunir miembros~!
Sugirió entre risas infantiles, moviendo la cola de lado a lado, y marchando como un pequeño soldadito. No se daba cuenta de la cantidad de miradas enfadadas que los rodeaban, aunque aún asi, no le importaba.

Miró las acciones del muchacho, y comenzó a suponer que, probablemente, eso se estuviera saliendo de control. Bueno, en verdad era un asunto descontrolado, debía admitirlo.
Dejó de exclamar su protesta y se acercó a Under, alzando una manito y tomandolo de la ropa, estirandolo suavemente un par de veces, tan solo para llamar su atención.
-Esto.. Under-san, creo que el señor no quiere unirse.
Murmuró cauteloso, haciendose hacia atrás de nuevo. Eran demasiados vampiros y no creia que el peliblanco solo pudiera vencerlos a todos.

No se resistió, más bien, gustoso dejó que lo subiera a sus hombros, a la vez que le ponía las manos -patas delanteras- sobre el sobrero, como recargandose en éste, y movía la cola de lado a lado en el aire sonriente.
-Claro, claro Under-san~
Asintió entre risas, a lo que escuchó la otra pregunta.
-Venía a comprar comida para luego comer igual de solito.
Le respondió, restandole importancia al asunto.

-Aah~.. ¿En verdad me acompañaría en la cena, Under-san?
Cuestionó alegre e ilusionado, como el infante que en verdad era, tocandole con una mano los cabellos. Se sentía muy a gusto con él, por alguna razón.
-¿Y conoceré a sus vecinos y su casa? ¡Umh! ¡Será divertido!
Exclamó entre risas, ignorando a los demás espectadores.

Abrazó rodeandolo con sus bracitos el cuello ajeno, cuidando de no asficciarlo o hacerle daño, mas aferrandose así para no caerse a causa de la rapidez y brusquedad con que corría. Reía sonoro e infantil, teniendo también cuidado de no tirar el sombrero del muchacho a causa de sus movimientos.
-¡Aajajah~! ¡Quiero ver a los vecinos!
Exclamó nuevamente con ánimos, ladeando un poco la cabeza para ver a los vampiros que se quedaban atrás.
-¡Under-san es muy buen corredor!
Comentó dejando que el viento echara hacia atrás sus oscuros y cortos cabellos, a la vez que aún mecía la cola de un lado a otro en el aire.

(( creo que deberiamos seguir en el cementerio xD ))

[[[Valee *-* abro post xDDDD]]]