Llegando del trabajo (Daniel)

-Si les pagas por su trabajo entonces no son tus esclavos sino tus trabajadores.-

Puntualizó el muchacho y echándose hacia atrás se reacargó en el respaldo de la silla con una leve sonrisa esbozada en sus labios, expresión que solo solía dedicar a los animales.

-Eres un vampiro y un traficante de esclavos.. las dos cosas que más odio en el mundo aparte de los maltratadores de animales. Pero me gustas... podrías ser la excepción que confirma la regla.-

Comentó ya que el hombre en cierto modo le había caído bien. Volvió a echarse hacia delante apoyando sus brazos en el borde de la mesa.

-Una cosa, solo por curiosidad. Y si yo fuera uno de tus esclavos?.-

Preguntó.

*Posaba uno de sus dedos en su labio inferior como si pensase en lo que decía, dio una risa leve antes de volver a regargarse en la mesa posando su mentón en los dorosos de sus manos, observándole.*

-Tienes razón...oh que va...igual trabajan duro así que merecían algo...y mientras no me enfaden no tengo por que hacerles algo malo...

*Escucho al chico, esbozando una sonrisa acercó apenas un poco su rostro al ajeno, su rojiza y profunda mirada estaba sobre la ajena; tranquilo.*

-Si fueras uno de mis esclavos...sin duda te tendría como un príncipe...no, un rey...

*Posó su índice con suavidad, el diestro, en la punta de la nariz del chico.*

-Te cuidaría y mimaría...

No se alejó cuando el otro se acercó ni se intimidó en ningún momento ya que el joven tenía nervios de acero y rara vez se asustaba de nada, ni siquiera ante la presencia de un vampiro traficante de esclavos que se acercaba a él peligrosamente. Además dejó que sus ojos verdes se perdieran en las profundidades de aquellas pupilas color rojo sangre del moreno.

Cuando retiró el dedo de su nariz el chico la movió graciosamente como un conejito y sonrió divertido al oír la respuesta del vampiro.

- Si lo pones así casi hasta dan ganas de ser tu esclavo. Ese es tu modo de convencer a la gente para que se una a tu "tripulación"?.-

Preguntó pero sin rastro de ironía alguna; tan solo simple y gatuna curiosidad.

*Se contagió de la divertida sonrisa del chico al escucharle.*

-Hay no...los esclavos que me reniegan y me dicen que no quieren ser servidumbre en la casa les ofrezco trabajar en mi ''tripulación''...

*Le señalaba algo delicado con el índice diestro, con una picara sonrisa en sus labios.*

-Pero si fueses mi esclavo...creeme que no tendrías la nescesidad de trabajar...

Su sonrisa se volvio también algo pícara sin dejar de mirar ni unos instantes los ojos del vampiro.

-no tendría que trabajar? que clase de esclavo sería entonces? Que yo tenga entendido los esclavos sirven principalmente como mano de obra o como criados si lo que quiere el dueño es compañía tan solo.-

Susurró algo más bajo ya con otro tipo de curiosidad. El hombre frente a él era muy atractivo ademas de que le había gustado su amabilidad por lo que no podía evitar... "juguetear".

*Sonrió al chico, si...tenía razón en eso...¿pero para que andar dándose fama de un idiota que solo mandaba a los demás?...no...prefería llevarla tranquilo.
Le miró tranquilamente, elevando su índice como autoritario, aunque en juego por el hecho que le guiño uno de sus ojos, el derecho, al chico.*

-Seguirías siendo mi esclavo por que serías mío y solo mío...no me gusta compartir las cosas que me gustan...

*Bromeaba quizás, al teimpo que el mesero regresaba con los platos, dejaba el sushi frente al chico con sus respectivas salsas si este gustaba usarlas, la leche y el plato, abriendo esta depositaba el blanco líquido en el plato para que el gatito lo tomase, finalmente dejaba el plato del teriyaki frente al vampiro y la botella segunda que había pedido este, dio una reverencia a la clientela y se retiró.
El vampiro volvió a ver al chico nuevamente.*

-Por eso no tengo ningún esclavo que tenga de un lado a otro conmigo...por que ellos no quieren estar cerca de mi...dicen que doy miedo cuando me enojo...pero como es dificil hacerme enojar...solo me eh enfadado una vez en el barco... pero que va..algún día me tocará tener un esclavo que me quiera para cuidarlo bien... quien sabe...quizás y hasta hago que deje ser esclavo ¿no? ...

El chico miró aquel dedo que se alzaba autoritario con total serenidad y vio divertido el guiño del mayor. Cuando acabó de hablar se volvió a retirar un poco hacia atrás ya que veía que venía el camarero y asi le dejaba la mesa libre.

-Lástima entonces que yo no sea de nadie.-

Dijo justo antes de que el camarero apareciera depositando el plato de sushi frente a él así como el plato de leche y del teriyaki. Daniel dejó el plato de leche en el suelo justo debajo de su silla para que no molestara a nadie al pasar y bajó al gatito al lado que al ver el alimento empezó a beber con rapidez.

Cuando alzó la vista se quedó mirando el palto con ojitos confusos, al ser un restaurante bastante lujoso los platos siempre tenían esa decoración tan peculiar a la hora de colocar los alimentos y el joven chico no sabía muy bien como empezar a comerse aquello sin estropearlo. Alzó la vista cuando el moreno comenzó a hablar de nuevo dedicándole una encantadora y sincera sonrisa que muy pocos era afortunados de ver.

-En ese caso ese esclavo será muy afortunado, si tan solo tiene que aguantarte golpes de furia en momentos puntuales no será para tanto.-

Comentó aunque bajó la cabeza con su mirada de nuevo ensombrecida recordando que justo por un golpe de furia sus padres habían sido asesinados por el vampiro que les poseía.

-Pero espero que sepas controlarte y no le dañes...-

Recriminó en voz baja.

*Su diestra acomodo los negrizcos cabellos que descendían en su espalda y se inclinaba para ver al felino tomar aquella leche rápidamente, sonrió.*

-Vaya...alguien si tenía hambre...

*Se integró nuevamente con tranquilidad, con una suave sonrisa en los labios, miraba al chico con aquellas rojizas iris que no expresaban más que tranquilidad e incluso refineza....tal cual alguien de alta categoría, escuchaba sus palabras...y sus gestos...el lenguaje corporal era bueno para saber lo que uno quería decir cuando no gustaba del uso de palabras, ese caso no fue la excepción.*

-Tranquilo....creeme que hacerme enojar es un milagro...

*Tomaba la copa para tomar un poco más de el rojizo contenido de esta, deleitándose con el sabor tan dulzón que obtenía con cada sorbo a la copa, cristalina manchada de carmesí por un circular movimiento que realizaba para manchar la cristalina pieza.
Volvió a ver al muchacho con la plena sonrisa en sus labios.*

-Sabes...creo que si quisiera un esclavo...uno especial...sin duda sería uno como tu...

*Susurró.*

-Honestamente me pareces una persona demasiado bella interna y externamente como para que andes en un sitio como el que dices vivir...quisiera ayudar..aunque claro que la gente de el barrio bajo seguro odia a los vampiros ¿no?...

*Recargó su mentón en su palma derecha y el codo diestro en la mesa, para estar cómodo, su zurda sujetaba la copa y seguía haciendo quel circular movimiento para hacer un efecto remolino en el contenido de la pieza de cristal.*

-Pues espero que no se cumpla ese milagro.-

Comentó cogiendo los palillos con bastante agilidad, se notaba que solía usarlos a menudo y los tenía correctamente sujetos entre sus manos pero aún no se decidía a coger ningún trozo en concreto del decorado plato.

Al oír las palabras del vampiro no pudo evitar esbozar una sonrisa casi imperceptible y ruborizarse de la misma manera pero aún asi le apuntó con los palillos desafiante.

-Me conoces de tan solo un rato no digas tan rapido esas palabras por que podrías estar equivocado.-

A pesar de su tono algo desafiante el joven le sonrió de forma sincera diciendo que aquello iba como medio en broma, que en realidad era una especie de reto a que le conociera mejor y descubriera si no se equivocaba o no.

Bajo su vista de nuevo al plato con la punta de los palillos graciosamente apoyadas sobre sus labios mientras el chico miraba la comida con aspecto curioso y dubitativo lo que le daba un aire despistado y tierno a la vez.

-Bueno.. no vivo tan mal. En realidad no vivo por esa zona aunque sí próximo a ella por eso voy bastante además que es la zona donde suelen dejar por lo general a los animales abandonados. Yo vivo en una casona abandonada a las afueras casi al límite del bosque. A la parte superior de la casa no me atrevo a subir por que tiene varios agujeros pero la planta baja está en bastante buen estado, tengo una cocina y un baño decentes y justo atrás cerca corre un río donde consigo agua potable. Lo malo es que está lleno de gatos y claro está algo sucia pero más que nada lo está de pelos de gato asi que no me incomoda mucho.-

Explicó finalmente decidiéndose y cogiendo uno de los trozos y sin mojarlo en ninguna salsa se lo llevó a la boca metiéndoselo entero por el hambre manchándose con unos pocos granos de arroz la mejilla.

*No lo evito...¿Para qué evitarlo?...rió ante sus palabras y tono de desafio, como si lo retara....igual, ese gesto que le hizo, inmediatamente le indico que era una broma; elevó el índice y le apunto, su gesto intento ser serio, aunque no pudo muy bien.*

-Yo jamás me equivoco... prrr jajajaja espera...otra vez, no me salio bien...jajajajaja...

*Arremedó toser y seguidamente tomaba el par de palillos que tenía el...no tan hábil como el chico, aunque fuese un cliente regular de ahí, le era algo dificil manejar los palillos tan profesionalmente como el muchacho, aunque no significaba que no supiese como usarlos.
Tomaba con cuidado con los palillos una muestra de el arroz cocido con sus respectivas especias y verduras, cual llevo a sus labios para comerlo, cerró sus ojos al probar bocado, como por inercia, abría el ojo derecho para ver al chico, escuchando sus palabras...ese lugar donde vivía, tenía sus ventajas y sus desventajas por supuesto...pero en si creía que debía ser un sitio hermoso entonces.
Apuntó con los palillos a la mejilla del chico, donde yacían los restos de el arroz que tenía.*

-Te quedó algo ahí... y ...me imagino el sitio que me cuentas...sin duda debe ser un lugar hermoso, espero algún día me invites a conocerlo....

*Sonrió suavemente, afable...como solía hacerlo.*

El vampiro contagió su risa al joven que se rió también levemente, algo completamente insual en él, riéndose con un sonido risueño y armonioso.

Cuando le indicó lo de los granos de arroz se lamió la mejilla sacando su lengua hacia un lado en un gracioso gesto hasta que finalmente decidió que era mejor coger la servilleta para limpiarse.

-Puedes venir cuando quieras, incluso más tarde si te apetece. En cuando acabemos pensaba ir directo a mi casa a que el pequeño conociera a sus nuevos compañeros.-

Comentó mirando hacia abajo donde vió al gatito tumbado junto al bol ya vació y bajando su mano lo tomó con cuidado depositándolo de nuevo sobre su regazo donde el felino se quedó medio adormilado feliz y satisfecho.

-Y hermoso bueno... lo debió de ser ahora ya... según cual sea tu concepto de belleza. Aunque la zona si que es bastante bonita.-

Continuó antes de seguir comiendo esta vez algo más tranquilo saboreándolo más... un leve rubor subió a las mejillas del joven.

-Que rico... está delicioso no recuerdo haber comido nada tan rico...-

Él chico nunca había estado comiendo en un restaurante como aquel y aunque él sabía concinar nunca se podía permitir comprar buenos ingredientes y las comidas no le salían tan buenas como deberían.

-Perfecto, me encantaría conocer tu casa mas tarde...igual podría yo invitarte a conocer la mía....si te gusta puedes quedarte...es solitaria y solo la servidumbre es rastro que la casa no esta abandonada...

*Posaba un poco del alimento en sus labios, con los palillos, comiéndolo seguidamente, tranquilo, tomaba la servilleta para limpiar sus labios y observar al felino adormecido que yacía en los brazos del chico, y el joven con ese rubor, ¿no había probado un alimento preparado profesionalmente?...sin duda le parecio adorable ese tono, le dedico una sonrisa suave.*

-¿Sabes como imagino tu casa?...en medio de un bosque, árboles verdes con animales bonitos como ardillas, conejos y demás seres, arbustos donde los animalitos se ocultan y hacen sus madrigueras, un riachuelo a un lado de una cabaña de buen tamaño...y en esa cabañita en el techo, terraza y demás, muchos gatitos tan bonitos como ese que tienes...

*Tomaba nuevamente del platillo y seguía comiendo tranquilo, aunque su organismo no aprovechara los nutrientes, era capaz de digerir, así que no habría problema, acompañaba su alimento con aquella copa que tenía.*

El joven bebió un poco de agua mientras escuchaba sus palabras dejando la copa a un lado.

-Podría pasar a visitarla pero quedarme... eso no... soy incapaz de abandonar a mis pequeñines.-

Susurró rascándo la cabecita al gatito adormilado mirándole con gesto tierno.

Comió un poco más de sushi degustándolo lentamente casi con los ojos cerrados pero sin dejar de escuchar en ningún momento al vampiro.

-bueno.. si lo miras desde un punto de vista idealizado podría ser así. En realidad es eso una casona que en su día fue lujosa pero que ahora está descuidada y medio derruida en los pisos superiores, y el jardín está lleno de plantas salvajes que crecen como quieren y el río cercano es un arroyo suave nada del otro mundo. Así que no te esperes gran cosa por que te defraudarás. Para mí es suficiente para poder vivir con cierta comodidad y mis pequeños tienen mucho espacio para jugar y saltar por donde quieran así que me es más que suficiente.-

Se notaba que Daniel era un chico sencillo y modesto que necesitaba de muy poco para poder ser feliz y sentirse agusto aunque en esos momentos aún le faltaba algo...

*Su mirada se fijaba en la del pequeño y el gatito al ver como este daba mimos al felino el cual dormitaba agusto con el por lo que podía ver.
Volvió a verle y a escucharle....sus gatitos no podía abandonarlos, no había problema...con llevarlos a la casa y dejarles en el jardín, seguro no habría problema, pero todo era si el chico quería, sino simplemente le visitaría.*

-Ah pues mira...¿te parece mudarte a mi casa?...puedes llevate a tus pequeños amigos contigo...la casa es espaciosa y cabremos todos...claro que si no quieres puedo ir yo de vez en cuando a tu casa...tu sabes...platicar, comer, cosas así...es bueno tener compañía agradable, tu sabes....

*Tomaba la copa y la mecía para que el líquido tuviese un efecto remolino.*

-¿Te parecería bien?...

Bebió un poco de agua mirando con un ligera extrañeza al vampiro sonriéndole después tras dejar la copa con una sonrisa levemente pícara.

-Parece que tienes muchas ganas de que me vaya a vivir a tu casa no? pero por el momento no me convences. No creo que fuera a estar cómodo en un lugar tan lujoso y de seguro solo con estar un día en tu casa con mis gatos nos mandarías otra vez de vuelta a la calle. Tengo muchos y te dejarían la casa echa un desastre, te tirarían todo y acabaría la casa sucia y llena de pelos... gracias pero no... no quiero hacerme a la idea de ir a un lugar para luego ir de nuevo a otro.-

Comentó algo deprimido ya que por una parte le gustaría ir a vivir en compañía de aquel hombre pero por otra no quería hacerse ilusiones en vano, la vida le había enseñado a ser realista, y más bien pesimista.

-Tú puedes venir cuando quieras aunque te aviso que no tendré mucho que ofrecerte salvo mimos de gatos igual jeje...-

Añadió ya que eso de que fuera a comer no le era posible al joven que casi no tenía para comer para sí mismo como para invitar a otra persona, aunque no se paró a pensar que "invitarle" a comer al vampiro podría hacerlo y de forma totalmente gratuita, por lo menos monetariamente.

*Dejaba la copa en la mesa con tranquilidad, acercándo su diestra a donde el felino yaciénte en los brazos del chico para apenas dar una caricia a su cabeza, no muy fuerte para no despertarle.
Miro al chico y manteniendo aquella sonrisa suave y afable, posó su índice en la punta de la nariz de el menor.*

-Bueno...no tengo problema alguno....la casa esta demasiado limpia y si tus gatitos la hacen un desastre...simplemente se limpia y ya....en tanto a lo que dices que te hecharía a la calle...lo dudo...me agradan los animales...no me gustaría ver gatitos en la calle...mucho menos a chicos...

*Retiraba su índice de la nariz ajena, recargándose en los codos en la mesa y su mentón en sus palmas, observándole con tranquilidad.*

-Y por supuesto que me gustará mucho ir a tu casa....a recibir cariñitos como tus gatos, jajajajajajaja...aún así...

*Cerró sus ojos, con un gesto sereno completamente.*

-La oferta de mudarse a mi casa seguirá en pie....cuando quieras un nuevo lugar donde vivir...mi casa podría ser una opción...estará abierta de puertas para ti y tus gatitos... ¿vale?...

El joven se encontraba con la mirada gacha fijándose en el gatito que dormitaba feliz y cuando vio esa mano grande que acariciaba al felino alzó la mirada recibiendo un toquecito en la nariz que hizo que después la moviera graciosamente como lo haría un conejito.

Sonrió ante lo que le dijo y asintió con la cabeza.

-De acuerdo lo tendré como una opción aunque... debería de confesarte algo... pero no se si debería...-

Susurró casi lo último muy bajo mirando hacia los lados nervioso ya que no estaba seguro de si debía decirle a Abel que en verdad él no era ningún neko sino que en realidad era un humano normal y corriente.

-Bueno mejor... secreto... de momento.-

Sentenció sonriéndole algo pícaro, no quería que luego el otro se enfadase por haberle estado medio engañando pero tampoco se sentía dispuesto a desenmascararse tan pronto.

*Observó nuevamente al chico, parecía duditativo si decir o no...¿decir qué?...Oh, apenas entendía...un secreto....aún así, simplemente le sonrió, volvió a poner su índice en la nariz del chico, quizás para hacerle repetir el mismo movimiento de conejito una vez retirase el dedo, le había agradado ese gesto.*

-Oh, el gatito guarda un secreto...vale, será cuando quieras decirlo...

*Sonrió nuevamente y retiró su mano para así con un ademán de la diestra indicar a un mesero que se acercara, el cual obedecio sin más y le pidio la cuenta, el vampiro la recibía y leía para ver que todo estuviese en orden, seguidamente se levantaba con tranquilidad para meter diestra en pantalón y sacar la billetera, dándo un par de billetes al mesero para pagar.
Seguidamente fue a donde el pequeño neko y le sonrió inclinandose un poco hacía el.*

-¿Satisfecho o quieres un postre?...por mi no hay problema, tu pide...

Cuando le volvió a golpear la nariz movió su nariz de igual modo de forma instintiva para frotarse después con el dorso de la mano.

Al ver como pagaba a Daniel le dio algo de rabia que tubiera que pagar él también su parte.

-No gracias estoy bien, además no me gustan demasiados los dulces...-

Cuando el camarero se marchó le agarró de la manga tirándole levemente para llamarle la atención mirándole con expresión algo preocupada.

-Oye te.. te pagaré mi parte... pero ahora no puedo... aunque si te lo puedo pagar de alguna forma dimelo.-

Le dijo ya que no le gustaba andar debiendo nada a nadie.

-Bueno...

*Se integró y daba orden con su mano que el mesero podía retirarse ya, tranquilo posó su diestra en su cintura, recargando parte de su peso en la mano cómodamente, sintió como le tiró de la ropa para llamar su atención, cosa que funcionó a la perfección, volteando a verle.
Su gesto fue uno completamente desentendido cuando el chico le decía que le pagaría ¿de aquí a cuando se pagaban las invitaciones a comer?...se confundió un poco y arqueó la ceja, inclinándose posaba la mano en la cabeza del chico.*

-Tu tranquilo, te invite...y lo que alguien invita a otro no debe pagarlo el invitado...además, tu compañía fue suficiente paga para mi...es la primera vez que como con alguien a mi lado hablando y no diciendo ''se le ofrece algo , señor?'' ....fue entretenido, deberiamos volver a hacerlo algún día ¿sabes?...

*Retiró su mano y ofreció la misma al chico para ayudarle a integrarse de pie.*

-¿A donde os gustaría ir?...digo...quiero complacerte, quizás así te agarres más confianza hacía mi y seamos buenos amigos ¿no?...

El joven escuchó lo que le decía el vampiro bajando la mirada no muy convencido.

-Ya pero...-

Seguía pensando que le debía algo por la deliciosa comida que de seguro no debía de haber sido nada barata pero lo dejó aparcado pensando que la recompensaría en otro momento. Aunque las palabras del vampiro de que su compañía ya había sido suficiente pago le hicieron ruborizarse levemente.

"Es un hombre realmente amable... la verdad no me importaría compartir mi vida con alguien como él.."

Pensó sonrojandose aún más por sus propios pensamientos y negando con la cabeza intentando alejarlos de su mente.

Cogió al felino con una mano recargándolo con cuidado contra su pecho y con la otra agarró la del moreno levantándose.

-Pues preferiría ir ahora directo a mi casa, este pequeñín está cansado y lo mejor será llevarlo a que descanse. Pero puedes venir si quieres y así conoces el lugar si te gustan los gatos te encantará jeje.-

Habló dedicándole una sonrisa encantadora, el joven no recordaba la última vez que se había encontrado tan agusto en compañía de alguien que no fuera un animal.

-Y si eso... cuando lleguemos te contaré mi secreto..-

Susurró ya que si el vampiro estaba intentando ganarse su confianza él debía de responder del mismo modo y dejar de engañarle respecto a su verdadera naturaleza.

*Tomaba con suavidad y delicadeza, refinado, la mano del menor y le ayudaba a integrarse de pie lentamente, con aquella afable sonrisa, ese rubor que le notó antes....era encantador simplemente....
Con la diestra hacía un ademán que se retiraba, tranquilamente, volvía a tomar la mano del chico para poder caminar fuera del lugar, con tranquilidad...no sabía si el menor estaría de acuerdo, pero si lo veían solo seguro lo confundían con un esclavo fugitivo y eso...no sería nada bueno.
Saliendo del restaurante, volteaba con lentitud y una afable sonrisa a verle.*

-Pero por supuesto que me encantará ir a tu casa...sirve que conozco al resto de los gatitos ¿verdad?...

*Se inlcinó suavemente y besó con la firaldad de sus labios el dorso de la mano del chico, en un ademán de agradecimiento.*

-Y por cierto, gracias por no rechazar mi invitación a comer...es un honor compartir tiempo de calidad con alguien agradable...

*Cerró sus ojos y ladeó su cabeza en ese tan afable semblante que tenía.*

El joven le siguió fuera del restaurante con una mano sujetando al felino y la otra tomada por el mayor que le guiaba un poco por delante. Normalmente a Daniel le habría molestado ese tipo de contacto pero en ese momento más bien le agradaba.

Cuando tomó su mano de nuevo el joven no pudo evitar pensar como se debía de sentir esos fríos pero tersos labios sobre otra parte de su cuerpo parecida... Al darse cuenta de lo que estaba pensando su rostro se puso rojísimo de golpe y retiró la mano mirando hacia abajo.

-No.. no hagas eso que me da vergüenza...-

Susurró intentando disimulr.

-Y gracias a tí por invitarme a comer una cosa tan deliciosa además tú si que eres una persona agradable. YO por lo general suelo ser más frío y reservado.. sobre todo con los vampiros.. la verdad es curioso me das.. confizana o algo..-

Acabó hablando en alto sus propios pensamientos y para seguidamente mirarle sonriente.

-Bueno vamos que el camino es algo largo pero tranquilo que me se un atajo desde el que llegaremos pronto desde aquí.-

*Notó aquel leve tono rojo de su rostro y el como intentaba disimular, cerró sus ojos y no evito sonreír acompañado con una leve risa.*

-Jaja..esta bien, no quiero que te sientas avergonzado de mi...

*Le guiñó un ojo, volviendo la vista al camino, deteniéndose, recordando que el chico era el que sabía el camino, volteaba a verle con tranquilidad, posando la diestra en su cabeza, inclinandose un poco al frente, dejaba que ebras negrizcas descendiesen por sus hombros, palmeando suavemente y sin fuerza alguna, delicado, la cabeza del menor.*

-Que bueno que te agrade, por que tu me agradas bastante a mi...y descuida...tu tambien me inspiras mucha confianza...ya ni con los trabajadores soy así...

*Dirigió la diestra al frente, como dando paso al chico.*

-Ahora...¿qué os parece que vois me diriga a su morada?...apuesto que será divertido...

*Sonrió suavemente, como solo el sabía, como acostumbraba, afable, casí risueño.*

El chico le sonrió sincero aún levemente sonrojado retirando con cuidado esos mechones de cabello negro que caían sobre él mirando un poco hacia arriba ya que no era bajito pero tampoco era demasiado alto.

-Me alegro. Y mi casa está algo lejos pero desde aquí no mucho si vamos a paso ligero. Lo que hay que haces es salir de la ciudad está cerca de los límites del bosque. Vamos!.-

Animó entusiasmado dirigiendo al moreno con paso rápido y ágil como él solía caminar por algunos callejones hasta que finalmente salieron de la ciudad y siguieron caminando por un camino poco transitado que les acabaría llevando a la casa en cuestión de unos cuantos minutos.