Hora de la verdad (?) -priv-

Kiba abrió más las piernas al sentir como la lengua del mayor hurgaba entre sus ingles, provocándole tenues suspiros y gemidillos retenidos. Alzó un poco la cadera y la adelantó levemente para que la boca ajena recorriera aquellas partes con más detalle, intensificando el tacto y dejando sentir al lycan todo aquello de una manera más placentera.

Quería que fuera brusco, que esta vez no se detuviera por nada y lo embistiera más salvajemente que nunca; ya que esa seguramente sería la última vez en muchos meses, así que deseaba disfrutarlo lo más posible.

Con una de sus manos continuó masturbandose mientras que la otra mantenía sobre el escritorio sin recostarse completamente, con la cabeza echada ligeramente hacia atrás. Un fuerte sonrojo, como en muchas ocasiones pintaba sus tersas mejillas y parte del flequillo caía sobre su frente con brillantes gotas de sudor.
-Nghn~...

Tomó uno de aquellos sacos en su boca, chupándolos e impregnándolos con su saliva hasta que lo hizo con ambos a la vez. No cesó en sus caricias a los muslos de su amado ni en los suspiros constantes para hacerle saber lo mucho que su presencia le trastornaba.

Mantenía los ojos abiertos en todo momento, mirando sus ojos excitados y la deliciosa erección frente a sí. Le levantó ambas piernas por los dobleces, con la finalidad de dejar libre y más accesible la entrada del menor, a la que luego de degustar sus testículos, bajó a atacar a largas lamidas; a morder cada tanto sus glúteos para terminar penetrándole en diminutas embestidas con la lengua.

Saboreó alebrestado cada pared de su estrechez, sintiendo como ésta apretaba su lengua, la que sacaba para volver a humedecer a lametones y succiones antes de volverse a introducir.- Kiba...- Jadeó, aumentando la velocidad en sus "estocadas".

Delirante por el gozo continuaba masturbándose con una mano, rápidamente y apretando la palma, mas contradictoriamente sin querer acabar aún. Sentía su sexo arder como en llamas, y deseaba de una vez unirse con el mayor.

Mientras poco a poco se recostaba más sobre el escritorio, levantó sus piernas dando lugar a la lengua ajena, que pronto comenzó a arrebatarle suaves gemidos entre desesperados y gustosos.
-Ahm... O-Osten.. nngh..

Miraba las delicias ajenas con infinito gozo, lamiendo de ariba a abajo la entrada que estaba a punto de atacar con su propio sexo.

-Kiba...-Mencionó el maor, antes de subir a mordiscos suaves con los colmillos por uno de sus costados, palpándole los muslos entre más subía, se deshabrichó los pantalones, antes de besarle con total hambre y entrega.

En ese momento, se separó con cuidado de no aplastarle en ningún momento y sirviendose de sus manos le atrajo cuando se interno entre sus piernas, encallando en el cuerpo delicioso que el menor le ofrecía. Gemidos agitados ocuparon la boca del vampiro cuando lentas y placenteras embestidas se hicieron del cuerpo del lycan.

Al momento en que el mayor se separó, retiró la mano de su sexo erecto y rodeó con ambos brazos una vez más al vampiro por sobre los hombros, abriendo más las piernas para así ser penetrado con mayor facilidad.
Su erección rozaba con el vientre ajeno a cada embestida que recibía, mientras que gemidos más y más fuertes dejaba escapar de entre sus labios a medida que el ritmo aumentaba.
-¡A-Ah..! Ngh.. m-más fu-fuerte! ¡Anngh!
Le rogó entre beso y beso que le daba, degustando con su lengua la boca del contrario.

Le miró con una sonrisa, lujurioso y jadeante, le tomó entre brazos hasta hacerle sentar. Sus manos recorrieron con ansias locas el cuerpo del menor. Le besaba con ahínco, correspondiendo a su pedido con embestidas más fuertes y más profundas.

-Ah, cariño...-Suspiró contra su boca, moviéndose de adelante hacia atrás, estrechando deseoso la faz entera que pertenecía al castaño; diminuta como era, no importaba, le parecía fascinante, deliciosa.

Su cuello se comió a besos, antes de a ligeros mordiscos abrir apenas un delgado corte en su piel que le diera acceso al precioso líquido que su amado contenía. Un poco, un poco solamente, lo suficiente para saciar su antojo, lo suficiente para no dejar adolorido a su pequeño ni dejar sin reservas al que estaba por venir.

Regresó a sus labios, se sirvió de ellos, entre lametones y chupones, dejando en la boca ajena el sabor dulce de la sangre que le había quitado. En movimientos cadenciosos acompasados por el temblor del escritorio y los papeles y lapiceros que sobre éste yacían, se unía con fervor al cuerpo de Kiba, susurrándole al oído versos amorosos y gemidos excitados.





~*~
He andado a full con cosas de la escuela y stuff sentimental, prometo conectarme más seguido. Lo siento~ D:

Luv ya <3

[No hay problema~ Yo tambien ando muy ocupada con los examenes y demás, así que tambien pido disculpas por si no puedo responder tan seguido~ Igual, no te preciones, nadie te obliga a contestar a cada rato ^^]

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Dejándose llevar se acomodó tal como el vampiro lo movía, con sus orbes entrecerradas, sentándose y dejando los brazos al rededor del cuello ajeno sin separarse de éste. Deseoso le miró a los ojos, un tanto adolorido por las duras embestidas mas superándo ésto gracias al placer que opacaba a aquello de una manera exquisita.
Al ser mordido dejó oír por su parte un par de quejidos que terminaron transformándose en suspiros tenues, inclinando la cabeza hacia el costado contrario para dejarle espacio a su amado, permitiéndole beber cuanto quisiera.

Lo besó luego con pasión y candente, relamiendo los labios del otro y saboreando su propia sangre, prestando más atencion a explorar la boca ajena con la lengua y entrelazar las mismas apegándose a él.
Finalmente, muchos espasmos fuertes recorrieron todo su cuerpo que le hicieron cerrar un poco las piernas y así hacer su entrada más estrecha, sintiendo el ardiente miembro del vampiro en sus paredes, deseoso de ser llenado con la semilla del otro.
-¡O-..Osten!... A-ah.. ya no... ahnngh~.. pu-puedo...
Gimió entre beso y beso con desesperación, estando a punto de terminar.