Hora de la verdad (?) -priv-

Se le quedó mirando con una pronunciada ceja arqueada, miró al chofer por el retrovisor y se encogió de hombros sin más remedio.

-¿Y si sale positivo? - Suspiró soltandose del agarré del muchacho, no esperaba que le contestara la pregunta, puesto que ya lo había hecho la noche anterior.

El coche se encámino al estacionamiento del hospital de la isla y les dejó en la entrada de este, el vampiro salió primero, alargando la mano para atrapar la de su compañero en silencio. Le encaminó por los pasillos hasta el consultorio propio que el castaño, ya conocía bien.

-Pues...por eso.-Señaló el viente del lycan.-De ser cierto...serían mas de 4 semanas ya.- Dioses ¡¿y ninguno de los dos se había dado cuenta?! Después de dormir juntos, comer juntos y estar horas uno practicamente encima de otro.-Vas a tener que llenar uno de estos, querido.-

Le anunció sacando de uno de los muebles un frasco de plástico, que le dejó en las manos luego de acercarse a él.- ¡No has hecho aún del baño o sí? -

Le siguió silencioso, con la mirada baja y un notable sonrojo en sus mejillas. ¿Porqué el mayor hacía tantas preguntas? Kiba bien sabía, o al menos suponía, que Osten notaba su incomodidad, pero aún así el mayor seguía diciendo esas cosas tan embarazosas.

Entró al consultorio con desánimo, tomando entre manos el frasquito recién entregado, con el cual en verdad... no tenía idea de qué rayos hacer, pero le daba una tremenda verguenza preguntar.
-...¡O-Oye! N-No lo digas tan alto.
Refunfuñó al oír lo último, que si bien le había avergonzado, por lo menos ayudaba a aclarar un poco las cosas.
-E-En do..donde se supone que.... ya sa-sabes, lo.... llene. ¬¬U

-Estoy hablando como siempre...-Dijo al otro con el cejo fruncido, cuando le entregó el frasco y al oir su pregunta sólo señaló hacia una puerta que había detrás de su escritorio.

-Hay un baño ahí. Pero si quieres hacerlo aquí, tampoco tengo ningún problema.- Le sonrió, intentando cortar la tensión en el ambiente mientras caminaba con algo de inquietud a abrir la ventana del pequeño consultorio.

-Puedes tomarte el tiepo que quieras, si te hace sentir más cómodo...-Dijo aclarándose la voz. No es que fuera a dar otro tipo de muestras, que en realidad necesitaban su cierto tiempo de "concentración", pero cuando se ponía en aquel estado de presión, siempre solía decir sandeces sin sentido.

Se sonrojó más ante las primeras palabras del mayor, dandose cuenta de que el neurótico allí era él mismo. Bueno, no era para menos, ahora que estaba a momentos de saber si en verdad ocurría lo que se temía o si solo era un poco de sobrepeso.

Cuando el otro le señaló el baño, con las mejillas ardiendo se dirigió hacia allá sin cuestionar más. A pesar de los intentos del vampiro, Kiba dudaba que pudiera tranquilizarse en esa situación.
Tardó unos minutos y luego salió con el frasquito en la mano y la vista pegada al suelo, todo encogido de hombros por la aplastante verguenza. Le entregó el frasquito ya llenado, y se dio la media vuelta para ir a sentarse a una silla de allí cerca.

Le esperó fuera del baño con los brazos cruzados y cuando le entregó el frasco lo tomó en brazos.

-No te pongas así, Kiba. Es normal.- En realidad no, pero ¿qué importaba? No era nada realmente grave si se le miraba desde otra perspectiva.- No tardo ¿sí? No destroces nada.- Culminó, acercandose a la silla que el menor había elegido y se inclinó a dar un par de besos en su cabello castaño.

Acto seguido abandonó el consultorio para ir a dejar la muestra en el laboratorio del hospital, lugar al que no le gustaba demasiado involucrarse, porque el aroma de los exámenes de sangre le abrína bastante el apetito. Pidió como urgente la propia y esperó ahí. Pensó en volver con Kiba, pero imaginó que se pondría histérico si regresaba sin respuesta.

Al cabo de tal vez una media hora o más, volvió al consultorio con un sobre en mano que no se había atrevido a abrir. Cerró la puerta trás él y se apoyó contra esta mostrándole el sobre de papel.- Aquí está. ¿Quieres abrirlo?-

No le respondió; no se encontraba lo suficientemente calmo como para hacerlo, y antes que comenzar a gritar histérico sin razón aparente, prefería mantenerse en silencio.
Tras recibir los besos con la cabeza gacha observó irse al manor, quedándose en la silla, con las piernas medias abiertas y las manos entre éstas, sobre la silla, balanceando los pies en el aire. Esperó todo el rato sumamente impaciente, pensando y poniéndose más nervioso a cada minuto. ¿Qué tanto cambiaría su vida en caso de que saliera positivo?... No estaba muy seguro, pero de lo que no dudaba, era que la hija de su ahora prometido y "la abuela" de seguro querrían matarlos a ambos. Y ese no era el único problema; lo peor era que Kiba no era ni siquiera lo suficientemente responsable como para no causar destrozos o hacer un escándalo por cualquier cosa... ¿Cómo cuidaría a un hijo siendo él mismo tan inmaduro?... Que problema.

El tiempo pasó bastante rápido ya que le era fácil distraerse mientras se ponía a pensar. Antes de darse cuenta, Osten ya había entrado nuevamente, con el sobre en la mano.
Dio un respingo y se levantó de inmediato, aunque no se atrevió a acercarse.
-A-A-Abrelo t-tu... -Pidió tartamudeante, mirando el sobre y sintiendose al borde del desmayo.

-¿....Y-yo?-Puso cara de fatalidad, mirando al castaño ens u silla y tomó con ambas manos el sobre, intercalando sus miradas al sobre y al chico.

Suspiró y encogiose de hombros al no tener ninguna otra opción y ciñó con fuerza el papel, recogiendolo a la altura del pecho y luego de un sólo movimiento, abriendolo de uno de lso extremos.

Desdobló la hoja, sin dejar de mirar al chico, con el pecho latiendole a todo lo que daba. ¿cuándo había sido la última vez que había estado al borde de la verdadera histeria? Incluso las manos le sudaban. Decidió respirar un par de veces más, apretó los párpados y bajó la cabeza para al abrirlos encontrarse con el resultado definitivo.

POSITIVO

Estaba con mayúsculas letras rojas. El aliento se le fue unos segundos, pero en su rostro a pesar de todo no hubo mayor expresión. Medio minuto o tal vez más fue lo que le costó, caer en total cuenta, para comenzar a caminar hacia Kiba con la mano extendida para darle el papel.

-Vamos a tener un bebé...de verdad.-Fue lo único que se atrevió decir, en voz tan baja como un murmullo, cuando intentó sonreirle, son creerlo aún del todo, una sensación extraña la rebullía el pecho...tan distinta de cuando le habían dicho que Pandora iba a nacer.

Lo miró fijamente por todo ese rato que tardó en decidirse a abrir el sobre, con sus orbes grandes y amarronadas sobre la mirada del vampiro, sintiendo como sus rodillas temblaban. Cada segundo era tortuoso, y más al ver la expresión que había puesto el otro al leer los resultados, que delataban, a pesar de no definirse mucho, su nerviosismo.

Escuchó la respuesta e inmediatamente fue consciente del silencio sepulcral que se había formado en la sala. Se llevó una mano al rostro, tapándose la boca sin disimular su sorpresa, cubriendo a la vez parte de sus mejillas rojas... no se veía demasiado feliz, eso era seguro.
Sus ojos se cristalizaron en lágrimas de una mezcla de terrible angustia y algo de felicidad, que contuvo lo mejor posible. Y sin decir nada, dio algunos pasos hasta llegar al vampiro y lo abrazo con mucha fuerza, en un intento por consolarse. Se sentía como si todo su mundo fuese a destruirse por esa noticia, como si algo que cambiaría su vida estuviera próximo a llegar; cosa que era absolutamente acertada.
-O-Osten... -Tartamudeó sin decir más, sollozando, escondiendo el rostro entre la ropa del otro y arrugándola con sus manos que lo sostenían.

-Oh no ¿Porqué lloras?-Preguntó, rodeando al menor con sus brazos, agachandose a llenarle la cabeza de besos. -No llores, me haces senitr más culpable.- Dijo sonriente tomándole el rostro con ambas manos.

Si bien era cierto que aquello era una bomba de noticia, viendolo desde otra perspectiva, no era malo, claro, era problematico, pero no malo.- Está bien...es...-Tomó aire antes de continuar, trás buscar la palabra adecuada.- Es maravilloso, Kiba. - Pronunció besandole en la punta de la nariz.

-Tenemos mucho qué hacer y planear, para el bebé...así que no llores. ¿sí? -Le limpió los ojos suavemente con el pulgar. Mirandole con entera condescendencia.

Al ser tomado del rostro, alzó el mismo con las mejillas sonrojadas y los ojos cubiertos de lágrimas. Le apenaba tremendamente decirle el porqué a Osten, pero sentía que si no lo hacía, sería mucho peor cargar con ello solo.
-T-Tengo miedo, Os-sten...
Tartamudeó, aferrándose a él con más fuerza y todavía mirándolo a los ojos, sollozando. Aún cuando escuchaba las palabras del otro no podía tranquilizarse. Habían más cosas en qué pensar que al principio, y otros asuntos que aún no había podido resolver en su complicada mente, como... ¡¿Cómo rayos es que era fértil y ni se habia dado cuenta?!... Bah, ese era uno de los más simples de sus dilemas.

-Pe-Pero... yo no se qué ha..hacer, ¿Qué tal si soy una mala... -Bueno, la siguiente palabra que pronunciaría en verdad le hizo sonrojar más, avergonzado- ...mamá?

-Jaja, porsupuesto que no...-Bromeó aún besandole la cabeza.

Estaba consciente claro, de la corta edad de Kiba, tal vez demasiado corta para una carga como esas. Contaba con su madurez, adoraba su sensibilidad y aunque en ocasiones le temía a sus terribles problemas de conducta, lo consideraba en demasía responsable cuando se lo proponía. Sin embargo su temor era alguna complicación por su edad, que enfermara o con la combinación de genes de tan peleadas razas (vampiros y lycans) fuera a hacer estragos en el interior del chico.

Pese a todo, le abrazó fuerte y acarició el cabello con cariño. - Está bien, amor.- Masculló, tomandole por debajo de las axilas para sentarle en su escritorio y él a su vez en una de las sillas de pacientes, se aclaró la voz y le miró desde abajo.- No te preocupes, cualquier cosa que surja, nos haremos cargo juntos.- Tomó un respiro antes de seguir, arqueó una ceja y le miró con cierta incomodidad.- Siento...siento mucho, que hayas llorado y que estés en este estado, ha sido mi culpa...dime que no te ha dolido nada.-

Aún sollozando, se dejó cargar y sentar sobre el escritorio. Estando ya allí posó las manos sobre sus piernas y se inclinó un poco hacia adelante, para estar más cerca del mayor.
Ahora, más que nunca, tenía miedo de estar solo, de no tener apoyo de nadie o tener que cargar únicamente él con todas las responsabilidades que se avecinaban. Claro, sabía -o deseaba creer- que Osten no se separaría de su lado y que podrían cargar con todo ellos juntos... pero le tenía miedo al destino y a sus giros engañosos.

-N-No... no importa. No duele nada, así que e-está bien. -Susurró ante la última frase del vampiro, mientras se llevaba ambas manos a las mejillas para secarse una vez más las lágrimas que poco a poco dejaban de salir. Sonrojado y con pesar volvió a mirarlo, acomodandose como antes una vez más, con las manos sobre las piernas.

Se armó de valor para decir algo más, apenas teniendo en cuenta la posibilidad de que al mayor le incomodara lo que estaba por decir.
-Osten... T-tú siempre estarás conmigo, ¿Verdad?... A-A pesar de que Pandora o la abuela se e-enojen, ¿Tú me se-seguirás queriendo? N-No me dejarás... ¿V-Verdad?...

Le tomó las manos que reposaban en sus piernas, moviendolas ligeramente para tratar de amainar el nerviosisimo que fluían entre ambos en ese momento.

Antes de contestar lo último dicho por el castaño, guardó silencio unos instantes. Era obvio que el pavor que le tenía a ambas mujeres era enorme, mucho más que a la mayor, era a su propia hija, siempre había sido hija única y el vampiro estaba muy consciente de todas las faltas que había cometido como padre para con su princesa.

- ¿Piensas que no lo haría? - Cuestionó con una ceja arqueada, acercandose más al cuerpo ajeno. -En estos momentos no hay nada que me preocupe más que estés bien y estar contigo. Pandora, de una forma u otra forma tendrá que entenderlo y "ella"...bueno, a ella no tiene que importarle.- Recapacitó con algo de enojo en sus palabras, pero luego sonrió al menor.- Tú tmapoco vas a dejarme ¿verdad?-

Tras algunos sollozos, asintió con la cabeza a las palabras del mayor. Claro, no sería tan fácil como sonaba, de seguro Pandora se sentiría reemplazada o algo como eso, cosa típica en hijos únicos e infinitamente mimados, y en casos como ese. Y "la abuela"... de seguro ella se pondría histérica solo por el hecho de molestar a Osten o como reacción a los sentimientos de Pandora. Aunque bueno... esas solo eran las hipótesis de Kiba, quien con toda su alma esperaba estar equivocandose y que resultara que la noticia no atrajera un mal hambiente para la, ahora, gran familia.

-N-No.. -Respondió a la primera pregunta, inclinándose un poco más y mirando al vampiro a los ojos, con esos sentimientos de nerviosismo, inseguridad y melancolía mezclados en su mirada. -No te dejaría, j-jamás... Te quiero mu-mucho, no quiero estar lejos de ti..

Le miró con una sonrisa de aprobación a pesar de sus propios nervios y le correspondío con un diminuto beso en los labios.

-Si es así, entonces no hay ningún problema, Kiba. Será divertidísimo, ya verás.- LE revolvió el cabello con las manos se fue poniendo de pie, hasta colocarle las manos en los hombros.

-Pero claro, ahora tendrás que dejar de hacer tantas locuras, no podrás correr como antes y porsupuesto tendrás que reposar gran parte del día o el bebé se enfermará. Tambien tendrás que alimentarte mejor y...-Miró hacia la camilla pequeña de la que disponía en el consultorio.- Y creo que lo más apropiado esque sepamos en qué condición se encuentra el bebé...y bueno, principalmente quisiera saber si sera un niño y una niña para poder comenzar a comprarle todos sus regalos.-

Asintió con lentitud a las palabras del mayor, sonriendo levemente como para darse ánimos y entrecerrando los ojos, aún brillantes a causa de las lágrimas contenidas. ¿Divertidísimo, decía?... Bueno, no podía negar que de seguro se mantendría muy ocupado siendo 'madre' y todo eso, seguro sería entretenido.
Pero su expresión cambió a una de incredulidad cuando el vampiro dijo lo segundo.

-¡¿N-No correr?! Pero... me aburriré! No quiero reposar, no es divertido... a demás... -De inmediato sus mejillas se enrojecieron y miró hacia un costado, encogiéndose de hombros.- ...¿Tampoco podremos hacer... "nuestro ejercicio"?... No es justo ¬¬

-Podrás aprender a hacer chambritas y a cocinar...no sé si eso sea necesario para el bebé de cualquier forma...- Caviló y después de lo dicho se quedó pensativo con expresión infantil de insatisfacción.- Es verdad...bien, con cuidado, no tiene porqué pasar nada.-

Le sonrió con seguridad yendo de nuevo cerca de él, rodeándole el cuello con mirada maliciosas.- Es más...como después será más difícil, deberiamos comenzar a tomar ventaja o sería demasiado tarde después...claro, al final del embarazo, tendremos que recuperar tiempo perdido...-

Sugirió galante, depositando en su cuello delicados besos, acariciando ambos brazos. -¿No?-

-¿Cocinar?... Pero si yo ya casi no como ese tipo de comida, y tal vez él o ella tampoco lo haga. Y hacer... chambritas es más aburrido que reposar.
Replicó con disgusto, negando repetidas veces con la cabeza. Él no era precisamente sedentario, necesitaba hacer desgaste físico siempre que pudiera. Si estaba todo el día sin hacer nada, también tendría repercusiones en el sueño; se despertaría muchas veces al dormir o cosas así.

Se sonrojó más cuando el mayor dijo lo otro. Si bien no le disgustaba la idea para nada, le resultaba un tanto extraño, y más tomando en cuenta que, con lo exagerado que Kiba era, querría tener cuidado en extremo de ahora en adelante con aquella personita que ahora habitaba dentro de sí.
Se dejó hacer, cerrando suavemente los ojos con aquel sonrojo que adornaba sus mejillas.
-Mientras que sea c-con cuidado... -Masculló con timidez, rodeando con los brazos al vampiro por sobre sus hombros- ...Su-Supongo que estará bien..

-Muchísimo cuidado...-Susurró, cantante, mordiendole el cuello con los labios. cuando el otro le abrazó, bajó los brazos a su cintura, atrayedole al borde de la mesa.

-Trata, de no ser demasiado histérico ¿sí, cielo?- Le recordó, conociendo como era, podría comenzar con sus habituales exageraciones. - Seré tan suave como la mantequilla.- se jactó, desabotonando, uno a uno los botones de la camisa ajena, mirandole a los ojos,cuando se acercó a sus labios para besarlos vorazmente.

-¿Crees que el bebé escuche?- Cuestionó al menor con la ceja arqueada, segundos antes de inclinarse a lamer su pecho y marcarlo con pequeñas succiones por todo el ancho de sus pectorales.

Solamente asentía cuando el otro hablaba, entreabriendo los labios para soltar tenues suspiros junto a su cálido aliento. Al ser tomado por la cintura y acercado al vampiro, comenzó a acariciar apenas con las puntas de los dedos la nuca ajena, entrelazándolos entre las suaves hebras bicolor.

-¿Es malo que... lo oiga? -Le murmuró al oído, adelantandose un poco para no verlo a la cara, y así poder evitar que el mayor se enterara de su fuerte sonrojo. Casi por inercia entreabrió un poco las piernas y sacó pecho, apretando levemente los puños entre la parte de atrás del cuello de la camisa ajena.
-Osten... t-te amo... -Dijo frunciendo un poco el ceño, con los ojos cerrados.

-Podría volverse tan pervertido como tú~- Le dijo bromista, mientras deslizaba su camisa hacia abajo.

-Ow, yo tambien, querido, como no tienes una idea.- Le aseguró con voz melosa, tomandole el rostro por ambas mejillas, alzandole un tanto para besarle la boca. -Te amo.-

Le empujó sobre el escritorio hasta recostarle, sin dejar de besar su pequeño pecho y su cuello infantil, internandose entre sus piernas, quedando adheridos uno al otro a pesar de las ropas.

-Tu e-eres el que me pervirtió... Y no tiene nada de malo.. -Le reprochó ronco, tras besarle apasionadamente los labios, explorando el interior de la boca ajena y rozando la aterciopelada lengua.

Se dejó recostar sobre la mesa abriendo un poco más las piernas para darle espacio al mayor, apegándosele aún rodeandolo con los brazos y, luego del beso, echando la cabeza hacia atrás gozando de los besos y caricias. Casi como si tuviera apuro retiró un brazo de los hombros ajenos y la bajó hasta llegar a la bragueta, la cual bajó con ansiedad.

-Me alegra que pienses así...- Dijo con voz jadeante luego de aquel excitante beso. Siguió con su camino de caricias, degustando en el proceso, el pecho ajena, a lo largo y a lo ancho. Acarició uno de sus pezones con la lpunta de la lengua y le miró desde abajo con una sornisa juguetona cuando abrió sus pantalones.

Le ecantaba, cuando era así, le prendía a sobremanera que cada tanto, fuera el menor quien tomara la inciativa en ciertos jugueteos, por lo que se acercó un poco más y se abrió el pesado cinturón y botón del pantalón, al tiempo exacto en que a ligeros mordizcos tironeaba de la misma tetilla.

La voz del mayor le excitó aún más, mientras que ayudado con su mano con rapidez se quitaba los pantalones, a la vez que las zapatillas. Apenas se molestó en bajar un poco su ropa interior para tomar su propio miembro y comenzar a tocarse con lentitud; ya que no tenía intenciones de terminar aquello aún.

Quitó el brazo que aún rodeaba los hombros del vampiro y lo deslizó un poco más hacia atrás, acariciando suavemente la nuca de éste mientras que cerraba los ojos y echaba la cabeza atrás, dejando escapar los primeros gemidillos tenues.

Cuando miró al chico hacer aquello, sonrió con un pequeño toque de sorpresa. Debía aceptar que de aquella forma su pequeño licano se veía en demasía deseable. Se relamió los labios antes de besarle con total lascivia, mirando las castañas orbes.

- Ah cielo, luces delicioso, no pares ¿sí? - Le dijo en un susurro, echando los pantalones del menor a un lado con el pie, mientras se hacía un poco hacia atrás sin dejar de tocarle todo el cuerpo. Los muslos y el abdomen en caricias ansiosas. Le pareció que el abultamiento en su estómago, lejos de hacerle ver mal como el pequeño alegaba, le hacía ver en extremo dulce.

Se hincó frente al escritorio y aprovechando que el menor se estimulaba manualmente, él pudo aprovechar para usar la lengua a lo largo de sus ingles, mordiéndolas y saboreándolas antes de pasar a los aterciopelados testículos.- Nhm...-