Alzó las cejas sorprendido de la cantidad de dinero que cargaba un niño cómo aquel. Negó con la cabeza al tiempo que chasqueaba la lengua.
.- Eso no me va a alegrar el día, si es lo que piensas—dijo, metiendo las manos a los bolsillos de su chaqueta—Y ya te dije; si tanto quieres, pago yo; no voy a dejar que un niño como tú me pague el alimento.