Bajo la nieve -libre-

Jamas se imaguino que en esa isla pudiera nevar, peor en seior estaba nevando traia su abrigo blanco mientras caminaba por el lugar el parque ahora en lugar de revosar de verde rebosaba de blanco

-"simplemente hermoso"-dijo mriando haci also lados con la capucha tapando un poco su cara

-"adoro la nieve"-dijo extendiendo su mano para atrapar algunos copos

Blanco. Abundante y hermoso blanco que todo lo cubría. Era extraño que allí nevara, por lo que le parecía una maravilla digna de apreciar.

Traía guantes, bufanda y caminaba de la mano con Astatine, su gemelo, su par inseparable. No le importaba que los vieran así, pues estaba más concentrado en el hermoso paisaje que los rodeaba, y no tanto en lo que pudieran pensar las personas.
Sin embargo, a medio camino detuvo su paso y así también al pelirrojo, mirando con el ceño fruncido a un individuo rubio, no muy lejano. ¿Desconfianza? Si, probablemente eso sentía, era difícil confiar en alguien luego de todo lo que habían pasado.

Astatine había decidido que la nieve no le gustaba. Era fría y húmeda, se le hacía desagradable así que no estaba de muy buen humor. Suspiró y sintió que su hermano lo paraba, así que alzó la mirada haciia el rubio.

- ¿Qué pasa? - Preguntó frunciendo un poco el ceño al ver su expresión, apetándole un poco la mano.

-"Aaahhh deverias ver esto Go-chan jejeje creo que te gustara jugar entre lanieve"-dijo abriendo un poco su abrigo dejando que un pequeño cnejo con uan joya roja en su frente saiera y diera un par de saltos a su alrededor

-"jajajaja tranquilo"-dijo inclinandose y acariciandole la cabeza el conejito parecia disfrutar del acaricia y luego fue a dar un par de slatos en la nieve

-"ten cuidad go-chan algunos lugares osn un poco profundos"-dijo peor el conejo noto la presencia de alguien mas ahi y se dirijio hacia ellos dando slatos bastante largos y altos pues si quisiera podria saltar a la cabeza d ecualquiera d eun solo salto

Increíblemente no se habia dado cuenta del disgusto de su hermano. A él le encantaba la nieve, pues muchas veces él era en cierta forma como ésta: Frío e inmutable. Claro que, si lo hubiera sabido, no habría querido ir.

Estaba pensando quién sería aquella persona de hebras rubias, pero se distrajo con el animal que se paró en frente de ellos. Viró sus orbes, ahora grises, hacia la afelpada criatura, serio, ladeando un poco la cabeza.
-Ah, no... Nada.
Dijo a Astatine suavemente, sonriendo apenas leve. Siempre sospechaba de las personas, y gustaba de comprobar quiénes eran antes de exponer a su hermano ante un desconocido, a pesar de que fuera solo pasándole cerca.

- ¡Un conejo! - Exclamó Astatine olvidando su mal humor. Se agachó sin dudarlo y lo cogió en cuello, con una sonrisa ilusionada.

- ¡QUe bonito! - Dijo acariciando el pelaje del animal, sin preocuparse si a su dueño le parecía mal o no.- Arsenic, ¿Puedo quedarmelo?

Vió al cuadrúpedo ser tomado por el pelirrojo, y sonrió casi tiernamente, algo extraño en él. Ese día estaba bastante calmado, al menos hasta ahora, pero era difícil saber si de un momento a otro le entrarían ganas de matar a todos.

Soltó la mano de Astatine, mirando de cerca al conejo, y luego de reojo a su respectivo dueño; el rubio.
-Claro, pero si nos aburre lo usaremos para la sopa, ¿Nee?

Por lo regular era el conejo quien sorprendia a las personas pues era siempre quien daba un salto hacia ellso pero esta ves fue el quien s ellevo uan sorpresa cuando sintio como lo cargaban ovia sus patas traceras las cuales eran un pco mas grande sy alrgas que las dos delanteras y nego un poco con la cabeza

-"lo lamento pero jejeje Go-chan no ira con un extraño jamas, ademas no creo que se lo quieran comer despues de todo esta hehco de felpa"-dijo el rubio hacercandose con los dos chicos, auque en es emomento seguia negando un poco cn la cabeza diciendo que no queria que s elo llevaran cone s emovieminto disfrutaba las caricias y el epuqeño sonrojo en sus mejillas lo decia

Astatine se abrazó al conejo y miró al desconocido con expresión de "es mío". Fruntió el ceño y sus ojos tuvieron un leve brillo rojo, al ver que el rubio se acercaba. Lo examinó con la mirada y no detectó demasiado peligro en él... así que ese brillo volvió a desaparecer.

- Lo quiero para mi, me gusta.- Dijo ctal y como diróa un niño pequeño y caprichoso.

Al ver al sujeto acercarse, y más al oirlo hablar, se abrazó casi posesivamente a Astatine, como si quisiera protegerlo. Arqueó una ceja, mirando despectivamente al rubio.
Sin embargo no dijo nada, ya que justo lo que él quería decir había sido pronunciado por el otro. Solo abrazó también al conejo con un brazo, pues con el otro rodeaba al de hebras rojizas.

-Astatine.. ¿Crees que sea alguien malo?
Le susurró, solamente audible para su hermano.

Go-chan se remolineo cuando sintio mas la precion entonses si comenzo a querer safarse la gema d ela frete del conejo brillo un poco y desaparecio de lso brazos del chico apareciendo ene l suelo de nuevo y de un salto quitandole la capucha y acomodandose en el cabello del rubio

-"creo que ya lo asustaron"-dijos supirando al sentir como el conejo le jalaba un poco el cabello, pero busco algo en el interior del su abrigo

-"se que no es exactamente igual pero"-dijo sacando una pequeña esfera negra con un punto azul la cual dejo caer en el suelo esta se rompio y apareioc un peluche exactamente igual a Go-chan solo que de color negro y la jema de color azul lo levanto del suelo y lo extendio hacia el pelirojo

-"solo debes darle un nombre y en es einstante cobrara vda"-dijo sonriendo hacia los dos se veian que estaban un poco desocnfiados de el pero pensaba que eso serviria para darle sun poco de ocnfianza, siempr emantuvo uan sornisa amble en el rostro

- Si se atreve a hacerte algo lo mato.- Le susurró a Arsenic.

El pelirrojo negó con la cabeza al ver el peluche negro, aún siendo abrazado por su hermano gemelo. Frunció el ceño, no le había gustado nada que el conejo escapase de entre sus manos de aquella manera tan brusca.

- Quiero ese.- Declaró señalando el blanco.

Finalmente soltó al pelirrojo, tras haber mirado por un rato al conejo negro, con el ceño fruncido. Alzó una mano, señalando exactamente en la misma posición de su hermano al conejo. Parecía el efecto espejo si no fuera por el color de cabello, o como si fueran clones, pues estaban en posiciones exactamente iguales.
-Quiero ese.
Habló por fín a la par de su hermano, mientras la fría brisa desacomodaba los cabellos azulados.

-"Pues lo lamento pero Go-chan y yo jamas nos hemos separado, es parte de mi y yo de el, seria peligroso si se los regalara ademas"-dijo abraznado al conejo negro entre sus dos manos

-"es mi mejor amigo, lo he tenido desde hace años y uno no regala a los amigos asi verdad? dudo mucho que uno de ustedes se atreviera a regalar al otro verdad?"- dijo señalando a ambos

-"lo lamento"-dijo acariciandole la cabeza al peluche negro y guardandolo denuevo en uan esfera pequeña la cual volvio a guardar en su abrigo

Astatine se quedó callado unos momentos, sin saber como tomarse aquella respues. ¡Claro que no podría separarse de Arsenic! Antes muerto que lejos de él, eso lo tenía claro pero... no sentía pensa por el chico tampoco.

Se sintió aburrido y frustrado, y miró a su hermano.

- ¿Te apetece jugar con él? - Le preguntó.

-"Pues yo no tengo problema me gustan los juegos"- dijo sonriendo y sintiendo como el conejo jalaba la cpaucha para curbise del frio ya que ahora estab comodamente dormido en el cabello del rubio

-"peresoso"-dijo mirnado hacia su cabeza pero er anormal por lo regualr cuando hacia firo lo unico que hacia el conejo era dormir en suc aeza

Bajó el brazo con el cual señalaba y se puso la mano en el bolsillo, ignorando completamente el anterior palabrerío del rubio. Sonrio cínico de lado a lado, con esa expresión maléfica que únicamente ponía en esas ocasiones "especiales".

-¿Después quieres que juguemos con la bola de pelos también?
Inquirió por lo bajo, ladeando un poco la cabeza. Deseaba desaburrirse inmediatamente, y... ¿Qué mejor forma para hacerlo que manchando la hermosa nieve de rojo?.

-"Nnneee chicos creanme que no quieren jugar asi, yo prefiero cosas mas simples como el escondite quizas un juego de mesa, mmm guerra de bolas de nieve"- dijo pensando lo que se podria jugar en ese lugar no era tonto, todo lo contrario pero preferia jugar antes de pelear despues d etodo jamas le hbaia agradado pelear, y tenia la pequeña esperanza d eque lso dos jovenes prefirieran jugar a pelear

Astatine se soltó de su hermano, para adelantarse hasta el rubio y observarlo con detalle. Alzó una mano y acarició ligeramente su mejilla, notando la suave piel.

- La sangre tiene que quedar muy bien con ese rostro blanco.- Le dijo girándose hacia Arsenic, con una sonrisa divertida. Sus ojos lucían un poco rojos,.

- Vamos a jguar a una cosa, si nos entretienes un ratito con el juego que tu elijas, te dejamos ir. Si no...- Se rió como un niño travieso.- Nosotros elegimos el juego.

Ante las últimas palabras de su hermano solo se limitó a asentir con la cabeza, aprovando también su propuesta y sonriendo de lado. No estaría mal jugar a algo normal, y era aún mejor saber que, en caso de que se aburriera, aguardaba un juego mucho mejor.
Dió un paso hacia adelante y se cruzó de brazos, observando y analizando con la mirada al rubio.

No era que era que no supiera a que se referian los chicos pero el no era un hueso tan facil de roer y en compañia de go-chan aun menos, pero aun asi queria jugar

-"mmm a que podriamos jugar"-dijo pensando un momento sin mostrar siquiera un poco de miedo por que en relaidad no lo tenia

-"pues podria ser una guerra de bolas d enieve todos contra todos"-sugirio luego de pensar un momento

-"claro que tendriamos que esperar un momento para construir los fuertes"-dijo sonriendo

Astatine negó con la cabeza cruzándose de brazos, con un gesto de exagerado desagrado.

- No me gusta la nieve, esa fría y mojada, es desagradable.- Declaró con un suspiro y casi un puchero, su bipolaridad era exagerada, mucho más que la de su hermano.

Se abrazó a Arsenic y miró al chico, esperando una nueva proposición.

Al ser abrazado rodeó con un brazo los hombros del pelirrojo, con la otra mano en el bolsillo. Arqueó una ceja, pues recién en ese momento se daba cuenta de la opinión de su hermano respecto a la fría y blanca nieve. Se sintió mal al oírlo decir aquello, ya que él había insistido para ir al parque y ver dicho paisaje.
A pesar de todo no dijo nada con respecto a aquello, solo ladeó un tanto la cabeza, apoyandola sobre la ajena de hebras carmesí.
-¿Qué tal las escondidas?
Sugirió en voz baja.

-"Si quieren"-dijo sonriendo haciendo malabares con tres esferas d enieve que acababa de hacer era su forma de entretenerse mientras se decidian

-"y quien va primero? o como lo decidimos?"- pregunto aun hciendo malabares co las tres esferas