fiesta -libre-

Hacía siglos le habían gustado los bailes en las discoteques, pero últimamente no eran lo suyo, ni siquiera el ambiente del lugar. Prefería otra clase de sitios, eso era indudable, mas tenía que hablar con el dueño del local, que había solicitado hacía un tiempo una cantidad de droga para uso personal. Claro, habían tenido problemas, y ahora Jacob había llegado para exigirle un pago qe parecía no querer llegar. Cuando hubo amedrentado lo bastante al propietario, se dispuso a salir, pero entonces se fijó en un jovencito que conversaba... o al menos hacía algo parecido a conversar... con unos hombres que ya habían sobrepasado un estado 'normal' de embriaguez. En un momento dado, uno de ellos empezó a ponerse violento, y estaba a punto de golpear al muchacho cuando Jacob se interpuso y los ahuyentó.
-¿No eres un poco pequeño para estar aquí, chico? -Inquirió, porque no era capaz de calcular correctamente su edad... sabía que se trataba de un vampiro por su olor, y en ese sentido era difícil manejar cifras.
Le miró con seriedad, mientras encendía un cigarro, sintiéndose extraño por haber intervenido, ya que no era la clase de persona que se metiese en asuntos ajenos para ayudar-

Se quedó completamente desconcertado al escuchar su respuesta y su expresión, por lo general seria y fría, se transformó en una mezcla de sorpresa y risa al colocarle aquel chico el gorro de mapache. No se lo tomó a mal... el joven parecía algo extraño, así que podía comprenderlo.
-Ah, pero pareces muy joven, perdona mi mala expresión -dijo, algo sarcástico, pero sin mala intención-. Tienes que tener un poco de cuidado... ¿no te fijaste en que ese individuo había levantado la mano para golpearte?

Le miró como se mira a alguien que está loco al escuchar lo del gorro de mapache, pero entonces recobró la compostura y se rió en voz alta, jovialmente. Bien, hasta era posible que se divirtiese hablando con aquel joven.
-¿Tu gorro dice...? Ah, mi cabeza dice que es muy amable de su parte y que resulta calentito.
Claro, se le había ocurrido que tenía que hablarle de la misma manera y siguiendo su lógica, ya que de otro modo no le entendería.

Se echó a reír aún más fuerte al oírle, y aún rió más al ver aquel vaso de limonada sobre su cabeza. De acuerdo, era momento de olvidar toda lógica, sin duda.
Se acercó en dos pasos al joven vampiro y tomó el vaso con todo descaro, mojándose apenas los labios con aquel líquido.
-Disculpa, tu limonada me pidió que la probase.

Aquel gesto le cogió de imprevisto, pero se sacudió al chico de encima con violencia.
-Estúpido crío...
En un abrir y cerrar de ojos le vio en el suelo, con su vaso de limonada. Estaba bastante desconcertado, pero intentó no enojarse. Se quitó el gorro y lo dejó en manos del vampiro.
-Creo que el gorro quiere volver con su dueño.