Se había filtrado en la escuela, solamente para recordar "los viejos tiempos". Ya era casi el crepúsculo, cuando todos ya se habían marchado y estaba apunto de anocheser. Las aulas, vacías y silenciosas, perfectamente limpias y ordenasdas estaban a disposición del canino, quien estaba con un cuaderno y un lápiz frente a un pizarrón que al parecer habían olvidado limpiar, estampado de cálculos matemáticos complejos y casi inentendibles, mas que Kiba resolvía con una rapidez increíble sonriendo orgulloso de si mismo.
-Que tontería es esto... ¿Qué clase de profesores blandos tienen aqui?... El poder del asote hace aprender a cualquiera, igual que hacian conmigo..
Decía para si, terminando ya de resolver todo, y respirando con aburrimiento.