Nueva mercancia

La noche no tardó en adueñarse nuevamente de la bóveda celeste cuando los mercaderes vampíricos volvían a exponer sus mercancias a los mejores y abusivos precios, siempre dependiendo de la calidad de dicha mercancia. No era de extrañar que, en aquel lugar, abundaran los esclavos humanos, e incluso algunos híbridos. Pero no era nada común la nueva adquisición que tenía el mercado costero. Una figura alta, de rasgos finos, rostro alargado y cuerpo esbelto con unas sensuales curvas apenas cubiertas por dos jirones de ropa que antes eran un vestido blanco se dejó ver entre la multitud. Su largo cabello blanco caía suelto como una gran cascada de platino y sus ojos se mantenían cerrados. En su cuello se cernía una especie de correa y, enganchada a esta, un rosario finamente tallado con un hermoso rubí en su centro. A pesar de las múltiples heridas que recorrían el cuerpo de la mujer esta seguía caminando con porte noble, altanera y desafiante para todo aquel que la mirase incluso a pesar de tener sus manos cruelmente atadas con grilletes que perforaban su piel en cuanto tirase más de la cuenta. Entró de mala gana en una de las celdas, siendo rodeada al instante por múltiples esclavos, la mayoría de ellos mujeres que temían por su vida tanto dentro como fuera de los muros que las aprisionaban. Ya solo le quedaba esperar a algún necio se dejara cegar por el deseo y la comprase mientras ella maquinaba un plan para escapar de allí.

estaba paseando por el mercado de esclavos, ya que, en mis ratos libre intentabarecordar aquellos momentos en los que estaba ahy, pense en cierto momento - por que no comprar a una amigo- se que se oye mal, pero aunque no lo quiera se tienen que comprar.De repente vi una gran cantidad de gente rodeando una celda, era aun gvampira a la que rodeaban, pues esas adquisiciones no eran recientes decidio comprarla.

- cual es el costo de ella?- pregunte al vendedor

La peliblanca volteó su rostro cuando escuchó la voz de alguien, un joven al parecer que deseaba comprarla. No abrió sus ojos por el momento, manteniendo así una expresión fría y desinteresada, aunque desafiante.

Vendedor: Tiene buen gusto señor. Es una pieza única sin duda -dijo mientras mandaba sacar a la esclava.

Tuvieron que obligarla a arrodillarse frente al lycan de ojos verdes y a que alzara su rostro hacia él aún manteniendo sus orbes cerrados, como si fuera ciega o simplemente no considerara necesario ver a quienes la doblegaban o, al menos, lo intentaban.

Vendedor: Es una vampiresa de pura casta -informó dejando que el interesado pudiese observarla bien.

Vendedor: Está planeado que sea el objeto principal en la subasta pero, si tiene una buena oferta, podría llevársela ahora.

-!levantela del suelo! si se daña antes de llegar a mis manos sabes que no se vendera-

- le ofresco, 100 diamantes, 30 afiros, 25 rubies y 20 sacos de oro-

(le ofrecio ayuda a la chica para levantarse)

El vendedor no tardó en hacer que ella se levantara, aunque no hizo falta alguna que la obligaran pues lo hizo incluso ignorando la ayuda que el ojiverde le prestaba. No era común ver a un noble ayudando a una esclava por muy purasangre que fuera.

Vendedor: No quisiera ser descortés señor, pero sabe tan bien como yo que podría alcanzar dos o tres veces ese precio en subasta. Tiene un cuerpo perfecto y su capacidad de regeneración es alta. Todas las cicatrices desaparecen en pocas horas -explicó, omitiendo el detalle de la marca que cubría el medio entre los omoplatos de la vampiresa. No era adecuado decir que estaba marcada si quería venderla a un alto precio.

si eso quiere, se quintuplica la oferta-

mientras llamaba a mis sirvientes, para que trajieran el costo de la vampira

Vendedor: Es un placer hacer negocios con usted caballero. Pero debo advertirle que es una pieza salvaje y su cuerpo sigue en perfecto estado. Puro e impoluto señor -su voz sonaba satisfecha. Había conseguido una gran suma por aquella rebelde de la que deseaba deshacerse en lugar de tener que soportar su carácter.

Por su parte, Moka abrió sus orbes por primera vez en todo aquel día, mostrando sus rubíes de sangre que se clavaron en las esmeraldas ajenas. Observó con altanería el cuerpo del licántropo, como si lo criticara sin decir palabra alguna.

Vendedor: Por cierto, debéis tener cuidado con el rosario de su cuello. Si se lo quitáis procurad no soltarlo, puede doblegarla con facilidad pero pocos de los míos han conseguido sacárselo.

lo tendre en mente-

( abria la jaula de la chica, para sacarla de ahy)

En cuanto el sonido de la puerta al abrirse se hizo presente la vampiresa golpeó fuertemente al hombre que la sujetaba, haciendo que cayera de espaldas debido a la potencia del codazo que recibió en su rostro. Los grilletes se incrustaron un poco más en sus muñecas, haciendo que unas gotas de su sangre descendieran por sus manos y dedos hasta caer al suelo. No espero a que el resto de guardias tuviesen tiempo para reaccionar. Lo único que se interponía entre ella y la salida de aquella jaula era el lycan hacia el que corrió dispuesta a golpearle aunque luego tuviera que ocuparse del resto de guardias y vendedores que hubiera en el lugar. Era mejor arriesgarse allí que dentro de la casa de su comprador.

no pienso detenerte, tu puedes huir, o venir conmigo y ser libre, tu decides no pienso forsarte a ninguna tarea.

( el chico se transformo a su forma animal y empeso a caminar)

La peliblanca detuvo su carrera, manteniéndose a pocos metros del lycan deteniendo así el ataque que iba directo hacia él. No pudo evitar que una expresión de asombro se dibujase en su rostro y una de sus cejas se alzase, dejando notar que las acciones del castaño le eran extrañas. Le siguió fuera del lugar, ahorrándose así que el mercader volviese a encerrarla y que aquel a quien había derribado intentase atacarla.

- ¿Por qué me das opción? -preguntó dejando escuchar su voz por primera vez, sensual, melodiosa y bella al igual que sutil como un susurro pero teñida de un tono frío y desconfiado.

por que yo no soy como los demas, yo solo salvo a algunos de aqui, los mas costosos sobre todo, ya que ellos son los que mas han sufrido o los que mas cnasados estan.Yo les doy un refugio, y si ellos quieren se vuelven mis amigos, te compre,para que otros no abusen de ti o te usen para sus propios fines.

(se volvio a transformar en animal corrio un poco y espero a akashiya para saber su respuesta)

La vampiresa estuvo a punto de soltar una risa burlesca ante las palabras del lycan. Un buen samaritano en aquel lugar era algo impensable, sobre todo teniendo tanto dinero y, seguramente, una alta posición social.

- Por muchos que compres siempre habrá más. La marca del esclavo no es tan sencilla de quitar -comentó mientras alzaba sus manos a la altura de su clavícula para observar mejor los grilletes que las ataban.

Por el momento iría con él para conseguir un buen año caliente y ropas así como algo de comer. Luego ya vería que hacer y a donde ir ya que no tenía nada más que su orgullo y las pocas cosas que portaba encima.

se eso, pero solo hago lo que puedo-

empeso a sacar de su mochila una pequeña llave para abrir los grilletes que esposaban a akashiya

- me alegra que no hayas decidido morir en aquel tonto intento ya que, si hubieras decidido huir, yo mismo te hubiera matado aunque me costara la vida-

le dio una pequeña toalla humeda a akashiya para que se limpiara un poco la cara

- Entonces habrías desperdiciado tu vida -informó con total desinterés cogiendo la llave y deshaciéndose de sus esposas, dejando ver sus maltrataas y laceradas muñecas.

- Además no sé por qué querrías matarme si hubiera intentado huír. Tú mismo me estás dando la opción de irme -comentó con cierta curiosidad, deseando saber por qué razón él hubiera arriesgado su vida para detenerla cuando le permitía ser libre.

si la desperdice fue siendo feliz, y te hubiera matado en ese mismo indtante, para que mas delante no sufrieras.

* suspira*

- Una extraña forma de ver -comentó limpiándose la sangre de las muñecas y manos con la toalla tras haber quitado parte de la suciedad que había cubierto su rostro.

- De todas formas en este mundo sufrir es lo habitual. Una acaba acostumbrándose.

si es asi como tu lo quieres ver, hay personas, que ven el sufrimiento como un regalo, como hay otras que lo aborrecen, todo depende del punto de vista

en fin, to eres la unica que lo puede decidir,

(la acricio de la cabesa)



















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