*Llegaba unos días antes de el momento en que haría algo especial por su amante, ah si...ese chico que lo deleitaba con su cuerpo y sus reacciones...sus palabras, incluso el miedo de cuando le llegaba a castigar por olvidarse de su puesto aparte de amante.
Bajó del auto negro que llebava y entro en el Hostal, directo a la recepción, tocó el timbre de este y un muchacho apareció para atenderle.
El Vampiro simplemente elevó su diestra indicando con el índice que deseaba reservar una habitación para uno o dos días después, cuarto para dos , especifico.
El chico amablemente asintió y comenzaba con los tramites, revisar que habitaciones estaban disponibles, buscar la cuenta del vampiro, cobrar la misma, todo eso...
El vampiro mientras prendía con tranquilidad un tabaco, fumando de este, el chico no le dijo nada...de por si la pinta del hombre era una de pocos amigos, decirle que ahí no se podía fumar podría provocar enfado del vampiro; muy listo el chico por no reclamar.
Finalmente, terminaba, pidió amablemente el pago al vampiro o la tarjeta de crédito y la recibió, pues el vampiro le dio una tarjeta en efecto. Costeó lo que debía realizarse y la devolvió, comprobando que la tarjeta aún estaba en activa.
El vampiro guardó la tarjeta con suma tranquilidad, fumando, dejando el humo al unísono libre, dandose la vuelta sin siqueira agradecer o despedirse como el chico si hizo.
Salió del Hostal con tranquilidad, de vuelta a su automóvil , subió en este y lo encendió, poniéndose en marcha para volver el día correspondiente.*