Más sonrosado aún, escuchó avergonzado las palabras del mayor. Se limitó a seguir comiendo pasientemente, hasta terminar su plato.
Observó nostalgico el resto de la comida, que no podría comer ya que no le entraría en su pequeño estómago.
-Ya... termine..
Musitó, mirandolo fijamente con las orejas algo caídas.