Gastando en obsequios... [Yoru]

Tenía que hacerlo, verdad? Bueno, no era que no quisiera, siempre había teniado tanta facilidad para desprenderse y dar obsequios, le fascinaba compar, peor tener que darle algo a él...darselo de frente, ese era el problema, afortunadamente para sus circunstancias no tenía que hacerlo de esa forma, un jueguillo a ciegas era lo que se proponía aunque...¿Qué tal y si pensaba que era de alguien más? Era lo único que le desagradaba, que otro mereceiera el mérito por los mares de cursileria que estaban por venir de su parte al peliplateado. Suspiró y sin más colocó cerca de aquella cama que habían estado compartiendo los últimos días, sabía que pornto saldría del baño, lo primero que tomaría serían las prendas que se hallaban sobre el lecho, coloco entonces entre las suntuosas sedas el obsequio. Una caja adornada en papel de arroz, sin moños o algo más. Dentro contenía un dije de diamante azul, enmarcado en metal blanco en forma de un redondeado corazón, perfectamente pulido, que a la noche desteyaba a los ojos de quien le fijara la vista, dentro una carta, sin remitente ni destinatario, con una caligrafía antigua pero legible. Los primeros versos de unos de sus poemas favoritos.

"¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

Yo quiero que tu sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir."

Dejó entonces ambos obejetos, partiendo hacia su estudio en esperas de no ser descubierto por la "victima" de sus juegos.

aun tenia algo de sueño pero queria aprovechar la noche para estar con el otro, salio del baño aun con una toalla en la cabeza, asercandose a la cama para tomar sus ropas pero al momento de mirar, le importaron poco las ropas, miro los obsequios frente a el, se aserco y sin poderlo creer todavia tomo primero que nada la carta, queria saber quien, por que?, lo material iria despues

termino de leer, aun creyendo que seguia en brazos del mayor dormido y soñando solamente,
guardo la carta teniendo cuidado de no arrugarla ni mucho menos, despues tomo en sus manos la caja mirandola por todos lados antes de abrirla y mirando despues su interior, se tuvo que sentar en la cama ntes de que cayera al suelo, era hermoso, quien le regalaria algo asi?.. no se merecia tan magnifico dije!

Al siguiente día, segun las reglas de aquel alocado juego, una nueva caja, de la misma forma envuelta se halló entre los neceseres de Dante, en el jardín, entre las miles jaulas de oro de todas sus aves, donde sabía el pequeño tomaba la comida para el consentido halcón. Esta vez, el contenido era algo diferente, un espejo enmarcado de oro pulido, con caprichosas formas en el lomo y repleto en esmeraldas y rubíes en la empuñadura. Sabía muy bien que Yoru no era tan
vanidoso, lo sabía, peor no le importaba. Para él ese regalo representaba lo mucho que disfrutaba de verlo, que se reflejase en las pupilas propias y admirarle el perfil, el cabello, lo mucho que gustaba de verle arreglado, vistiendose. Y asu lado una nota, la misma caligrafia y la continuación del poema en el regalo anterior.

salio, aunque no el recordara queria verle, esa ave la relajaba y daba un extraño sentimiento de paz, con suave caminar llego hasta los neceseres y miro la caja, dos ya?... no se lo esperaba, la tomo en sus manos y miro al ave que de echo parecia verlo con ojos de confidencia, sonrio ante esto y con suavidad quito el papel mirando el espejo, era demasiado costoso... en exceso, quien pagaria algo asi por el?, se miro en el, como sonrieia, tal vez, era alguien que enserio le queria, haora queria averiguar quien

El tercer regalo consecutivo, Dios que aquello era bastante extraño, ese juego. Tenía que imaginarse un nuevo sitio y a pesar de que apenas era el tercero se estaba quedando sin imaginación, jamás había sido muy afecto a aquella triquiñuelas debía aceptar, le tomó más rato esta vez, entre tenerse que esconder del ojo del peliblanco y echar a andar su cerebro en el escondite para la larga bata de seda roja china con motivos en bordados de oro y brocados de piedras preciosas que ahora le había dado. Tal vez, aquel regalo era más bien para Osten. Si, verlo con aquello puesto cualquier día de estos en el lecho que ltimamente habían compartido se había vuelto su obsesión. Junto, el clásico papiro con las siguientes dos estrofas de aquel poema que se había vuelto permanente.



Optó por el baño, esta vez, juntó al marmol de su gigantesca tina, en un borde, con cuidado de no se mojara ni la caja de papel de arroz ni la carta caligrafiada con tinta china, nada. Que todo fuese perfecto y cuando escucho pasos usbir por las escaleras camino al baño, se escabullió al balcón, deseando no haber sido visto.

entro abriendo sin percatarse de nada las puertas del balcon para que entrase la brisa nocturna, camino hacia el baño dejando a su paso las prendas, un camino de prendas que daba haca el baño, toda la noche le busco, que estaria enojado con el?... por que?.. suspiro y cuando iba a abrir el agua miro la caja, como de costumbre no se lo esperaba, aun desnudo la tomo mirandola antes de abrirla leyo la nota y sonrio, salio del baño y guardo la nota en una libreta azul de piel, larga y ancha cerrada bajo llave, no era un diario, o algo por el estilo, era solo un lugar para anotar sus pensamientos, guardo y escondio la libreta y miro el interior de la caja dejando caer la caja con al bata en las manos, era tan hermosa, quien era? quien le daba tantos obsequios tan hermosos?! la dejo sobre la cama y se apresuro a tomar un baño, al momento de salir no se vistio, se coloco la bata sobre la piel y se recosto en la cama mirando a la ventana antes de cerrar los ojos, aunque aun faltaba tiempo para el amanecer estaba cansado y pronto se quedo placidamente dormido con el cabello esparcido en la almohada y las cobijas revueltas

Como le hubiese gustado llenarle el cuarto de chcolates y bombones, de champagne y otros dulces. Pero ahora ya no era posible, y sabía tambien que traerle esclavos como obsequio tampoco le gustaría, porque no gustaba de beber sangre siquiera. Entró a la habitación con un inmenso ramo de rosas rojas, solo rosas y ninguna otra flor más. Tomó asiento al borde de la cama, contemplando a su huesped durmiendo en la cama propia, traía la bata roja puesta, como se imaginó su esbelta figura le había quedado como guante, resaltando la peculiar tonalidad en sus cabellos. depositó las rosas sobre su pecho, acairciandole el cabello antes de hablar.

¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho

Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, Adios!

Le recitó en voz baja, junto al oido, tiernamente, en realida, era la primera vez desde hacia siglos que festejaba aquel día. San Valentín...si así se llamaba.

esa dulce voz, incluso mas dulce que sus sueños, le hiso abandonar a morfeo para regresar a la realidad, sintio caricias en su cabello, y decidio seguir finjiendo que dormia, para escuchar con atencion cada palabra, cada gesto, abrazando imperceptiblemente las rosas, aspirando su perfume como si solo respirara, era el, las mejillas se le tiñieron de carmin, confundiendose incluso con el color de las rosas, era ese vampiro el que le habia estado regalando tantas cosas?... si.. solo el le amaba tanto como para hacerlo, el dije atado a su cuello por un liston,
el espejo sobre el tocador del cuarto a la vista de todos, y la bata roja, puesta como una segunda piel sobre su cuerpo, queria mantener el secreto, de que ya sabia de quien se trataba, asi que siguio finjiendo dormir, esperaba que se fuera, por que no podria resistir la emocion y ganas de abrazarlo y llevarselo a al cama consigo, pero si lo hacia se arruinaria todo.

Y partió del lugar, despues de depositarle numerosos besos en la mejilla, al día siguiente le daría más regalos, sin dudadrlo, quedaban dias para el dia, y aún el juego continuaba a pesar de que sabía posiblemente ahora supiera quien era el de los obsequios, necesitaba verle en aquella bata abrazarle junto a al seda y susurrarle el fin del poema cerca al oído, no importaba, quedaban más días y quería seguir complaciendo aquneu supiese era él el de los regalos.

al irse se levanto de inmediato tomando de debajo de la cama el libro, escribiendo el poema con facilidad, como podria olvidar aquello?... como podria???? , lo termino de anotar con una sonrisa, mirando las flores, se recosto de nueva cuenta en la cama abrazando las rosas mientras las miraba, que hermosas... las podnria en agua... pero mas al rato

Nueva noche, sabía que faltaba un largo día para el "gran día" pero a el le apetecía comenzar por festejar ahora, nunca había sido muy paciente y en el ambito de las celbraciones y los regalos...muchisimo menos.

Dispuso la sala del recibidor alumbrada en velas, siempre había preferido ante todo esa iluminación natural, que impreganba el ambiente con el aroma de cera de abeja, mandó poner en todos los sofás sedas rojas que acompañaron las rosas -al mismo tono- del gigantesco florero al centro. Que trabajo le costaba utilizar los inctrumentos musicales a pesar de su infinita pasión a la música jamás hubose podido concetrado por demasiado tiempo, pero podría hacer una excepción es anoches, después de todo, por lo menos las canciones que sabía las sabía a la perfección, una pequeña, una corta para empezar, sencilla que la letra le fascinaba. Esperando le oyese y acudiera su pequeño amante a su llamado, darle los regalos que le faltaba ¿Y porque no? Una noche más, de mutua posición a la luz de las velas...

-Cielo hundido entre el humo
de un cigarro consumido
Mis caricias son de fuego
Y tu llanto lo apagó

Mi sonrisa es un estatua
Y se llama soledad
Las paredes nunca mienten
Y te aplastan al soñar

...Y es que tú me matas!!

Tal nostalgia nos ahoga
En un mar de seducción
Mil caprichos nos aterran
No existe solución

Transparente como el viento
Parece que yo te miento
Cristalino como el agua
Parece que tu me amas

...Y es que tu me matas !!!
Me matas....




((XDD la canción cursi...oh no pude poner la suicida al fin > > era demasiado D:))

desperto solo en el lecho de ambos, como si lo hubiera llamado la cansion se puso en pie, tomando la bata de seda y ponindosela para bajar las escaleras y mirarle, al pie de ellas, sorprendido por todo aquello, mas que sorprendido, anonadado, el ya lo sabia, que el vampiro era quien le daba tantos obsequios, pero esto iba mas haya, se hacerco dando unos pasos, para despues lanzarse a sus brazos con una sonrisa en el rostro, mirandole
..por que?... por que todo esto?...
le encantaba si, pero queria saber.

Miró la silueta envuelta en vistosa seda roja que se aproximaba por las escaleras, a paso ligero, reluciente entre la svela sy el embriagante aroma a rosas, le sonrió galanta, apartando el violín cuando se le echó en brazos unavez que terminase su canción.

- Porque me dieron ganas...

Le dijo en tono debil, correspondiendo a su abrazo.

- Mañana será San Valentín, no?

le esucho, regocijandose de felicidad en sus brazos, si, en efecto mañana era San Valentin y o queria pasarlo con nadie mas que el, levanto la mirada afirmando con ternura mientras se acoodaba mejor
si... por que?

- Ja! como que porque?...eso son mis regalos para ti...algunos, claro...

Mirando su ojos robó un beso fugaz de sus labios, abrazando la cinturay acariciandola levemente.

- Te gustan?....aah, te ves tal y como esperaba con esa bata...

correspondio el beso, sentandose en sus piernas, pasando por los costados del vampiro sus propias piernas, mirandole
si... me gustan y mucho
le dijo con una sonrisa, sintiendose debil en sus brazos, como un cordero en las fauces del leon

Sonriendole galante se encogió de hombros, estrujandole con afecto, los brazos por sobre la seda.

- No sabes cuanto me alegro...me divierte tanto hacerlo y que te gusten...me siento recompensado...

Miró de reojo los muslos del muchado, acariciandolos tambien pero esta vez debajo de la bata, recorriendolos hasta tomarle las caderas., estrechas y delgadas.

- Me gustas...

le miro bastante rojo, ya que la bata se habia levantando y no traia otra prenda mas que la bata, con las manos la bajo algo apenado sin evitar poder sonreir por lo dicho por el otro
yo te amo...

Le sonrió, mordiendose el labioe n un gesto de coqueteria cuando se bajo la ropa, se acerco entonces a el pegandose con los labios a su cuello, pero hablandole a susurros, palpó las definidas caderas, suciendo un poco más -a pesar del nudo- a la cintura.

- Me amas?...Yo tambien...

Suspirandole se separo para con un guiño besarle los labios.

- Te gustan las rosas Yoru? No sabía que flor era tu preferida...

le miro y ante esos gestos no pudo evitar sonrojarse, no era algo que controlara, simplemente las manos del vampiro le volvian loco
si, me gustan mucho las rosas
le respondio tratando de disimular su sonrojo

- Si? me alegra mucho...creo que el rojo te sienta muy bien, cariño....

Le robó un beso d elos los labios, obligandose a si mismo a sacar las manos de entre sus ropas, sonriendole mostrandole los colmillos sin querer, lo deseaba demasiado, la sed por el otro le mataban los nervios, pero...quería resistir, aplazar un poco el momento.

- Me concedería una pieza?...antes de..."cenar"?

Ahogo una risa mientras guiñaba uno de sus ojos, y le sonrieía con travesura, se puso de pie, con el otro aún en brazos, mientras tomaba el control remoto del extraño aparato que reproducía musica.

- Que prefieres? Un tango?...Un vals? ...o tal vez un baile de salon?

el baile jamas habia sido lo suyo, si tenia que bailar para salvar su no-vida seguramente terminaria bajo tierra, miro al vampiro algo dudatuivo, pero no queria darle el gusto de verlo en verguenza, se esforzaria esta vez
tango
le respondio mientras bajaba de sus brazos y le miraba fijamente

- Oh...tango...

Sonrió incredulo mientras con el control hacia la musica comenzar, comenzando una suave melodía.

- Tenía que elegir usted el más dificil verdad?

Le afirmó la mano y la cintura, pegandole a su cuerpo con la ceja arqueada.

- Habrá qe hacer memoria...

Comenzó con cortos pasos sencillos de un lado a otro, en pequeños circulos para finalmente dar una vuelta con el muchacho cuando la musica comenzó a celerar un pococ más

luchaba por seguirle el paso, hasta el momento no se habia equivocado en nada, ademas de que disfrutaba de la sencasion de ambos cuerpos juntos, bailando un ritmo que no era el de las embestidas...

- Jaja Dios...no somos tan malos no crees?

Le dió una vuelta, a cuzandole ambos brazos por enfrente y despues volviendo a hacerle girar, mientras le inclinaba un poco siguiendo el ritmo sensual de aquella melodia.

- Eres bueno querido

Guiñandole un ojo continuó en sencillos pasos.